Noam Chomsky: ¡°Yo crec¨ª durante la Gran Depresi¨®n, pero entonces reinaba una atm¨®sfera de esperanza¡±
Es uno de los mayores intelectuales vivos de la izquierda estadounidense. A sus 93 a?os, sigue en la brecha. En esta entrevista que concede en primicia a ¡®Ideas¡¯ habla de s¨ª mismo, cosa poco habitual, y se muestra como un pensador pragm¨¢tico
Noam Chomsky (Filadelfia, 93 a?os) sigue en la brecha. Escribe, da conferencias y entrevistas, y se sit¨²a en la primera l¨ªnea de fuego por lo que cree justo. Forma parte del movimiento progresista europeo Diem25, ha disparado las alarmas sobre los riesgos del cambio clim¨¢tico y se ha convertido en azote del trumpismo. Es uno de los mayores intelectuales vivos de la izquierda estadounidense, pero tambi¨¦n padre de la ling¨¹¨ªstica moderna al haber establecido, en los a?os cincuenta, la teor¨ªa de la gram¨¢tica generativa. Prolijo autor, fil¨®sofo reputado y activista insobornable, fue detenido por oponerse a la guerra de Vietnam, entr¨® en la lista negra de Richard Nixon y apoy¨® la publicaci¨®n de los Papeles del Pent¨¢gono. Insobornable, pero tambi¨¦n pragm¨¢tico, se volc¨®, por ejemplo, en pedir el voto para Joe Biden en las elecciones de 2020. Desde 2017 reside en Tucson (Arizona), desde donde atiende esta entrevista [que no se pudo hacer presencial, ni de la que se pudieron hacer fotos por las precauciones covid] por videoconferencia. Con puntualidad tambi¨¦n incorruptible, la melena cana del viejo profesor aparece en la pantalla a la hora precisa. Los a?os han agrietado su voz, pero no su pensamiento. Se extiende en las respuestas, pero no divaga y contesta a todos los matices. Su libro Sobre el anarquismo acaba de ser reeditado en espa?ol (Capitan Swing). El viejo profesor hablar¨¢ sobre ello, pero tambi¨¦n, algo que suele costarle, sobre s¨ª mismo.
Pregunta. ?De verdad escribi¨® su primer ensayo con solo 10 a?os y versaba sobre la Guerra Civil espa?ola?
Respuesta. S¨ª, y puedo decirle la fecha exacta porque trataba sobre la ca¨ªda de Barcelona, as¨ª que fue en febrero de 1939. No era un gran art¨ªculo, pero trataba la expansi¨®n del fascismo en Europa, en Alemania, Austria, Checoslovaquia¡ Desde mi punto de vista de un ni?o de 10 a?os, parec¨ªa que el mundo se iba a terminar, que el fascismo era incontrolable.
P. Ese ni?o trabajaba en un quiosco de prensa de Nueva York que regentaba su t¨ªo y se acab¨® convirtiendo en un centro de reuni¨®n de intelectuales europeos que pod¨ªan pasar noches enteras discutiendo. ?Aquello sembr¨® una semilla en usted?
R. Hay una buena dosis de tr¨¢gica iron¨ªa en esa pregunta. La m¨ªa era una familia de inmigrantes, principalmente desempleados. Yo crec¨ª durante la Gran Depresi¨®n, a principios de los a?os treinta, pero reinaba una atm¨®sfera de esperanza, aspiraci¨®n y expectaci¨®n debido al movimiento del trabajo. Ese movimiento hab¨ªa sido aplastado en los a?os veinte, pero estaba reviviendo. Hab¨ªa partidos pol¨ªticos radicales, hab¨ªa debate, discusi¨®n, una sensaci¨®n de que pod¨ªamos salir de aquello juntos. En Europa, la reacci¨®n a la Gran Depresi¨®n fue el fascismo, con Franco, Mussolini o Hitler, pero en Estados Unidos la reacci¨®n fue la democracia social. El new deal de Roosevelt llev¨® a una era de la democracia social moderna que luego fue repetida en Europa. Si mira las crisis actuales, en cambio, Europa a¨²n se agarra a una democracia social, pero Estados Unidos se encamina al protofascismo, lo contrario de lo que ocurri¨® en mi infancia.
