?Se puede responder a Putin desde el pacifismo?
Reivindicar la paz puede parecer ingenuo ante una agresi¨®n como la de Rusia. ?O no?
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La Segunda Guerra Mundial plante¨® un dilema a muchos pacifistas. Por ejemplo, al fil¨®sofo Bertrand Russell. El brit¨¢nico se opuso a la Primera Guerra Mundial e incluso pas¨® seis meses en la c¨¢rcel en 1918 por sus opiniones. Pero, como escribi¨® en su Autobiograf¨ªa, la Alemania de Hitler supon¨ªa un riesgo diferente: la alternativa a la guerra no era negociar un acuerdo de paz, sino que el dictador nazi invadiera Europa: ¡°Decid¨ª que deb¨ªa apoyar lo que fuera necesario para la victoria en la Segunda Guerra Mundial, por dif¨ªcil que fuera alcanzarla y por dolorosas que fueran las consecuencias¡±.
Muchos pacifistas han pasado por el mismo dilema desde entonces: ?se puede ser pacifista siempre? ?Hay guerras inevitables o incluso justas? Y, en el caso de la invasi¨®n de Ucrania, ?se puede responder a Putin desde el pacifismo?
Una guerra lleva a otra
El pacifismo parece ingenuo cuando Rusia ha invadido Ucrania y ha amenazado con las armas nucleares. Pero a Jos¨¦ ?ngel Ruiz Jim¨¦nez, director del Instituto Universitario de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, esta acusaci¨®n le parece injusta. Ruiz Jim¨¦nez recuerda que el pacifismo va encaminado, sobre todo, a evitar las guerras. Preguntar ahora qu¨¦ ofrece el pacifismo le parece comparable a la actitud de un paciente que no hace caso a su m¨¦dico cuando le recomienda que deje de fumar y luego se queja porque tiene c¨¢ncer de pulm¨®n.
Andrew Fiala, profesor de Filosof¨ªa en la Universidad Estatal de California en Fresno, coincide en que una vez comienza el conflicto ¡°es tarde para proporcionar una soluci¨®n coherente¡±. Pero tambi¨¦n a?ade que la cr¨ªtica a la guerra ¡°no se refiere a ninguna guerra en concreto¡±, sino ¡°a la estupidez y a la tragedia de todas las guerras¡±.
En su libro Can War Be Justified? A Debate (?Puede justificarse una guerra?, sin publicar en espa?ol), Fiala sostiene que las guerras ¡°no proporcionan una soluci¨®n estable a los problemas morales, culturales, pol¨ªticos e ideol¨®gicos subyacentes¡± y por eso a menudo dan paso a nuevos conflictos: del nacionalismo y colonialismo surgi¨® la Primera Guerra Mundial, que provoc¨® la segunda y que dio inicio a la Guerra Fr¨ªa, donde est¨¢ el origen de la invasi¨®n rusa de Ucrania. Este fil¨®sofo estadounidense defiende la importancia de promover y defender ¡°la resistencia no violenta en Rusia¡±, que podr¨ªa ayudar a detener la agresi¨®n de Putin y a prevenir la escalada del conflicto. Coincide Ruiz Jim¨¦nez, que a?ade que estas protestas no tienen el ¨¦xito asegurado y presentan riesgos, ¡°incluida la c¨¢rcel¡±. Pero ¡°la opci¨®n militar tampoco resuelve el problema¡±.
Hay pacifistas que apuestan por una soluci¨®n diplom¨¢tica, como la fil¨®sofa Donatella Di Cesare, autora de El complot en el poder: ¡°Es hip¨®crita enviar armas a Ucrania. O se lucha junto a ellos, enviando tropas, o (y esta es mi l¨ªnea pacifista) se ayuda al pueblo ucranio a encontrar un acuerdo con Rusia. Lo antes posible¡±. Di Cesare se defin¨ªa en una entrevista para Ideas como ¡°pacifista de izquierdas¡±. Seg¨²n detalla por correo electr¨®nico, este pacifismo consiste ¡°en el rechazo de una necropol¨ªtica¡±, es decir, ¡°una pol¨ªtica que exige la muerte como soluci¨®n a los conflictos¡±. En su opini¨®n, ¡°el pacifismo no es una palabra abstracta, sino la necesidad de una pol¨ªtica concreta de mediaci¨®n¡±.
?Hay guerras justas?
