Las dos Coreas intercambian disparos de artiller¨ªa en una zona mar¨ªtima en disputa
Corea del Sur responde a proyectiles norcoreanos en el mar Amarillo
El fr¨¢gil equilibrio que preside las relaciones entre las dos Coreas ha sufrido una nueva sacudida. Los ej¨¦rcitos de los dos pa¨ªses han intercambiado intensos disparos en una zona en disputa en el Mar Amarillo, en un incidente que ha vuelto a incrementar la tensi¨®n en una de las regiones m¨¢s conflictivas del mundo.
Corea del Norte ha disparado una treintena de r¨¢fagas de artiller¨ªa hacia el mar desde sus instalaciones militares situadas en la costa oeste, seg¨²n ha asegurado la Junta de Estado Mayor del Sur. Se¨²l ha respondido con un centenar de disparos de advertencia hacia el cielo desde una base en una isla cercana a la frontera mar¨ªtima. Seg¨²n fuentes surcoreanas, no se han producido v¨ªctimas mortales.
La agencia oficial del Norte KCNA ha confirmado los disparos, que impactaron en su lado de la l¨ªnea divisoria en disputa, dijo que se enmarcaban en unos ejercicios militares y advirti¨® que habr¨ªa m¨¢s fuego. Y as¨ª ocurri¨® horas despu¨¦s. El Sur no ha respondido en esta segunda ocasi¨®n.
Tensi¨®n en la zona
La escaramuza se produce tres meses despu¨¦s de que barcos de ambos pa¨ªses lucharan una breve batalla en la zona, que se sald¨® con un soldado norcoreano muerto y otros tres heridos. En 1999 y 2002, se produjeron choques similares.
La frontera mar¨ªtima occidental -trazada por el mando de Naciones Unidas, liderado por Estados Unidos, al final de la Guerra de Corea (1950-1953)- ha sido una fuente constante de enfrentamientos entre los dos pa¨ªses, que t¨¦cnicamente contin¨²an en guerra, ya que el conflicto coreano concluy¨® con una tregua, que nunca se convirti¨® en tratado de paz.
El cruce de fuego vino precedido por el anuncio de Pyongyang, esta misma semana, de la prohibici¨®n de navegar en dos zonas cercanas a la frontera hasta el pr¨®ximo 29 de marzo. El aviso podr¨ªa ser una indicaci¨®n de que el r¨¦gimen de Kim Jong-il se dispone a llevar a cabo pruebas de misiles u otros ejercicios militares. Las ¨¢reas designadas incluyen territorio bajo control surcoreano. Corea del Norte tiene m¨¢s de 10.000 piezas de artiller¨ªa apuntando a su rico vecino del sur, y podr¨ªa destrozar buena parte de la capital, Se¨²l, en cuesti¨®n de horas.
Los analistas interpretan la provocaci¨®n norcoreana como un intento de incrementar la tensi¨®n en la zona y crear un ambiente a su favor de cara a la posible reanudaci¨®n de las negociaciones multilaterales para el desmantelamiento de su programa de armamento nuclear.
Pyongyang ha dado muestras en las ¨²ltimas semanas de estar dispuesto a retomar las conversaciones a seis bandas, que se encuentran paralizadas desde hace un a?o. En ellas participan Estados Unidos, Corea del Norte, Corea del Sur, China, Jap¨®n y Rusia. El Norte ha puesto como condici¨®n la negociaci¨®n de un tratado definitivo de paz con Washington y el levantamiento de las sanciones impuestas por sus ensayos at¨®micos y lanzamientos de misiles. Los expertos aseguran que las penalizaciones aplicadas el a?o pasado han golpeado duramente la maltrecha econom¨ªa del pa¨ªs asi¨¢tico, especialmente en uno de sus sectores claves para el ingreso de divisas extranjeras: la venta de armas.
Pero al mismo tiempo que ha mostrado su intenci¨®n de volver a la mesa negociadora Corea del Norte ha incrementado su habitual ret¨®rica desafiante. La poderosa Comisi¨®n Nacional de Defensa ha amenazado con atacar el Sur y romper cualquier posibilidad de di¨¢logo, en respuesta a las informaciones sobre la existencia de un plan de contingencia en Se¨²l ante el caso de una ca¨ªda del r¨¦gimen de Kim Jong-il. El ministro de Defensa surcoreano, Kim Tae-young, dijo la semana pasada que si existieran claros indicios de que Pyongyang fuera a llevar a cabo un ataque nuclear, se adelantar¨ªan sin dudarlo con medidas preventivas.
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