P. ?Y esta pandemia no brinda tambi¨¦n una oportunidad para ese tipo de catarsis, un ¡°podemos salir de esta juntos¡±?
R. Deber¨ªa serlo y hay algunas se?ales de ello si bajas al nivel de las comunidades. Encuentras a gente cooperando y ayud¨¢ndose la una a la otra. Las favelas de Brasil figuran entre los lugares m¨¢s miserables del mundo y durante esta pandemia hemos visto c¨®mo las mismas bandas criminales que las tienen aterrorizadas est¨¢n organizando a la gente para lidiar con esta situaci¨®n y que se ayuden unos a otros. Pero si vamos a los l¨ªderes de los principales pa¨ªses te encuentras que monopolizan las vacunas y piden que las multinacionales farmac¨¦uticas mantengan el exorbitante control de las patentes, unos derechos otorgados por un r¨¦gimen neoliberal que es opuesto al verdadero libre comercio.
En Estados Unidos los intentos por desarrollar medidas sociales simples est¨¢n bloqueados por la ideolog¨ªa neoliberalNoam Chomsky
P. Dice que Estados Unidos est¨¢ encabezando el camino al protofascismo, ?Por qu¨¦ los movimientos de extrema derecha est¨¢n avanzando tanto, no solo en Estados Unidos, sino tambi¨¦n en Europa?
R. El capital privado y la riqueza privada se han puesto a la cabeza. Por supuesto, siempre han dominado el sistema, tambi¨¦n en Espa?a, pero en los ¨²ltimos 40 a?os han ganado un poder y una riqueza abrumadores. Rand Corporation, que es una instituci¨®n muy respetada, hizo un estudio sobre la transferencia de riqueza de la clase trabajadora a la clase alta y se encontr¨® que el 90% de la poblaci¨®n hab¨ªa perdido peso en la riqueza en favor de los m¨¢s ricos, en favor del 1% m¨¢s rico principalmente. Y hay muchas otras formas de robar a la gente. Ronald Reagan abri¨® la puerta a los para¨ªsos fiscales, por ejemplo. Ha habido una ¨¦poca muy destructiva para los trabajadores. En t¨¦rminos reales, un trabajador var¨®n gana lo mismo que en 1979. En Europa los programas de austeridad han da?ado a los pobres y enriquecido a los ricos. Esto ha llevado a un resentimiento que es terreno abonado para demagogos como Donald Trump o Viktor Orb¨¢n y lo est¨¢n capitalizando.
P. Un a?o despu¨¦s del asalto al Capitolio, ?cu¨¢les son las consecuencias?
R. Aquello fue un intento por derrocar un Gobierno electo. Y fue muy expl¨ªcito por parte de Trump: ¡°Las elecciones han sido robadas, vamos al Capitolio¡±. Un intento de derribar un Gobierno electo es un golpe de Estado. Fue un intento violento de golpe de Estado. Un grupo de republicanos rechaz¨® formar parte y evit¨® que triunfase. Pero ese intento ha venido seguido ahora por un golpe blando, que est¨¢ ocurriendo cada d¨ªa ante nuestros ojos. Los republicanos est¨¢n plane¨¢ndolo de forma cuidadosa para que la pr¨®xima vez tenga ¨¦xito. [A trav¨¦s de reformas electorales en diferentes Estados conservadores] est¨¢n asegur¨¢ndose de que la gente que gestiona las elecciones tenga poder para anular votos y est¨¢n aprobando decenas de leyes para impedir el voto de la gente equivocada, de minor¨ªas y pobres [a trav¨¦s del endurecimiento de requisitos para votar]. El Partido Republicano ya no es un partido pol¨ªtico, es un partido neofascista. Estados Unidos es una sociedad avanzada tecnol¨®gicamente, y culturalmente, pero es premoderna en otros ¨¢mbitos. Y Trump es un demagogo muy efectivo, ha sabido agitar los venenos que corren bajo la superficie de la sociedad estadounidense y los ha sacado a la superficie. Ahora hay un grupo que lo venera como a un Duce II, elegido por Dios, es la gente que asalt¨® el Capitolio. La democracia estadounidense corre un grave peligro.
P. ?Y cree que Trump podr¨ªa presentarse o incluso ganar en 2024?
R. Es muy posible. Tiene una base rabiosa de devotos que lo adoran. A los l¨ªderes del Partido Republicano los tiene aterrorizados, todos corren a Mar-a-Lago [la zona de Palm Beach donde reside Trump] para lustrarle los zapatos y obtener su bendici¨®n. Si triunfan con el actual golpe en marcha, el de controlar y modificar el sistema electoral, pueden conseguir ganar. Recuerde que tenemos un sistema electoral muy reaccionario, que otorga a las ¨¢reas blancas, rurales y conservadoras una ventaja estructural abrumadora. Por ejemplo, en el Senado, un Estado como Wyoming, de 578.000 habitantes, tiene dos votos. California, con 40 millones, tiene dos votos. Si ahora EE UU quisiera entrar en la Uni¨®n Europea, la Corte Europea de Justicia se lo tumbar¨ªa.
