Cuando Rajoy mir¨® para otro lado en el tema de la negociaci¨®n con ETA
El ex l¨ªder del PP, muy combativo en p¨²blico contra el di¨¢logo con los terroristas, pidi¨® en privado al entonces presidente Zapatero que hiciera lo que tuviera que hacer pero que no le contara nada. Lo revela el periodista Manuel S¨¢nchez en su nuevo libro, del que ¡®Ideas¡¯ publica un adelanto
En cuanto al fin de ETA, m¨¢s all¨¢ del desahogo que protagoniz¨® en la entrevista en la cadena Cope, donde reivindic¨® que durante su Gobierno se acab¨® con el terrorismo, a Zapatero se le nota algo dolido por esa falta de reconocimiento.
Recuerda que, antes del fin de la banda armada, numerosos periodistas y analistas planteaban que quien acabara con el terrorismo en Espa?a pasar¨ªa a la historia con letras may¨²sculas. ¡°Cuando lleg¨® el momento, ninguno de los que escribi¨® aquello lo record¨®¡±, dice.
Sobre por qu¨¦ el PSOE tampoco puso en valor este logro, ni en la campa?a electoral de 2011 ni posteriormente, el expresidente del Gobierno tiene su explicaci¨®n: ¡°Pienso que, en este tema, el hecho de haber sido muy divisorio pol¨ªticamente, porque la derecha utiliz¨® contra m¨ª el proceso de di¨¢logo con ETA, pues es lo que quiz¨¢ nos ha contenido, nos ha limitado y nos ha hecho, en mi caso hasta ahora, no hacer de ello un acto de afirmaci¨®n y de orgullo. Ahora creo que ya ha pasado el tiempo necesario y suficiente para que perdamos esa timidez¡±.
Cuando se refiere a la gesti¨®n que hizo su Gobierno de la crisis econ¨®mica de 2008, Zapatero no puede disimular que todav¨ªa le duele aquello. ¡°Fue un tsunami, pero, visto con el tiempo, compar¨¢ndolo con la crisis que lleg¨® como consecuencia de la pandemia de la covid-19, que fue otro tsunami econ¨®mico, y viendo c¨®mo la reacci¨®n de Europa fue totalmente distinta, queda en mi tranquilidad que s¨¦ que las herramientas de las que dispuse eran absolutamente limitadas para combatir aquello, no teniendo moneda propia o no teniendo el Banco Central¡±, dice, en un claro reproche a las decisiones que se adoptaron por parte de la Uni¨®n Europea en aquel periodo.
El empleo fue la mayor v¨ªctima de aquella crisis y, a?os despu¨¦s, se cifr¨® en casi cuatro millones los puestos de trabajo que se perdieron en Espa?a, sin que se llegaran a articular apenas medidas de contenci¨®n con efectividad. Viendo la diferencia entre las dos crisis, Zapatero reflexiona y dice que, tras haber visto c¨®mo se actu¨® en la pandemia con los ERTE y las medidas de la reforma laboral ¡ªque admite que funcionan extraordinariamente bien¡ª, lo que sucedi¨® en su ¨²ltimo a?o de Gobierno le parece casi un disparate.
¡°Las empresas espa?olas gastaron 3.500 millones de euros en despedir a la gente, y no tuvimos una mayor capacidad de frenarlo entonces. Aunque es verdad que nos enfrentamos a sectores productivos que pr¨¢cticamente desaparecieron, como la construcci¨®n y el sector inmobiliario¡±, afirma.
Dicho esto, el expresidente del Gobierno no elude responsabilidades: ¡°Yo asumo, porque era presidente del Gobierno y las cosas pasaron bajo mi mandato, que una parte de la sociedad estuvo cr¨ªtica y ten¨ªa toda la raz¨®n. Siempre he asumido que el responsable de las consecuencias de esa crisis fue el Gobierno que yo presid¨ªa¡±.
Otro tema que le persigui¨® durante todo su mandato fue el conflicto con Catalu?a y c¨®mo afront¨® el tema territorial de Espa?a. Todav¨ªa hay dirigentes socialistas que no se explican y se sorprenden de esa concepci¨®n de la Espa?a plural y federal que defendi¨® el expresidente a lo largo de sus dos legislaturas, en especial viniendo de un dirigente socialista castellanoleon¨¦s. (¡)
Sin embargo, Zapatero cree que ¨¦l no resucit¨® el debate territorial de Espa?a; seg¨²n dijo, este es un tema que viene de hace doscientos a?os. ¡°Est¨¢ inserto en la naturaleza de nuestro pa¨ªs, con momentos ¨¢lgidos y momentos de calma, aunque siempre presente en la historia pol¨ªtica de Espa?a¡±, explica.
