El debate pol¨ªtico cojea: no se habla del control de la econom¨ªa, de sanidad o de impuestos
Abrir la discusi¨®n p¨²blica a estos temas no implica eliminar el de la Ley de Amnist¨ªa, que es un elemento pol¨ªtico de primer orden
Lo peor del debate pol¨ªtico actual es que se est¨¢ dejando de hablar de lo que realmente debe formar parte de un debate pol¨ªtico. Como explica el conocido fil¨®sofo estadounidense Michael J. Sandel, en estos momentos ser¨ªa fundamental debatir sobre econom¨ªa y dejar de considerar la globalizaci¨®n como un fen¨®meno atmosf¨¦rico, un hecho de la naturaleza que no est¨¢ sujeto a ning¨²n control. El problema es que todo eso se elimin¨® del espacio pol¨ªtico norteamericano y que el Partido Dem¨®crata o no ha sido capaz o no ha estado interesado en introducirlo de nuevo. Por eso, Trump sigue teniendo tantas posibilidades de ganar las pr¨®ximas elecciones, porque la desaparici¨®n del verdadero debate pol¨ªtico le beneficia enormemente.
Lo mismo sucede en Europa, aunque no en todos los pa¨ªses con la misma fuerza. Espa?a es, en estos momentos, uno de los lugares donde m¨¢s ha desaparecido el espacio pol¨ªtico, seg¨²n reconoci¨® esta semana el jefe de la oposici¨®n, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, aunque, lamentablemente, no anunci¨® ninguna iniciativa para remediarlo, pese a disponer de instrumentos para ello (el Partido Popular gobierna 14 de las 17 comunidades aut¨®nomas).
Lo razonable ser¨ªa que el debate incluyera temas como el control democr¨¢tico de la econom¨ªa, o la situaci¨®n de la sanidad p¨²blica, no como un problema t¨¦cnico, sino como un proyecto que une a un pa¨ªs. Ni tan siquiera, ahora que se acaba de abrir el periodo de presentaci¨®n de la declaraci¨®n de la renta, se habla de impuestos como un tema esencialmente pol¨ªtico. Andreu Miss¨¦ recomendaba hace poco el libro Los ricos no pagan IRPF, de los expertos fiscales Carlos Cruzado y Jos¨¦ M. Mollinedo. Es un trabajo notable que pone de manifiesto que el 75% de las actuaciones del Ministerio de Hacienda para descubrir fraudes se siguen centrando en particulares y aut¨®nomos, para descubrir una deuda media de mil euros, mientras que el control del impuesto de sociedades ¡°sigue siendo un erial¡±. Eso s¨ª es un tema pol¨ªtico que merece un buen debate al que todos estemos atentos. Pod¨ªamos empezar a hablar, como propone Michael J. Sandel, de lo que nos debemos los ciudadanos unos a otros y en qu¨¦ consiste el sentimiento de comunidad.
El espacio pol¨ªtico en Espa?a es cada d¨ªa m¨¢s reducido, est¨¢ casi pr¨¢cticamente eliminado, sustituido por un ruido formidable sobre la moral, como si en las elecciones no se fuera a decidir cu¨¢l es el programa pol¨ªtico m¨¢s valorado, sino a se?alar qui¨¦n es el pol¨ªtico que act¨²a m¨¢s ajustado a los preceptos de la moral. Y ya dec¨ªa Karl Popper que est¨¢ muy bien moralizar la vida p¨²blica, pero no hacer pol¨ªtica con la moral. Y eso es m¨¢s bien lo que est¨¢ ocurriendo en la vida p¨²blica espa?ola.
Por supuesto que los pol¨ªticos deben asumir sus responsabilidades. Las penales las establecen exclusivamente los tribunales. Y las pol¨ªticas se reclaman en el Congreso de los Diputados. Pedro S¨¢nchez no consigui¨® ser presidente del Gobierno en su primera ocasi¨®n porque fuera m¨¢s honesto que Mariano Rajoy, sino porque present¨® una moci¨®n de censura y obtuvo la mayor¨ªa necesaria. Lo que plante¨® S¨¢nchez fue que el PP como organizaci¨®n acababa de ser considerado por un tribunal participante a t¨ªtulo lucrativo de delitos de corrupci¨®n. Ese fue el argumento que le permiti¨® alcanzar la mayor¨ªa parlamentaria necesaria, ser elegido presidente del Gobierno y convocar inmediatamente elecciones generales, con el resultado de una mayor¨ªa de gobierno que le permiti¨® prorrogar su mandato. Si el actual jefe de la oposici¨®n quiere provocar el adelantamiento de las elecciones, dispone del mismo mecanismo constitucional, la moci¨®n de censura. La dificultad, enorme, es lograr el apoyo de una mayor¨ªa parlamentaria que deber¨ªa reunir, como m¨ªnimo, el voto del PP con los de Vox, PNV y Junts.
Abrir el debate p¨²blico a estos temas tan necesarios no implica eliminar el de la Ley de Amnist¨ªa, que es un elemento pol¨ªtico de primer orden y que est¨¢ pendiente del dictamen del Tribunal Constitucional. No se trata de minusvalorar esa pol¨¦mica, pero s¨ª de resaltar la extra?a desaparici¨®n de cualquier otro tema, sobre todo de aquellos que, por su propia naturaleza, podr¨ªan ayudar a construir el sentimiento de pertenencia a una comunidad, una manera distinta de hablar de patriotismo, pero con los mismos efectos.
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