Si hubi¨¦ramos preguntado a mi abuela si estaba oprimida, no lo habr¨ªa entendido. Saber lo que es requiere trabajoNoam Chomsky
P. ?El primer a?o de gobierno de Biden ha sido m¨¢s progresista de lo que esperaba?
R. Bueno, no esperaba mucho, francamente, pero los programas nacionales han sido mejores de lo que esperaba. En buena medida fueron dise?ados por Bernie Sanders, que representa al ala m¨¢s progresista del Partido Dem¨®crata. Pero han sido recortados por la oposici¨®n y no se ha conseguido casi nada. El principal [el gran plan de reformas sociales llamado Build Back Better, que supone la mayor ampliaci¨®n del Estado de bienestar en d¨¦cadas] es tremendamente necesario. Estados Unidos es un pa¨ªs rezagado en prestaciones sociales. Mire por ejemplo el permiso de maternidad, hay alrededor de seis pa¨ªses en el mundo que no lo tienen. Pues los republicanos se oponen [a implementarlo]. Y Joe Manchin [el senador dem¨®crata centrista] lo ha bloqueado. Es el pa¨ªs m¨¢s rico del mundo, pero los intentos por desarrollar unas medidas sociales simples est¨¢n bloqueados por el capital privado y la ideolog¨ªa neoliberal.
P. ?Usted se sigue considerando anarquista? ?Qu¨¦ significa eso?
R. Es un t¨¦rmino que se ha usado de muchas maneras, igual que liberal, conservador, socialista o marxista. La idea b¨¢sica es que cualquier forma de jerarqu¨ªa, dominaci¨®n o autoridad en cualquier aspecto de la vida debe justificarse y demostrarse leg¨ªtima, no est¨¢ justificada de por s¨ª. Si una comunidad decide de forma democr¨¢tica seguir unas normas de tr¨¢fico, como circular por la derecha y detenerse ante un sem¨¢foro en rojo, se est¨¢ sometiendo a una autoridad, pero se puede argumentar que es leg¨ªtima. Sin embargo, muy pocas relaciones resisten esta cr¨ªtica y el trabajo de un anarquista es descubrirlas, revelarlas y hacer que la gente debata sobre ellas para ver si las legitiman o las cambian. Ni siquiera el primer paso es f¨¢cil. Si le hubieras preguntado a mi abuela si estaba oprimida, ella no hubiera sabido ni de qu¨¦ hablas. Las mujeres viv¨ªan como se supon¨ªa que deb¨ªan, haci¨¦ndose cargo de la casa, de los hijos y obedeciendo a su marido. No era opresi¨®n, era la vida. Descubrir que eso es opresi¨®n requiere un trabajo.
P. ?Y en el trabajo?
R. ?Qu¨¦ es un empleo? Para la mayor¨ªa de la gente significa pasar la mayor parte del tiempo que est¨¢s despierto siguiendo las ¨®rdenes de un jefe totalitario, que puede dar ¨®rdenes de un modo que ni Stalin hubiese so?ado. Stalin no hubiese podido decirle a alguien que tiene cinco minutos para ir al ba?o o que no puede hablar con el compa?ero de al lado. Quiz¨¢ tengas un jefe amable que te lo permita, pero es su decisi¨®n. A eso se le llama tener un empleo, y la gente reacciona como mi abuela, pensando que es lo normal. Al principio de la revoluci¨®n industrial los trabajadores se opusieron a esta forma de autocracia que les quitaba sus derechos y su dignidad. Es algo que se est¨¢ reviviendo. De hecho, mucha gente est¨¢ rechazando volver al trabajo con esta llamada Gran Dimisi¨®n, est¨¢n diciendo eso a su propia manera.
Ahora hay un grupo que lo venera [a Donald Trump] como a un Duce II, elegido por Dios. Es la gente que asalt¨® el CapitolioNoam Chomsky
P. Pero la econom¨ªa necesita un cierto grado de organizaci¨®n y eso implica autoridad.
R. Claro, tiene usted un ejemplo en Espa?a. F¨ªjese en la Cooperativa Mondrag¨®n, ha estado ah¨ª desde los a?os cincuenta y es un conglomerado propiedad de los trabajadores y gestionado en buena medida por ellos. Puede encontrarle fallos, pero en buena medida, hasta un punto infrecuente en el mundo, es un conglomerado exitoso que se basa en la idea de que los participantes en una comunidad deben controlarlo.
