?Para qu¨¦ tenemos amigos de segundo rango?
La salud de las relaciones descansa en la reciprocidad y la confianza, pero no podemos evitar establecer continuas jerarqu¨ªas secretas de las amistades, organizar una gradaci¨®n privada que nos ordena la vida social
Haga un repaso r¨¢pido de su entorno. Usted tambi¨¦n tiene un amigo que cree que es m¨¢s amigo suyo de lo que realmente es. Es decir, para usted esa persona es un v¨ªnculo ligero, ¨²til y hasta divertido, est¨¢ en la periferia de su vida; pero para ella usted est¨¢ en el centro y espera m¨¢s entrega y compromiso. Esta asimetr¨ªa, propia de los amores dif¨ªciles, es complicada de gestionar entre amigos donde, sobre todo cuando hay que establecer gradaciones, se prefiere ser ambiguo y dejar crecer la fantas¨ªa de la amistad.
Hemos aprendido que la salud de las relaciones descansa en la reciprocidad y la confianza, pero no podemos evitar establecer continuas jerarqu¨ªas secretas de amigos, organizar una gradaci¨®n privada que negar¨ªamos rotundamente ante un juez, pero que nos ordena la vida social. Esta jerarqu¨ªa crea tensi¨®n sobre todo en el universo de los casi amigos, v¨ªnculos fr¨¢giles y sin definir que nos hacen la vida mejor pero no est¨¢n entre los cinco imprescindibles que conforman nuestra red social primaria.
La amistad puede surgir cuando se comparte un jefe terrible ¡ªnada une m¨¢s que un enemigo com¨²n¡ª o cuando se ha escapado a la vez del chat de padres del cole. Uno puede hacer amigos en un viaje, en el gimnasio o en el bar, durante un m¨¢ster o cuando ambos se han quedado tirados un verano en Madrid. Son circunstancias que favorecen la creaci¨®n de un v¨ªnculo ¨²til y afectivo, pero que quiz¨¢s no aguante la vuelta de la normalidad. O quiz¨¢s s¨ª, para una de las partes.
El soci¨®logo Claude Fisher, de la Universidad de Berkeley, California, habla de las ¡°expectativas asim¨¦tricas¡± que se crean entre los casi amigos o medium friends, como se los llama en el mundo acad¨¦mico. Este desequilibrio puede ser una fuente latente de conflictos. ¡°Clasificar las amistades seg¨²n su dimensi¨®n ¡ªd¨¦bil, media, fuerte¡ª tiene cierto sentido intuitivo, dada la falta de precisi¨®n del lenguaje para colocar a los amigos ¡ªen Estados Unidos, todos, desde un amante hasta un conocido, son llamados amigos¡ª, pero no es la mejor manera de hacerlo. Fisher, que ha estudiado durante a?os la amistad entre estadounidenses y aclara v¨ªa correo electr¨®nico que esa es su zona de expertise, dice que preferir¨ªa ¡°un sistema donde se entendiera mejor que hay amigos provenientes de contextos varios y con los que se crean v¨ªnculos de intensidad diferente¡±.
Los medium friends son amigos aut¨¦nticos, comparten historia, intereses, c¨®digos y chistes. Son ¨²tiles para mantenerse informado y pueden ayudar, por ejemplo, a cambiar de trabajo ¡ªel ensayo La fuerza de los lazos d¨¦biles, del soci¨®logo Mark S. Granovetter, muestra que el 84% de las personas que hab¨ªan conseguido un empleo lo hab¨ªan hecho gracias a un contacto¡ª. Pero, al contrario de los amigos m¨¢s cercanos, no se les dedica atenci¨®n y energ¨ªa ilimitados. Si un casi amigo recibe un diagn¨®stico grave, ?qu¨¦ ser¨ªa lo adecuado: llamarlo cada d¨ªa, acompa?arlo a las consultas m¨¦dicas, cocinarle sopa de pollo o mandarle un mensaje cort¨¦s dese¨¢ndole una pronta recuperaci¨®n?
¡°Todo depende de la estructura social de cada individuo. La red social de algunas personas se nutre de v¨ªnculos d¨¦biles, probablemente porque le falta la red primaria. Vivimos en una sociedad donde establecer esos cinco v¨ªnculos fuertes puede ser, en ocasiones, complicado¡±, opina Cinthya Molina, psic¨®loga cl¨ªnica, y a?ade: ¡°Alguien con una red primaria muy establecida puede considerar al resto de sus contactos como ligeros y utilitarios, casi para evadirse de su mundo, mientras para el otro esas relaciones tendr¨¢n otro valor¡±.
