Un hombre blanco para distinguir machistas de racistas en ¡®prime time¡¯
La pregunta de David Broncano a sus invitados no es f¨¢cil de entender: ?se puede ser un poco racista o un poco machista?
La falta de diversidad racial en la televisi¨®n espa?ola es tan lamentable como su sobrerrepresentaci¨®n masculina. Dos hombres blancos heterosexuales se disputan esta temporada la franja del acceso al prime time, lo cual podr¨ªa ser casual, salvo porque en las horas previas y en las que vienen despu¨¦s de sus programas persiste la mayor¨ªa masculina, como bien contaba Mariola Cubells en un art¨ªculo publicado en EL PA?S hace unas semanas. Y si las mujeres est¨¢n infrarrepresentadas, las personas migrantes o racializadas est¨¢n invisibilizadas. En este contexto, uno de esos hombres, David Broncano, al frente de La revuelta, el programa m¨¢s refrescante que nos ha dado la tele en los ¨²ltimos a?os, reta cada noche a sus invitados pregunt¨¢ndoles si son m¨¢s machistas o m¨¢s racistas. Una pregunta buen¨ªsima y pertinente que, planteada en un medio que no representa ni de lejos la diversidad de sus espectadores, corre el riesgo de dejar de ser inc¨®moda para convertirse en c¨®mplice.
En el plat¨® del programa, por lo que sea, hay m¨¢s c¨®micos, m¨²sicos y talentos masculinos en general que mujeres. Y, por lo que sea, el presentador es tambi¨¦n un hombre. As¨ª que podr¨ªa parecer un espacio seguro para confesar el sesgo machista. Desde luego m¨¢s que un plat¨® liderado por Henar ?lvarez, In¨¦s Hernand o Nerea P¨¦rez de las Heras, por citar solo tres de los nombres que me encantar¨ªa ver en ese acceso al prime time. Huelga decir que la televisi¨®n patria se esfuerza en dise?ar en todas las cadenas una programaci¨®n que muchos definen sin complejos como blanca y familiar. Y que lo de blanca se cumple con rigor. ?El resultado? Una televisi¨®n donde el machismo es tolerable y el racismo ni siquiera existe en la blanca imaginaci¨®n de los programadores. Aun as¨ª, y por si alguien pudiera incomodarse, Broncano aclara que no se va a juzgar a nadie. ¡°No es acusar¡±, explica a ?DjMaRiio. ¡°Es que todos, por desgracia, tenemos un poco de todo, porque nadie es perfecto, ?qu¨¦ eres t¨² un poco m¨¢s?, ?m¨¢s machista o m¨¢s racista?¡±.
Cuando dice que no quiere acusar, me pierdo. Porque, aunque en La revuelta no se acuse, el machismo y el racismo son delitos de odio que en nuestro pa¨ªs s¨ª se juzgan y condenan all¨ª donde se producen. Pero claro, Broncano no habla de un delito sino de un defectillo menor, uno peque?o. Lo que no entiendo es ?qu¨¦ es ser un poco machista? ?Se refiere a ser un poco acosador? ?Un poco violador? ?Y qu¨¦ es ser un poco racista? ?Ser¨ªa, por ejemplo, un poco racista un pa¨ªs como Espa?a, donde los datos del CIS recogen la inmigraci¨®n como la mayor preocupaci¨®n de los ciudadanos, por encima del paro o los pol¨ªticos? ?Podr¨ªa serlo, adem¨¢s, sin juicio ni culpa? Por lo visto s¨ª.
¡°Es que racista no soy nada¡±, aseguraba DjMaRiio. ¡°Entonces tendr¨¦ que tirar m¨¢s a machista¡±. Su respuesta no es original. La mayor¨ªa se acoge al machismo por descarte. A excepci¨®n de Juanjo Mill¨¢s y Ra¨²l Cimas, nadie se toma la molestia de asumir el racismo. Lo malo es que en este contexto la pregunta corre el riesgo de perder la gracia y van a tener que currarse otras nuevas. Por ejemplo, ?eres un poco m¨¢s acosador o m¨¢s violador? ?M¨¢s de concertina sencilla o de la industrial? Eso y despu¨¦s la voz serena de un hombre blanco y muy crack, como David Broncano, explicando que ¡°aqu¨ª no se acusa de nada¡±.
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