Benedicto XVI confirma a Angelo Sodano como secretario de Estado del Vaticano

El Papa Benedicto XVI apuesta de momento por una l¨ªnea continuista y ha confirmado al cardenal italiano Angelo Sodano como secretario de Estado (primer ministro vaticano), ha informado hoy la Santa Sede. Tambi¨¦n seguir¨¢n en sus cargos todos los cardenales y arzobispos jefes de los dicasterios (ministerios) de la curia romana (el Gobierno de la Iglesia). Desde junio de 1991 Angelo Sodano, el personaje m¨¢s importante en el Vaticano despu¨¦s del Papa, lleva las riendas de la pol¨ªtica y la diplomacia de la Santa Sede.

Normalmente, un cambio de pont¨ªfice no significa cambios inmediatos en la c¨²pula vaticana. Juan Pablo II mantuvo en sus puestos durante los primeros a?os a muchos de los jefes de dicasterio, y si cambi¨® de secretario de Estado fue por razones de fuerza mayor. La muerte del cardenal Jean Villot le oblig¨® a escoger para sucederle al italiano Agostino Casaroli, el promotor de la apertura de la Iglesia hacia el Este en la ¨¦poca de la guerra fr¨ªa. Casaroli fue despu¨¦s sustituido por Sodano. Angelo Sodano tiene 78 a?os y deb¨ªa haber sido sustituido en su cargo por Juan Pablo II cuando cumpli¨® 75, la edad de jubilaci¨®n en la Santa Sede. Karol Wojtyla, en el ¨²ltimo tramo de su pontificado, prefiri¨® mantenerle en su puesto. Lo mismo ha hecho Ratzinger, pese a que Sodano fue uno de sus adversarios en el c¨®nclave.

En la quiniela de posibles sucesores de Sodano figuraban, adem¨¢s del cardenal Tarsicio Bertone (de l¨ªnea m¨¢s bien ultra), que trabaj¨® a las ¨®rdenes de Ratzinger en el ex Santo Oficio durante un tiempo, los nombres de Giovanni Battista Re, antiguo sustituto o ministro del Interior con Sodano y actual responsable del ministerio de los Obispos, y de Bruno Forte, arzobispo de Chieti. Ni Sodano est¨¢ en plena sinton¨ªa con Ratzinger ni tampoco lo estuvo siempre con el entorno de Juan Pablo II. En la ¨²ltima etapa del largo pontificado de Karol Wojtyla hubo no pocas situaciones de tira y afloja entre el poderoso jefe del Gobierno vaticano y el secretario privado de Juan Pablo II, Stanislaw Dziwisz. Sodano se atrevi¨®, incluso, en las ¨²ltimas semanas de agon¨ªa de Juan Pablo II, a especular sobre la posibilidad de una dimisi¨®n.

Confirmaciones "hasta nueva orden"

Un tremendo error que intent¨® remediar una vez consumada la muerte, proclam¨¢ndolo ante la multitud concentrada en la plaza de San Pedro como Juan Pablo II El Grande. El nuevo pont¨ªfice tambi¨¦n ha confirmado en sus puestos al presidente de la Pontificia Comisi¨®n para el Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Edmund Casimir Szoka; al sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, y al ministro de Exteriores, el arzobispo italiano Giovanni Lajolo.

El Papa ha precisado que la confirmaci¨®n de todos los miembros de la curia romana a excepci¨®n de Sodano es "donec aliter provideatur", es decir, "hasta nueva orden", lo que da a entender que tiene en mente una reestructuraci¨®n del Gobierno de la Iglesia. Aunque la confirmaci¨®n de Sodano es plena, sin reservas, en ambientes vaticanos no se descarta que Ratzinger le mantenga en el cargo hasta que cumpla los 80 a?os y despu¨¦s nombre un nuevo secretario de Estado.

La Constituci¨®n Apost¨®lica Universi Dominici Gregis establece que, a la muerte del Papa, todos los jefes de los dicasterios de la curia romana, "tanto el cardenal secretario de Estado como los cardenales prefectos y los presidentes arzobispos, cesan en el ejercicio de sus cargos". Se except¨²an el Camarlengo, el Penitenciario Mayor, el cardenal arcipreste de la Bas¨ªlica de San Pedro y el Vicario de Roma. Una vez elegido el nuevo Papa, toca a ¨¦ste confirmarlos o nombrar a otros. La que queda a¨²n vacante es la Prefectura de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Iglesia (el ex Santo Oficio). En las quinielas de sucesores, destacan los te¨®logos Christoph Sch?nborn, actual cardenal arzobispo de Viena, con una visi¨®n de la Iglesia m¨¢s abierta y mundana de la que impera entre la mayor¨ªa de sus compa?eros en el Colegio Cardenalicio, aunque quiz¨¢s demasiado joven (60 a?os), y el italiano Bruno Forte, arzobispo de Chieti.