Dos de Mayo: hasta que el mundo refleja las necesidades m¨¢s profundas del alma
Me ha apasionado la final mundial entre el chino Ding y el ruso Niep¨®mniashi. Es pura evasi¨®n. Si escapas de la realidad, es lo mejor y m¨¢s lejano que encuentras en direcci¨®n contraria
No tengo ni idea de ajedrez, pero me ha apasionado la final mundial entre el chino Ding y el ruso Niep¨®mniashi. Es pura evasi¨®n. Si escapas de la realidad, es lo mejor y m¨¢s lejano que encuentras en direcci¨®n contraria. Es al rev¨¦s de lo habitual: unos se?ores, vestidos como para trabajar, en una reuni¨®n, sentados en silencio, sin sonido ambiente y sin gente (y sin mirar el m¨®vil). Pero es una calma enga?osa, es boxeo mental. Al final uno se rinde y le da la mano al otro. Y el que gana no se pone a dar botes, ni a subirse la camisa para que debajo se vea que lo dedica a su perro, ni hace el pino, simplemente se lleva la mano a la cara en un gesto de infinito cansancio y emoci¨®n. Luego se larga sin m¨¢s al camerino, o lo que sea que tienen los jugadores de ajedrez. Me pareci¨® un espect¨¢culo absolutamente intenso y real, el cl¨ªmax de la inteligencia y la civilizaci¨®n. Luego lees c¨®mo lo cuenta Leontxo Garc¨ªa y aunque yo no entienda nada, porque soy un zoquete, disfrutas como un enano.
Este chico, Liren Ding, de 30 a?os, es un personaje. Su padre le oblig¨® a estudiar derecho (lo de siempre, se ve que hasta en China creen que tiene muchas salidas), y justo ahora le ha dejado la novia (exclusiva de EL PA?S, no todo va a ser Ana Obreg¨®n). Ha contado que, en los momentos de baj¨®n, le anim¨® un verso de Louise Gl¨¹ck sobre los poetas, que ¡°transforman, en silencio, los meros hechos en augurios / hasta que el mundo refleja las necesidades m¨¢s profundas del alma¡±. Ni siquiera eso lo he entendido bien, debo decir. En fin, todo esto tan marciano, pero tal real, fue un b¨¢lsamo para la realidad cotidiana, tan ficticia, que tenemos que soportar. Hay ya casi un g¨¦nero literario del tema ¡°c¨®mo fracasan las democracias¡± (Guillermo Altares acaba de publicar uno que est¨¢ muy bien), pero asumido el concepto, y que desde luego est¨¢ todo fatal, quiz¨¢ ser¨ªa ya m¨¢s pr¨¢ctico ir creando otro, en sentido contrario, para no alarmar innecesariamente: c¨®mo no fracasan las democracias. Es decir, por cosas como la del acto del Dos de Mayo desde luego que no. Lo digo para que no parezca todo el rato que esto est¨¢ a punto de estallar. S¨ª, lo entiendo todo, capto el trasfondo, el contexto, el subtexto¡ pero es que es todo tan ef¨ªmero. Y lo peor es que, siendo ef¨ªmero, vamos a estar as¨ª meses. Har¨¢n todo lo posible para que lleguemos enfadados a las urnas. Se vota mejor, eso es verdad. Por mi parte, estoy en plan zen, aparte que ya estaba enfadado de antes. De hecho, casi he agradecido el forcejeo en la escalera de Madrid como el paso definitivo hacia el fin de la pol¨ªtica abstracta y la entrada definitiva en el horario infantil. Son escenas f¨ªsicas, casi deportivas, y nuestro papel es de espectadores, para decidir con qui¨¦n estamos, ya sin hablar de ideas. Es la evoluci¨®n m¨¢s natural. Que jueguen a algo y ya los animamos directamente. Pero si podemos escoger un deporte, por qu¨¦ no el ajedrez. Leontxo ha contado que es buen¨ªsimo para sublimar las tendencias violentas, por eso funciona bien en las c¨¢rceles, y por ejemplo, en los colegios, hay una revoluci¨®n cuando el alumno supuestamente m¨¢s torpe le gana al l¨ªder de la clase. Creo que ser¨ªa el remedio con estos pol¨ªticos, que transforman los hechos hasta que el mundo refleja sus chorradas m¨¢s profundas. Tanta t¨¢ctica y tanta tonter¨ªa, a estos los pon¨ªa yo a jugar al ajedrez.
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