'Fumata' negra en el Vaticano
Tras el juramento de los cardenales, se han cerrado a sus espaldas las puertas de la Capilla Sixtina.- La primera votaci¨®n no ha permitido alcanzar el consenso necesario
La chimenea colocada en el tejado de la Capilla Sixtina ha emitido esta noche humo negro, lo que significa que el resultado de la primera votaci¨®n de los 115 cardenales reunidos en c¨®nclave no ha permitido decidir qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo Papa.
Para ser elegido Pont¨ªfice de la Iglesia cat¨®lica es necesario que se alcancen dos tercios de los votos de los purpurados electores —fijados en esta ocasi¨®n en 77—, en una de las primeras 33 votaciones. Despu¨¦s, se escoge entre los dos candidatos m¨¢s votados de la ¨²ltima votaci¨®n y se decide por mayor¨ªa absoluta. Las previsiones apuntan a que ser¨¢ un c¨®nclave breve, como lo fueron los ocho precedentes a lo largo del Siglo XX. P¨ªo XII fue elegido con tres escrutinios; Juan Pablo I, con 4; Pablo VI, con 5; Juan Pablo II, con 8, y Juan XXIII, con 11.
En la Plaza de San Pedro hab¨ªa unas 65.000 personas aguardando la primera fumata del c¨®nclave. La gente ha ido llegando a lo largo de la tarde, seg¨²n se aproximaba la hora prevista para que se anunciara el resultado de la votaci¨®n, y sobre todo despu¨¦s de salir de sus trabajos. Religiosos de medio mundo, algunos turistas extranjeros, pero muchos menos que durante las ¨²ltimas horas de agon¨ªa de Juan Pablo II, y m¨¢s que nada periodistas, muchos periodistas. Espa?oles, pocos.
Las apuestas entre los congregados eran mucho m¨¢s heterodoxas que las publicadas en la prensa. Un religioso vietnamita, que se hab¨ªa desplazado desde su pa¨ªs para vivir el c¨®nclave desde cerca, incluso auguraba que el elegido no ser¨ªa un cardenal sino el obispo de Hong Kong, aferr¨¢ndose a unas supuestas declaraciones de Juan Pablo II en las que afirmaba: "Mi sucesor no estar¨¢ entre aquellos que lo han de elegir". El caso es que la gente, aburrida, comenzaba ya a irse cuando aparecieron las primeras briznas de humo; al no haber forma de saber si se producir¨ªa votaci¨®n o no excepto aguardando a ver su resultado, la tesitura era paciencia y fr¨ªo o volverse a casa.
En un primer momento los congregados creyeron ver humo blanco, pues al principio la humareda es poco densa. Estallaron entonces en c¨¢nticos y gritos de alegr¨ªa, en lo que fueron apenas dos minutos de locura hasta que se corri¨® la voz: "? nero, ¨¨ nero". Remitieron entonces la emoci¨®n y la incredulidad, pero nadie pareci¨® irse decepcionado en lo que parece ya haberse entendido como un espect¨¢culo de doble sesi¨®n: a mediod¨ªa y a las siete de la tarde, fumata.
Los cardenales se dirigir¨¢n ahora a sus aposentos en la residencia de Santa Marta y volver¨¢n a reunirse y a votar ma?ana. Horas antes, a las cuatro y media de la tarde, los pr¨ªncipes de la Iglesia hab¨ªan cubierto los pocos metros que separan la estancia de la residencia de Santa Marta, prestaron juramento y comenzaron el c¨®nclave. Si en la primera votaci¨®n se hubiera elegido Papa, la fumata hubiera sido blanca y habr¨ªan repicado las campanas de la Bas¨ªlica de San Pedro.
Tanto el recorrido ceremonial entre el Aula de las Bendiciones y la Capilla Sixtina como la liturgia del juramento han sido televisados en directo por primera vez en la historia. Luego se han cerrado las puertas de la estancia y ha comenzado, en secreto bajo pena de excomuni¨®n fulminante, el c¨®nclave. Seg¨²n informa desde Roma Enric Gonz¨¢lez, antes de que el maestro de ceremonias, el arzobispo Pietro Marini, pronunciara el extra omnes (todos fuera), el cardenal decano, Joseph Ratzinger, ha le¨ªdo en voz alta el juramento por el cual cada elector se compromete a observar las normas de la constituci¨®n Universi Dominici Gregis, y el m¨¢s absoluto secreto en todo lo que concierne a la elecci¨®n del nuevo Papa. "Cualquiera de nosotros que, por la Divina Providencia, sea elegido romano pont¨ªfice, se comprometer¨¢ a desempe?ar fielmente el munus petrinum [oficio del sucesor de Pedro] como pastor de la Iglesia Universal". Cada uno de los cardenales se ha adherido a estas palabras poniendo la mano sobre el evangelio. Luego se han cerrado a sus espaldas las puertas de la Capilla Sixtina.
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