El pacifismo no siempre es absoluto, como hemos visto en el caso de Russell y como vemos, hoy, en el de Noam Chomsky: el ling¨¹ista y activista ha mostrado su oposici¨®n a conflictos b¨¦licos desde la guerra de Vietnam hasta la de Ucrania, y critica tanto la invasi¨®n rusa como la subordinaci¨®n de Europa a la OTAN. Aun as¨ª, en m¨¢s de una ocasi¨®n ha afirmado que el recurso a las armas puede ser leg¨ªtimo.
?C¨®mo podemos saber si lo es? En las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha cobrado atenci¨®n la teor¨ªa de la guerra justa gracias al fil¨®sofo estadounidense Michael Walzer, que public¨® Guerras justas e injustas (1977), dos a?os despu¨¦s de que terminara la de Vietnam. No es casual: Walzer, igual que Chomsky, procede de los movimientos pacifistas que se opusieron a este conflicto.
Esta teor¨ªa ¡°ocupa un lugar central en la reflexi¨®n sobre la guerra¡±, explica por videollamada Alejandro Chehtman, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires. Su objetivo es el de evaluar cu¨¢ndo tenemos derecho a defendernos o a luchar por nuestros valores, y tiene antecedentes en pensadores como Agust¨ªn de Hipona, Immanuel Kant y Jeremy Bentham. En resumen, explica Helen Frowe, directora del Centro para la ?tica de la Guerra y la Paz de Estocolmo, se considera que el uso de la fuerza ha de ser ¡°proporcionado, necesario y debe contar con probabilidades razonables de ¨¦xito¡±, a lo que se suele a?adir la necesidad de distinguir entre militares y civiles.
Los criterios de la guerra justa proporcionan un marco para analizar los conflictos b¨¦licos y pueden ser compatibles con algunos pacifismos. Un ejemplo es el pacifismo contingente, que defiende que ¡°la guerra no est¨¢ justificada nunca, excepto en circunstancias muy espec¨ªficas¡±, explica por correo electr¨®nico C¨¦cile Fabre, fil¨®sofa del All Souls College de Oxford. Fabre a?ade que la reflexi¨®n sobre el pacifismo y la teor¨ªa de la guerra justa pueden ayudarnos a analizar ¡°c¨®mo deber¨ªa terminar la guerra de Ucrania¡± y cu¨¢les son ¡°los t¨¦rminos de paz que podemos considerar razonables¡±.
Aunque Andrew Fiala considera que esta teor¨ªa nos ha dado ¡°un vocabulario moral¡± para hablar de los conflictos b¨¦licos, tambi¨¦n recuerda que es muy dif¨ªcil que, en la pr¨¢ctica, una guerra respete los principios de la guerra justa. Por ejemplo y a pesar de que la Segunda Guerra Mundial ten¨ªa una causa m¨¢s que justificada, a¨²n seguimos debatiendo sobre si Estados Unidos necesitaba recurrir a las armas nucleares en Hiroshima y Nagasaki. De hecho, Di Cesare apunta, en l¨ªnea con muchos pacifistas, que ¡°no hay guerra justa en el siglo XXI, en el contexto de un grav¨ªsimo peligro nuclear¡±, ya que no hay distinci¨®n posible entre objetivos civiles y militares.
Fiala propone que no nos preguntemos solo si una guerra en concreto es o no justa, sino tambi¨¦n ¡°por qu¨¦ sigue habiendo guerras¡± y ¡°c¨®mo construir las condiciones para evitarlas¡±. Si hacemos caso a Steven Pinker, hay motivos para el optimismo. Seg¨²n explica el psic¨®logo en libros como Los ¨¢ngeles que llevamos dentro, vivimos en el momento menos violento en la historia de la humanidad. Quiz¨¢s no alcancemos nunca la paz perpetua de la que hablaba Kant, pero pueden ayudar la reflexi¨®n sobre la guerra y la consideraci¨®n, cada vez m¨¢s extendida, de que pocas veces est¨¢n justificadas.
Tambi¨¦n ayuda el ejemplo de pensadores como el propio Russell, que continu¨® defendiendo la paz despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial en libros como La guerra nuclear ante el sentido com¨²n (Altamarea). En 1961, ¨¦l y su esposa, Edith Finch, fueron arrestados durante una manifestaci¨®n en Londres contra las armas nucleares y se les conden¨® a una semana de c¨¢rcel. Ella ten¨ªa 61 a?os, y ¨¦l, 89. Durante el proceso, el juez le pregunt¨® si pod¨ªa comprometerse a un buen comportamiento. Russell contest¨®: ¡°No, no lo har¨¦¡±.
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