¡°Tenemos un tiempo y un presupuesto limitados para gastar en amigos. Por eso no podemos ponerlos a todos al mismo nivel, unos ser¨¢n m¨¢s cercanos y otros menos. Algunos alcanzar¨¢n el podio de mejores amigos por la larga historia compartida, pues, cuando alguien ha pasado con nosotros momentos duros, tendemos a tenerlo siempre cerca¡±, explica por correo electr¨®nico Beverley Fehr, psic¨®loga social e investigadora de la Universidad de Winnipeg.
En sus investigaciones, Fehr ha comprobado que la proximidad f¨ªsica es crucial en el tipo de amistad que se establece. ¡°Aunque podamos mantener el contacto por internet, los estudios muestran que los amigos se distancian cuando alguno cambia de ciudad. A veces decidimos mantener a raya la amistad con un compa?ero de trabajo para evitar posicionarnos en caso de conflicto o por si uno fuera ascendido y el otro no. El grado de amistad tambi¨¦n depender¨¢ de la similitud. Quienes comparten valores y actitudes tienen m¨¢s probabilidades de convertirse en amigos ¨ªntimos¡±.
Acad¨¦micos como el psic¨®logo evolucionista de la Universidad de Oxford Robin Dunbar ¡ªmuy citado por la creaci¨®n en 1993 del n¨²mero Dunbar, que estableci¨® que el cerebro humano a lo largo de su vida no puede cargar con m¨¢s de 150 relaciones ¡°estables y significativas¡±¡ª dibujan la vida social en c¨ªrculos conc¨¦ntricos: el centro est¨¢ ocupado por los m¨¢s cercanos, que no pasan de cinco, incluyendo a la pareja. En el segundo nivel habr¨ªa unas 15 personas; en el tercero, entre 30 y 40, y en el cuarto, quedar¨ªan los conocidos. Los casi amigos, ?ir¨ªan al segundo o al tercer c¨ªrculo o se quedar¨ªan en la periferia? Es un enigma sin aclarar.
En sus investigaciones, Dunbar ha observado que las personas cambian a los amigos del primer c¨ªrculo con extremada lentitud, aproximadamente uno por d¨¦cada. Especialmente los amigos de los a?os universitarios parecen inamovibles, son relaciones que apenas necesitan mantenimiento y se retoman donde se dejaron la ¨²ltima vez. No importa el tiempo que haya pasado.
Sin embargo, en el tercer y cuarto c¨ªrculo hay mucha rotaci¨®n. Los adultos j¨®venes suelen hacer un recambio de entre el 30% y el 40% de sus amigos cada a?o. Un ritmo que se desacelera a medida que envejecemos. Los amigos bajan de categor¨ªa cuando los hijos van a otro colegio, cuando hay un cambio de trabajo o una mudanza. Y suben cuando se reencuentran en una situaci¨®n com¨²n, por ejemplo, un divorcio o la enfermedad de los padres.
Dunbar cree que no somos m¨¢s expl¨ªcitos con nuestros casi amigos porque queremos mantener la puerta abierta. Beverley Fehr ha constatado que, ante un conflicto de lealtades con un medium friend, solemos replegarnos y adoptar una actitud pasiva, como deseando que sea el tiempo quien lo solucione. Es una mezcla de cortes¨ªa y ego¨ªsmo. Quiz¨¢s tengamos que recuperarlos unos a?os m¨¢s tarde, porque lo que la ciencia tambi¨¦n ha demostrado es que, a medida que envejecemos, la vida social se reduce a una o dos personas. No es mala estrategia: Fehr dice que las investigaciones muestran beneficios cada vez m¨¢s s¨®lidos del arte de cultivar a los casi amigos. ¡°Las interacciones sociales livianas, sin grandes expectativas ni sentido de la obligaci¨®n, son liberadoras, mejoran nuestro estado de ¨¢nimo y el sentido de pertenencia a un grupo, benefician incluso a las personas t¨ªmidas¡±, dice la investigadora. Los estudios muestran que los grupos que funcionan bien suelen componerse de amigos de amplio espectro, donde se mezclan lazos muy estrechos con otros m¨¢s superficiales. Igual la armon¨ªa consiste en no intentar adivinar qui¨¦n es qui¨¦n. Al final, todos somos casi amigos de alguien.
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