La precariedad laboral se ceba con los veterinarios m¨¢s j¨®venes: ¡°Trabajo 12 horas al d¨ªa por 900 euros¡±

Veterinaria es la carrera peor pagada para los reci¨¦n graduados. El salario medio a los cuatro a?os es de 22.838 euros brutos, seg¨²n el cruce de datos de la Seguridad Social y de los estudiantes hecho por el Sistema Integrado de Informaci¨®n Universitaria del Ministerio de Universidades y, sin embargo, la vocaci¨®n es alt¨ªsima. La nota m¨ªnima para entrar es de las m¨¢s elevadas de Espa?a ¨Dentre el 11,7 y el 12,8 sobre 14 el pasado curso¨D y las universidades privadas se animan a abrir nuevas facultades, pese al gran coste de los estudios, por sus ganancias (hasta 17.480 euros solo las matr¨ªculas de primer curso, y son cinco).

La ocupaci¨®n laboral ha eclosionado en el sector en el ¨²ltimo a?o. De los 27.200 veterinarios registrados a finales de 2022, se ha pasado a 36.500 en el ¨²ltimo trimestre de 2023, lo que supone un incremento del 34%, seg¨²n refleja la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) publicada el pasado viernes. La quinta subida m¨¢s alta en porcentaje de las 87 secciones que recoge el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (aunque las dos primeras tienen una representaci¨®n minoritaria con apenas 2.000 trabajadores cada una). El dinero invertido por trabajador en las actividades veterinarias, sin embargo, es de unos 1.500 euros mensuales, una cifra relativamente baja si se compara con la media de las actividades sanitarias, que es de 2.914.

Este espectacular crecimiento del sector no repercute en los salarios. El presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de Espa?a (Colvet), Luis Alberto Calvo, considera que ¡°hay que regular¡± las plazas universitarias ofertadas. ¡°El mercado no es capaz de absorber a todos los graduados y eso provoca que las condiciones laborales sean peores¡±, argumenta Calvo. Para el presidente de la Federaci¨®n Estatal de Sindicatos de Veterinaria (Fesvet), Manuel Mart¨ªnez, el desequilibrio entre graduados y exigencias del mercado es ¡°una de las causas de los sueldos tan bajos¡±.

Con este panorama, hay veterinarios reci¨¦n graduados que se encuentran con condiciones precarias: jornadas laborales de m¨¢s de 12 horas, menos de 1.000 euros de remuneraci¨®n neta y semanas enteras sin ning¨²n d¨ªa de descanso. Aceptan becas en hospitales o trabajos en cl¨ªnicas para tratar de abrirse hueco en la profesi¨®n. El estr¨¦s y la ansiedad se vuelven una constante.

Andrea Benedito y Roberto Cuesta se graduaron hace dos a?os y uno, respectivamente, y todav¨ªa no han alcanzado el salario medio. La primera, valenciana de 25 a?os, cumple con las tres variables mencionadas. Tras terminar Veterinaria y trabajar un a?o en una cl¨ªnica, decidi¨® entrar, en marzo de 2023, en un hospital para hacer una beca en la que rotaba por distintas especialidades. ¡°Aprendes much¨ªsimo, pero es el a?o m¨¢s duro¡±, explica Benedito. Se pasa de media 12 horas en el hospital, trabaja durante 12 d¨ªas seguidos y tiene dos de descanso. ¡°Hay d¨ªas que llego a casa a la una de la madrugada y a las ocho tengo que estar de nuevo¡±, espeta. Todo por 900 euros al mes.

Cuesta, veterinario de 24 a?os nacido en Valencia, acab¨® su a?o de rotaci¨®n en el hospital hace cuatro meses. Con condiciones laborales similares a las de Benedito, ¨¦l afirma que todav¨ªa sigue notando el desfase horario. ¡°Soy capaz de dormirme a cualquier hora, pero cada noche me despierto dos o tres veces por la costumbre de estar siempre alerta¡±, explica, y a?ade que ¡°son las consecuencias del estr¨¦s¡±. Casi la mitad de los veterinarios muestra signos de ansiedad y uno de cada cinco piensa en abandonar la profesi¨®n durante el primer a?o, seg¨²n el estudio Calidad de vida presentado por la Asociaci¨®n de Veterinarios Espa?oles Especialistas en Peque?os Animales (AVEPA) a finales de 2023.

