Un coche bomba causa una matanza en Pakist¨¢n
Cerca de un centenar de muertos y 200 heridos por la explosi¨®n en un mercado de Peshawar.- Hillary Clinton afirma en Islamabad que los paquistan¨ªes "no est¨¢n solos ante el terrorsimo"
Al menos 95 personas han muerto este mi¨¦rcoles al explotar un coche bomba en un mercado de Peshawar, la capital del noroeste de Pakist¨¢n, seg¨²n fuentes hospitalarias citadas por los medios locales. Cerca de dos centenares m¨¢s han resultado heridas. El brutal atentado, el m¨¢s grave que sacude al pa¨ªs en los dos ¨²ltimos a?os, se ha producido pocas horas despu¨¦s de la llegada Islamabad de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. "Pakist¨¢n no est¨¢ solo en su lucha contra los extremistas", ha declarado Clinton. Pero tanto el ataque de Peshawar como otro ocurrido antes en Kabul, la capital del vecino Afganist¨¢n, ponen de relieve la gravedad del desaf¨ªo de los talibanes en ambos pa¨ªses a la pol¨ªtica de EE UU en la zona.
Peshawar ha quedado conmocionada. El atentado ha resultado monstruoso incluso para los est¨¢ndares de este pa¨ªs azotado por la violencia, que este mes ya ha sufrido nueve ataques con casi 300 muertos. Los terroristas han hecho estallar el coche bomba en el bazar Meena poco antes de las dos de la tarde (cinco horas menos en la Espa?a peninsular), cuando muchas mujeres acuden a hacer compras tras haber recogido a sus hijos del colegio. Adem¨¢s, la abigarrada estructura de ese popular mercado del casco antiguo garantizaba que sus 150 kilogramos de explosivos hicieran el m¨¢ximo da?o posible. Todos los bazares de la ciudad han cerrado en se?al de duelo.
Como es habitual cuando se causan muchas bajas civiles, nadie se ha responsabilizado del ataque. Las autoridades paquistan¨ªes han acusado a los talibanes, quienes hab¨ªan prometido vengarse por la operaci¨®n militar que el Ej¨¦rcito lleva a cabo en Wazirist¨¢n del Sur desde el s¨¢bado 17. Esa regi¨®n tribal, a unos 200 kil¨®metros al sur de Peshawar, se ha convertido en uno de los feudos de los islamistas radicales que luchan contra el Estado. A ¨²ltima hora de la tarde, los equipos de rescate siguen buscando v¨ªctimas entre los escombros.
"Nos enfrentamos a esto a diario, pero ni nuestro empe?o ni nuestra determinaci¨®n van a tambalearse", ha asegurado el ministro paquistan¨ª de Exteriores, Shah Mehmood Qureshi, durante una conferencia de prensa con Clinton. "No cederemos. Vamos a combatiros porque queremos estabilidad y paz en Pakist¨¢n", ha a?adido el ministro dirig¨¦ndose a los terroristas.
La secretaria de Estado norteamericana, que con su visita dijo querer dar un giro a la relaci¨®n bilateral, ha calificado el atentado de Peshawar de "cruel y brutal". "Quiero que sepan que ¨¦sta no es s¨®lo la lucha de Pakist¨¢n", ha dicho antes de comprometerse "a permanecer codo con codo con el pueblo paquistan¨ª en su pugna por la paz y la seguridad". Pero consciente de la desconfianza que las intenciones de Estados Unidos despiertan entre los paquistan¨ªes, tambi¨¦n ha a?adido que las relaciones que su pa¨ªs desea van "m¨¢s all¨¢ de la seguridad".
Aunque Washington no oculta su preocupaci¨®n por el creciente desaf¨ªo islamista al Estado y la seguridad de sus armas nucleares, Clinton ha tratado de demostrar que tambi¨¦n comprend¨ªa las preocupaciones de los paquistan¨ªes con el anunci¨® de un programa de 125 millones de d¨®lares (85 milones de euros) para mejorar el suministro el¨¦ctrico. Los frecuentes cortes de electricidad no s¨®lo son una de las principales frustraciones de la poblaci¨®n, sino que est¨¢n arruinando a muchas peque?as y medianas industrias. Con ser importante, van a necesitarse muchos m¨¢s gestos de ese tipo para lograr vencer el acusado antiamericanismo que ha arraigado en este pa¨ªs. S¨®lo un 16% de los paquistan¨ªes tiene una opini¨®n favorable de EE UU, frente a un 27% en 2006, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de actitudes globales del instituto Pew hecha p¨²blica el pasado agosto. Adem¨¢s, el 64% piensa que EE UU es un enemigo de su pa¨ªs. La desconfianza est¨¢ vinculada al tradicional apoyo de Washington a las dictaduras militares que han jalonado los 62 a?os de historia de este pa¨ªs. Pero tambi¨¦n, hay una parte inducida.
La visita de Clinton ha estado precedida de un intenso debate pol¨ªtico sobre el proyecto de ley estadounidense de ayuda a Pakist¨¢n. Aunque el plan triplica la asistencia hasta los 1.500 millones de d¨®lares anuales durante los pr¨®ximos cinco a?os, ha polarizado al pa¨ªs. El Ej¨¦rcito, la oposici¨®n pol¨ªtica y los partidos religiosos lo han tachado de atentado a la soberan¨ªa, mientras que el partido gobernante y la ¨¦lite liberal estiman que ayudar¨¢ al desarrollo econ¨®mico y educativo del pa¨ªs, a la vez que reforzar¨¢ el control civil sobre los militares.
El recelo proviene de que el texto condiciona la ayuda a que Pakist¨¢n coopere en la lucha contra la proliferaci¨®n nuclear, impida el uso de su territorio para ataques terroristas contra otro pa¨ªs, y su Ej¨¦rcito se someta a la autoridad civil. Este ¨²ltimo punto y las referencias al apoyo militar a varios grupos yihadistas han irritaron a los uniformados, que a principios de mes emitieron un comunicado de prensa expresando su "profunda preocupaci¨®n". La inusual medida ha dado lugar a todo tipo de rumores sobre un golpe de tim¨®n (en el que el Ej¨¦rcito cambiar¨ªa al presidente en vez de tomar el mando directamente).
"Es la primera vez que la ayuda a Pakist¨¢n no va directamente a los militares y adem¨¢s se condiciona al control civil del Ej¨¦rcito", explica a EL PA?S Ayesha Saddiqa, analista pol¨ªtica y de defensa. Saddiqa se?ala que "la gente se encuentra entre la espada y la pared, con los militares de un lado, y un gobierno elegido pero corrupto de otro; as¨ª que nadie sabe hacia d¨®nde tirar". Incluso con los sangrientos atentados que a diario sacuden el pa¨ªs, para la mayor¨ªa de los paquistan¨ªes el principal problema no son los talibanes, sino el abandono de un Gobierno que no se preocupa de sus ciudadanos.
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