Cierra la librer¨ªa Lagun (y Amazon nunca habr¨ªa estado ah¨ª)
No tendr¨ªa que cerrar nunca, como un monumento, tendr¨ªa que ser un ritual donostiarra, de todos nosotros, pasar por all¨ª de vez en cuando a comprar un libro, por saldar una deuda impagable
En el bar Boadas de Barcelona hay una vi?eta de El Perich que dice: ¡°Eres un bar peque?o, inc¨®modo y sentimental. Es decir, un bar humano¡±. En agosto cumplir¨¢ 90 a?os. A¨²n resiste en la marabunta tur¨ªstica de la Rambla. En cambio, cierra la librer¨ªa Lagun de San Sebasti¨¢n. No pudo con ella el fascismo franquista (pese a los ataques de ultras), ni el fascismo de ETA (la asaltaron incontables veces), pero lo ha logrado Amazon, que viene a ser el totalitarismo del consumo: borra de la ecuaci¨®n a los seres humanos.
Sin embargo, esas personas que est¨¢n tras un mostrador son m¨¢s importantes de lo que parece. Imaginemos que Amazon se hubiera inventado en 1968, cuando se abri¨® la librer¨ªa, y Lagun no hubiera existido. ?Qui¨¦n habr¨ªa hecho lo que hicieron ellos? Pues nadie. Amazon no existe f¨ªsicamente y es un requisito importante para estar en un sitio, y quedarse y no irse, y que la gente encuentre refugio en medio del horror. De hecho, que Lagun siguiera ah¨ª era lo que les fastidiaba a los matones. Fuera dictadura o democracia, o si asesinaban a quien compra libros, Amazon no tendr¨ªa opini¨®n al respecto. Solo es un negocio. Una librer¨ªa, esa librer¨ªa, es m¨¢s que un negocio, que no es nada personal. Esto s¨ª es algo personal.
El pasado que se borra, como el factor humano, tambi¨¦n cierra librer¨ªas. En Lagun ya lo vieron cuando los j¨®venes aprendices de terroristas ya no sab¨ªan que ellos se hab¨ªan enfrentado a la dictadura y que la due?a, Mar¨ªa Teresa Castells, fue a la c¨¢rcel por protestar por la ejecuci¨®n de dos etarras en 1975. Inciso: en ese Gobierno franquista que emit¨ªa condenas de muerte hab¨ªa seis ministros que luego ingresaron en Alianza Popular, y fueron aceptados sin m¨¢s en el juego democr¨¢tico. Volviendo a los otros fachas, Castells contaba que la primera vez que los etarras fueron a amenazarles, en 1983, el jefe del grupito era un cura. Por esa vez no pas¨® nada, ¨¦l recordaba qui¨¦nes eran. Pero luego ya nadie lo hizo, y empezaron a atacarles, por no plegarse a las ¨®rdenes mafiosas. Que ahora la gente haya dejado de ir a Lagun tambi¨¦n es consecuencia de ese olvido, de olvidar que, por su resistencia, por haberse mantenido en pie, salv¨® el honor de la ciudad, de todos los vascos, de todas las librer¨ªas. Y no tendr¨ªa que cerrar nunca, como un monumento, tendr¨ªa que ser un ritual donostiarra, de todos nosotros, pasar por all¨ª de vez en cuando a comprar un libro, por saldar una deuda impagable.
Lagun aguant¨® a?os terribles. En la Nochebuena de 1996 una turba rompi¨® los cristales e hizo una hoguera con libros en la plaza, todo muy nazi. En 2000, le pegaron un tiro al marido de Castells, Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, exdirigente socialista, y sobrevivi¨® de milagro. Por cierto, fue por ¨®rdenes de Txapote, por si una presidenta de una comunidad aut¨®noma o alg¨²n otro ignorante a¨²n considera que se pueden hacer con ello rimas graciosas dirigidas al PSOE. Ahora vivimos en paz, pero nos pesa el culo para ir a una librer¨ªa, o hacernos un huevo frito, que te lo haces llevar a casa, y prefieres no cruzar palabra con nadie, ni te importa qui¨¦n te lo trae, eres solo un cliente, la cosa m¨¢s triste del mundo. A¨²n no hay fecha de cierre para Lagun, depender¨¢ de c¨®mo responde la gente. Ser¨ªa bonito ver famosos yendo por all¨ª y colg¨¢ndolo en Instagram, ver dirigentes de Bildu renegar en p¨²blico de las hogueras de libros y pasar a decir que fueron unos cafres y llevarse algo que les recomienden. Y del libro no ser¨ªa de lo que m¨¢s aprender¨ªan, sino de los libreros.
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