De los ocho becarios que trabajan en el hospital, Benedito es una de las que mejor ha gestionado la salud mental. Aunque tambi¨¦n ha tenido semanas m¨¢s flojas. ¡°Todos hemos tenido que parar en alg¨²n momento por estr¨¦s y por depresi¨®n¡±, lamenta. El c¨ªrculo m¨¢s cercano de Cuesta se encuentra en una situaci¨®n similar. ¡°Algunos han dejado la carrera, otros est¨¢n con medicaci¨®n y todos en alg¨²n momento han tenido ansiedad¡±, explica el veterinario graduado hace un a?o. El portavoz de AVEPA, Joaqu¨ªn Aragon¨¦s, achaca el elevado nivel de estr¨¦s a ¡°los salarios reducidos¡± y a la dificultad de ¡°lograr un equilibrio entre el trabajo y la familia¡±.

Si bien el extenso horario laboral es uno de los causantes del elevado nivel de estr¨¦s, no es el ¨²nico. Los centros de veterinaria, tanto cl¨ªnicas como hospitales, son en su mayor¨ªa de titularidad privada y los propietarios de los animales se tienen que hacer cargo de los costes, por lo que cada tratamiento que se realiza tiene que estar previamente validado por los due?os. Este proceso de negociaci¨®n implica un desgaste para los veterinarios, tanto por tener que lidiar con los propietarios como por tener que aceptar que el animal no recibe el tratamiento adecuado. ¡°A m¨ª lo que m¨¢s me satura cada d¨ªa son las discusiones con los propietarios del animal¡±, cuenta Benedito. Una tarea que, para el presidente de la Fesvet, ¡°deber¨ªa estar diferenciada de la actividad asistencial¡±. El portavoz de AVEPA coincide con la opini¨®n.

Hay 15 universidades en las que se puede estudiar Veterinaria repartidas por Espa?a y el nivel de docencia es muy alto. La Universidad Aut¨®noma de Barcelona y la Complutense aparecen siempre entre las mejores del mundo en esta especialidad. Este curso hay matriculados 9.606 alumnos, una cifra que ha aumentado un 2,3% respecto al curso 2015/2016, cuando hab¨ªa 9.373. Este ligero aumento, sin embargo, ha sido desigual seg¨²n la titularidad de las universidades. Mientras que las p¨²blicas han bajado de 7.020 estudiantes a 6.386, las privadas han incrementado el n¨²mero de matriculados de 2.353 a 3.220.

Pol¨¦mica con las nuevas universidades

La reciente apertura de dos grados de Veterinaria en la Universidad Europea de Madrid y en la Universidad Cat¨®lica San Antonio de Murcia (UCAM), ambas privadas, ha desatado las protestas de diversos colectivos del sector por generar un exceso de veterinarios que no se corresponde con las salidas laborales, seg¨²n denuncian. ¡°Es una profesi¨®n muy atractiva y muy vocacional, pero una vez terminada la carrera las condiciones no son las esperadas¡±, argumenta el presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de Espa?a (Colvet). Posici¨®n que comparte el portavoz de la Fesvet, que compara el n¨²mero de universidades con otros pa¨ªses del entorno. ¡°En Francia hay cuatro facultades, en Alemania cinco y en Reino Unido seis, y son pa¨ªses con una poblaci¨®n mayor¡±, explica.

Por cada plaza en las universidades p¨²blicas para entrar en Veterinaria hay 8,5 aspirantes, lo que supone la segunda ratio m¨¢s alta, solo por detr¨¢s de Medicina, con 13. Las universidades y los gobiernos auton¨®micos se resisten a implantar el grado por el elevado coste que implica la construcci¨®n de laboratorios o las cl¨ªnicas con animales vivos ¨Dpor ejemplo la del Pa¨ªs Vasco, pese a ser una de las m¨¢s ricas del pa¨ªs y al inter¨¦s de los ganaderos¨D, por lo que las universidades privadas han visto una oportunidad de negocio.

Tanto Benedito como Cuesta tuvieron claro al iniciar la carrera que se quer¨ªan especializar en perros y gatos. Es la opci¨®n elegida por la mayor¨ªa de los reci¨¦n graduados y, por lo tanto, la m¨¢s saturada. En las zonas rurales, en cambio, hay escasez de profesionales, seg¨²n explican desde el Colegio de Veterinarios, por ser una opci¨®n ¡°poco atractiva¡±. ¡°En el campo te puede tocar coger el coche a las tres de la madrugada para ayudar a que una vaca para, y eso es duro¡±, ejemplifica Calvo.

A Benedito todav¨ªa le queda un mes y medio para terminar su beca en el hospital y tiene decidido que su siguiente paso ser¨¢ especializarse en cirug¨ªa animal. ¡°Toda la vida he tenido claro que quer¨ªa ser veterinaria y ahora no voy a abandonar¡±, comenta. Tampoco Cuesta se plantea dejarlo ahora que tiene un contrato indefinido y cobra unos 1.500 euros. Poco a poco empiezan a escapar de la precariedad laboral.

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