P. En su libro habla del consentimiento, la aceptaci¨®n de la autoridad por parte de la gente aunque no est¨¦ justificada. ?Qu¨¦ es m¨¢s natural en el ser humano, el hambre de libertad o la necesidad de autoridad?
R. Nuestra naturaleza como participantes del orden social tiene muchas opciones y puede creer muchas cosas. Los liberales cl¨¢sicos, como Wilhelm von Humboldt, creen que nuestro instinto es la libertad. Creen que la esencia de la naturaleza humana es la libertad frente a la coacci¨®n arbitraria. El pensador liberal cl¨¢sico en Inglaterra, John Stuart Mill, pensaba que una empresa deb¨ªa ser propiedad de los trabajadores y deb¨ªan gestionarla. Eso es el liberalismo cl¨¢sico. Por supuesto, todo esto fue aplastado por el capitalismo, que tom¨® un curso diferente de autoridad y dominaci¨®n y, en su forma m¨¢s extrema y salvaje, el tipo de neoliberalismo impuesto en los ¨²ltimos 40 a?os, con efectos devastadores en todas partes.
P. ?Se considera un pensador pragm¨¢tico?
R. S¨ª, deber¨ªamos hacer lo que podemos, no buscar lo que no podemos. No tienen sentido los gestos rom¨¢nticos, que no solo van a fracasar, sino que van a llevar a los peores resultados. Debemos afrontar el mundo tal y como es y actuar para mejorarlo. Yo ten¨ªa amigos en los a?os sesenta que decidieron que quer¨ªan una revoluci¨®n, as¨ª que iban a una f¨¢brica, por ejemplo, de General Electric, y empezaban a repartir ejemplares del Libro Rojo de Mao a las puertas, para organizar a la gente para hacer esa revoluci¨®n. Puede imaginarse lo que pas¨®, ese no es el modo en el que se logra un cambio. Lo que hicieron fue fortalecer el apoyo a la reacci¨®n y el apoyo a la guerra. Tienes que afrontar el mundo como es, no como te gustar¨ªa. Tienes que intentar construir el mundo que te gustar¨ªa, pero enfrent¨¢ndote a ¨¦l tal y como es.
Conservador ante el cambio global
Chomsky, por extraño que suene, se define como conservador ante el cambio social. “De entre los muchos usos del término conservador, uno es el liberal clásico. El término se sigue usando, pero no en el sentido en el que sus creadores pensaban. Wilhelm von Humboldt dijo que si el artesano producía algo hermoso a la orden, admiraremos lo que ha hecho, pero despreciaremos lo que es, alguien que trabaja a la orden, no en función de lo que crece en su desarrollo interno. Eso es el núcleo del liberalismo clásico y en ese sentido soy conservador. Además, en otros aspectos, creo que nuestras instituciones básicas necesitan cambios muy sustanciales y radicales, pero no creo que se pueda hacer así como así. Tienes que construir un debate para ello”, explica.
Cuando se le pide un ejemplo, señala el movimiento de derechos de las mujeres, que data de siglos pero que obró un gran cambio en los sesenta. “¿Cómo se logró? Grupos de mujeres, jóvenes sobre todo, se reunieron, mantuvieron debates, descubrieron y pensaron en los tipos de opresión que existían, decidieron que no tenían por qué someterse, organizaron a otras mujeres y crearon un movimiento a gran escala. Con eso, antes o después tendrás cambios sustanciales. Pero no es un proceso fácil, muchos lo rechazan y dirán que quieren esa autoridad”.
El intelectual estadounidense se muestra exasperado ante la respuesta política al calentamiento global. “La destrucción medioambiental está viniendo, nos guste o no, y nuestras instituciones no están en una situación en la que pueda lidiar con ello, como vimos en Glasgow [en la conferencia del clima]. La principal decisión que tomaron fue aplazar la decisión hasta el año que viene y, mientras, la tierra está ardiendo”, explica. A su juicio, “los grandes bancos dicen palabras bonitas sobre la necesidad de hacer algo, pero lo que están haciendo es financiar las energías fósiles con billones de dólares. Esas son nuestras instituciones y, si no podemos controlarlas, estamos acabados”.
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