Pierre Cr¨¦tois, fil¨®sofo: ¡°No podemos pretender ser due?os absolutos de las cosas¡±
El pensador franc¨¦s invita en un libro a repensar la propiedad. Afirma que la ideolog¨ªa que la sostiene impide que avancen las luchas por la justicia
El fil¨®sofo franc¨¦s Pierre Cr¨¦tois (Angulema, Francia, 1981) pretende algo dif¨ªcil: que le demos la vuelta a c¨®mo nos relacionamos con la propiedad. Las sociedades actuales, argumenta, est¨¢n permeadas por la creencia de que, si uno es propietario de algo, tiene todos los derechos sobre ello. Su objetivo es romper con esa convicci¨®n que ha estructurado las relaciones sociales y que, seg¨²n ¨¦l, nos ha impedido avanzar hacia la igualdad y el respeto al medio ambiente. Estudioso de las corrientes del pensamiento socialista y solidarista, del comunitarismo al libertarismo, en 2022, mientras daba clases en la Universidad Burdeos-Montaigne, public¨® La parte com¨²n (traducido al espa?ol el pasado mes de junio por Ned Ediciones), un libro en el que deconstruye e invita a repensar el concepto de propiedad. La crisis clim¨¢tica es el momento id¨®neo para hacerlo, argumenta. La entrevista tiene lugar en Par¨ªs, en un restaurante entre el r¨ªo Sena y la Sorbona. En su segundo libro, La coposesi¨®n del mundo (2023, no traducido al espa?ol), da un paso m¨¢s y rechaza la idea de que el derecho a la propiedad es necesario al orden social.
PREGUNTA. En su obra cita una frase del fil¨®sofo franc¨¦s Jean-Jacques Rousseau: ¡°El demonio de la propiedad infesta todo cuanto toca¡±.
RESPUESTA. Rousseau muestra c¨®mo la introducci¨®n de la propiedad estructura las relaciones de dominaci¨®n y es una de las causas de las desigualdades. Para Rousseau, la desigualdad no s¨®lo implica diferencias, sino relaciones jer¨¢rquicas. Es la manera en que la propiedad estructura las relaciones sociales y las relaciones de dominaci¨®n entre seres humanos. Por otro lado, otra idea fuerte en Rousseau es que cree que gozamos mejor de las cosas cuando no nos pertenecen. Esta aspiraci¨®n a la posesi¨®n exclusiva convierte la propiedad en una carga, en una serie de molestias, y resulta en una quiebra de los lazos sociales.
P. ?Defiende lo mismo?
R. Yo defiendo que la propiedad es una modalidad de lo com¨²n: no podemos reivindicarnos como propietarios de las cosas, sino como simples propietarios de algunos derechos sobre las cosas, compatibles con los derechos de los otros. Cuando preguntamos a alguien si es propietario de su casa, en realidad es propietario de algunos derechos sobre esta casa en la medida en que son compatibles con los derechos de los dem¨¢s. En el fondo, no puedo hacer lo que quiero con mi fachada cuando estoy en una zona protegida, no por estar en mi casa puedo hacer absolutamente lo que yo quiera. Hay una serie de reglas que hacen que nunca podamos pretender ser due?os absolutos de las cosas. S¨®lo tenemos derechos relativos sobre ellas.
P. Ya existen l¨ªmites legales a la propiedad o a su disfrute.
R. El argumento fundamental consiste en atacar la ideolog¨ªa propietaria. Ese es el problema. No es tanto el Estado de derecho, sino la creencia seg¨²n la cual hacemos absolutamente lo que queremos con lo que nos pertenece. Y eso tiene muchas implicaciones, entre ellas la creencia de que el Estado no deber¨ªa estar autorizado a retener una parte de mis recursos. En realidad, el derecho no funciona as¨ª, pero funciona de una manera criticable, que parte de la propiedad y luego intenta hacerla compatible con la convivencia con otros. Para m¨ª, hay que darle la vuelta a las cosas, hay que partir del hecho de la convivencia y luego ver c¨®mo se distribuyen los derechos. Y eso lo cambiar¨ªa todo. Evitar¨ªa ciertas tensiones.
P. ?Qu¨¦ tensiones, por ejemplo?
R. El derecho de propiedad sobre la regulaci¨®n de los alquileres. Cada vez que se quieren regular los alquileres se da voz a los propietarios que dicen: ¡°No, ?pero eso me pertenece! ?En nombre de qu¨¦ el Estado tendr¨ªa el derecho de controlar lo que hago con lo que me pertenece?¡±. La ideolog¨ªa propietaria impide permanentemente que avancen luchas por la justicia.
P. Explica que esa relaci¨®n con la propiedad no siempre fue as¨ª. ?En qu¨¦ podemos inspirarnos?
R. Hay una fecha de nacimiento de la ideolog¨ªa propietaria y un autor como John Locke lo formula de manera bastante clara en el quinto cap¨ªtulo del segundo Tratado sobre el gobierno civil, de 1689. Pero antes, en el periodo medieval, hab¨ªa derechos superpuestos sobre las tierras. Una persona ten¨ªa derecho a cultivar la tierra, pero otra recog¨ªa las primeras bellotas. Hab¨ªa toda una serie de usos de la tierra que se compart¨ªan entre los miembros de la comunidad, lo que tambi¨¦n permit¨ªa vivir a los pastores sin tierra porque sus ovejas pod¨ªan ir a pastar. Pero no se trata de un modelo. Se trata de decir que hubo momentos de la vida europea en la que no exist¨ªa la apropiaci¨®n privativa. No creo que haya que regresar a la ¨¦poca medieval. Pero podemos funcionar de otra manera.
P. ?No es ut¨®pico?
R. No creo que invitar a una transformaci¨®n sea ut¨®pico, creo que forma parte de las posibilidades del momento que vivimos. La crisis medioambiental nos muestra que no podemos separarnos, que estamos ligados a los ecosistemas. No s¨®lo se trata de preservarlos, sino de repensar nuestra inserci¨®n en su seno. Preservar es de nuevo lo mismo: haces lo que quieres con lo que te pertenece, pero tienes que ser respetuoso con el medio ambiente. Y no: estamos inmersos en un entorno y lo que nos pertenece es parte de este entorno y debe funcionar en ¨¦l.
P. ?C¨®mo se podr¨ªa llevar a cabo esa transformaci¨®n?
R. Hay muchas formas de hacerlo. Cuando hablamos de deuda ecol¨®gica, es una forma de decir que la manera en que usas lo que te pertenece tiene efectos externos sobre el medio ambiente que son reales. Habr¨ªa que partir de lo que es compatible con una vida sostenible del medio ambiente, para ver despu¨¦s cu¨¢les son los derechos que se pueden ejercer leg¨ªtimamente sobre lo que nos pertenece.
P. ?C¨®mo se parte de lo com¨²n?
R. Un ejemplo es el mar Menor, al que decidieron dotar de personalidad jur¨ªdica. No es perfecta, pero es una idea interesante que consiste en partir de lo com¨²n y escuchar.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.