El futuro no est¨¢ escrito: la generaci¨®n Z puede protagonizar su tiempo
Los j¨®venes necesitan preguntarse qu¨¦ cosas est¨¢n dispuestos a reclamar y actuar pol¨ªticamente
La generaci¨®n de los baby boomers, es decir, los nacidos despu¨¦s de la II Guerra Mundial, de entre 60 y 78 a?os de edad, tiene fama de ser la m¨¢s privilegiada de la historia y, ahora, tambi¨¦n de ser la responsable de que las pol¨ªticas p¨²blicas no presten suficiente atenci¨®n a las necesidades de los j¨®venes, aplastados por todos los servicios sociales que hay que suministrar a esa enorme cohorte de viejos. Desde luego, el envejecimiento de la poblaci¨®n que se est¨¢ registrando en la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados es un hecho indiscutible. Seguramente, no es un cambio aislado, sino que forma parte de cambios m¨¢s amplios, que afectan radicalmente a muchos aspectos de la vida, social y pol¨ªtica, de la humanidad entera y que tendr¨¢ efectos impredecibles. Impredecibles quiere decir que no se pueden anunciar con conocimiento fundado.
No est¨¢ claro, pues, por qu¨¦ se asegura que los baby boomers van a provocar una cat¨¢strofe, al menos en Espa?a, como no se les ate corto. Al fin y al cabo, en su mayor parte est¨¢n jubilados y aunque conservan el formidable poder de su voto, este no es homog¨¦neo ni es tan mezquino que responda s¨®lo a la promesa de actualizaci¨®n de las pensiones. Si tiene tanta fuerza es, fundamentalmente, por la desmovilizaci¨®n electoral de las generaciones m¨¢s j¨®venes.
Es cierto que esa generaci¨®n de los baby boomers ha alcanzado los niveles de vida material m¨¢s altos hasta ahora conocidos, pero es dif¨ªcil atribuir ese hecho a ning¨²n privilegio, sino m¨¢s bien a su propio esfuerzo. Es la generaci¨®n que promovi¨® en el mundo el desarrollo tecnol¨®gico m¨¢s acelerado, la que profundiz¨® las instituciones multilaterales que hab¨ªan puesto en pie sus padres, con mucho sufrimiento, la que plant¨® cara en las calles a la guerra de Vietnam, promovi¨® la educaci¨®n universal y la sanidad p¨²blica hasta niveles desconocidos, y la que acab¨® definitivamente con el colonialismo y marc¨® el mayor empuje del movimiento feminista. Cierto que tambi¨¦n es la generaci¨®n que se plante¨® la mejora del nivel de vida como un objetivo capaz de arrasar con cualquier otra meta, la que permiti¨® la progresiva desregulaci¨®n del mundo financiero, la que no acab¨® con la pobreza y la que hizo de la comunicaci¨®n instant¨¢nea un lugar donde se globaliz¨® la mayor manipulaci¨®n pol¨ªtica vista hasta entonces.
Las generaciones m¨¢s recientes les reprochan que el mundo que han levantado les impedir¨¢ a ellos mismos alcanzar un nivel de vida similar. Pero el futuro no est¨¢ escrito ni para una ni para dos generaciones. ?Qui¨¦n hubiera podido avanzar en 1964 el prodigioso cambio que protagonizar¨ªan las mujeres en el mundo desarrollado? Quiz¨¢s las nuevas generaciones necesiten preguntarse qu¨¦ cosas est¨¢n dispuestas a reclamar. Si la batalla por la conservaci¨®n del medio ambiente es uno de sus objetivos, deber¨ªan preguntarse por qu¨¦ no disputan el espacio pol¨ªtico necesario para ello.
Resulta adem¨¢s curioso ese empe?o en fomentar un enfrentamiento entre los m¨¢s j¨®venes de hoy y los mayores de 65 a?os, como si no existieran un par de generaciones intermedias, especialmente la que tiene ahora de 45 a 60 a?os, que es la que est¨¢ gestionando realmente el mundo, pol¨ªtico, empresarial y financiero, y, precisamente, la que no parece capaz de hacer frente al aumento del autoritarismo dentro de sus democracias. Es la generaci¨®n de la italiana Meloni, de Macron, de Feij¨®o o de S¨¢nchez. Y tambi¨¦n, la de las enormes fortunas, responsables de un impulso a la desigualdad que no se hab¨ªa visto en un siglo.
No se trata de pronosticar alegremente que la llamada Generaci¨®n Z (1995-2012) ser¨¢ capaz de resolver los problemas que quedaron sin afrontar por la generaci¨®n de los baby boomers y siguientes, pero s¨ª de decir que no es posible pronosticar que quedar¨¢ aplastada por ellas. Por supuesto que hay que actuar pol¨ªticamente, frente a datos y hechos que en cada momento exigen respuesta, pero nada est¨¢ escrito, sobre todo si la generaci¨®n Z decide protagonizar su tiempo: bast¨® que acudieran a las urnas en masa para sacar a Polonia de los rieles del autoritarismo. Bastar¨¢ que acudan a votar en las elecciones europeas de junio para que se corte el paso al totalitarismo. Bastar¨¢ que asuman su propia responsabilidad. En el fondo, los baby boomers, en palabras de Pedro Salinas, conscientes de sus derrotas, conf¨ªan en su victoria.
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