El expresidente afirma que ¨¦l hizo un intento de afrontar la situaci¨®n y est¨¢ convencido de que hubiera salido bien y podr¨ªa haber funcionado para la convivencia en nuestro pa¨ªs durante los siguientes treinta a?os, sobre todo, si se hubiera contado con la colaboraci¨®n del PP. Por esta raz¨®n, Zapatero intent¨® convencer a Mariano Rajoy de que le apoyara, pero reconoce que le result¨® absolutamente imposible contar con su acuerdo.
El expresidente socialista no cree que ¨¦l resucitara el debate territorial: es un tema, dice, que viene de hace 200 a?os
Tampoco se siente culpable de que su apuesta por un modelo de Estado plurinacional en Espa?a o la aprobaci¨®n del Estatut de Catalu?a y las promesas y negociaciones que se desarrollaron durante su Gobierno derivaran, el 1 de octubre de 2017, en un refer¨¦ndum ilegal promovido por el independentismo en Catalu?a.
¡°No me siento culpable en absoluto ¡ªdice con gesto serio¡ª. La democracia tiene responsabilidades muy repartidas. Pero creo que la principal responsable, y siento decirlo, fue la sentencia que dict¨® el Tribunal Constitucional. Objetivamente, todo empez¨® ah¨ª¡±.
Zapatero cree que cualquier periodista o historiador tiene que concluir que, a ra¨ªz de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC), hay un antes y un despu¨¦s que marca la relaci¨®n con Catalu?a, ¡°porque es cuando se produce una reacci¨®n masiva de todo el arco parlamentario, menos del PP, en contra de esa sentencia. Por una raz¨®n muy sencilla: desde Catalu?a se consider¨® que se hab¨ªa roto el pacto constitucional con esa sentencia, y lo razonaron desde el primer momento. Pienso que su razonamiento merece ser escuchado¡±.
A continuaci¨®n, en tono did¨¢ctico, el expresidente explica que el Estatut de 1979 fue elaborado por una asamblea de parlamentarios en representaci¨®n de Catalu?a y de las Cortes Generales, luego se someti¨® a refer¨¦ndum, y cuando despu¨¦s fue ratificado por las Cortes, no se admitieron enmiendas; se aprob¨® el mismo texto que se hab¨ªa votado.
Para Zapatero, ¡°el esp¨ªritu que ah¨ª se construye es una especie de pacto federal, que viene a decir que lo que acordamos se respeta cuando se ha aprobado en un refer¨¦ndum, y eso ya no se puede tocar. Los partidos nacionalistas catalanes consideraron que con la sentencia del TC ese acuerdo t¨¢cito se rompe y lo interpretan como una quiebra del pacto constitucional¡±.
En su opini¨®n, ¡°esta visi¨®n no es ninguna locura, ya que se evidencia un choque de legitimidades: porque el pueblo de Catalu?a vot¨® un Estatut frente a la legitimidad del TC, que emiti¨® una sentencia que pod¨ªa emitir. Fue una anomal¨ªa del sistema en un tema tan crucial¡±.
Por ello, Zapatero aplaude que, en 2015, con mayor¨ªa absoluta del PP, se recuperara el recurso previo de inconstitucionalidad, que tiene por objeto la posibilidad de plantear impugnaci¨®n ante el TC del texto definitivo de un proyecto de estatuto de autonom¨ªa o de una propuesta de reforma de un estatuto, aprobado por las Cortes Generales, antes de ser sometido a votaci¨®n en refer¨¦ndum. Es decir, que cualquier consulta de una reforma estatutaria que se someta a la ciudadan¨ªa tenga ya la garant¨ªa de estar dentro del marco de la Constituci¨®n. El expresidente considera ¡°interesant¨ªsimo que ah¨ª estuviera el PP¡±.
Tras muchas consideraciones, Zapatero hace su balance de todo aquello: ¡°Fue un intento m¨¢s de mejorar esa relaci¨®n entre Espa?a y Catalu?a, pero las fuerzas que se opusieron eran muy fuertes. Me hubiera gustado contar con el PP y he reflexionado mucho qu¨¦ hubiera podido hacer m¨¢s¡±.
En este aspecto, el l¨ªder socialista realiza una confesi¨®n in¨¦dita hasta ahora: ¡°Con el tema de ETA, que Rajoy me combati¨® muy duramente y lleg¨® a decir algunas cosas inapropiadas en el Parlamento, sin embargo, privadamente estaba mucho m¨¢s abierto que con el tema de Catalu?a. Es curioso. Con el tema de ETA m¨¢s o menos me dijo: ¡®T¨² haz lo que tengas que hacer, pero no me lo cuentes¡¯. Es muy de Rajoy¡±. Y Zapatero suelta una carcajada.
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