La campa?a digital en Reino Unido
Los partidos y candidatos brit¨¢nicos se lanzan a Internet para atraer nuevos votantes
La liza televisiva de Gordon Brown, David Cameron y Nick Clegg quiz¨¢ pase a los anales como el primer debate entre candidatos en la historia electoral del Reino Unido, pero lo que realmente propuls¨® el acontecimiento al siglo XXI fue la presencia de un caprichoso gusano (worm) que escrutaba y puntuaba todo lo que all¨ª se dijo. En otras palabras: la tecnolog¨ªa molde¨® las reacciones de la audiencia a tiempo real, vertidas en un gr¨¢fico sobreimpreso en las pantallas (el ya c¨¦lebre gusano) que sub¨ªa o bajaba a tenor del juicio de los usuarios de la red. Fueron ellos los que proclamaron vencedor al liberal dem¨®crata, a trav¨¦s del canal online de la televisi¨®n anfitriona (ITV.com), de Facebook o de Twitter, anticip¨¢ndose a los sesudos analistas de la prensa. La campa?a brit¨¢nica confirmaba su desembarco en la era digital.
Una clase pol¨ªtica en sus horas m¨¢s bajas de credibilidad intenta enganchar con esa generaci¨®n de adictos a Internet que encarnan al votante moderno -los j¨®venes en primer lugar-, recurriendo a las nuevas herramientas de comunicaci¨®n para filtrar sus mensajes. Todos quieren mirarse en el espejo de la habilidosa campa?a digital de Barak Obama (2008), aunque el fen¨®meno no alcance tales dimensiones en las atemperadas islas brit¨¢nicas. Las agendas de los aspirantes siguen repletas de actos electorales al estilo cl¨¢sico, pero tambi¨¦n se han lanzado al bombardeo de emails (los tories se llevan la palma, con medio mill¨®n de direcciones registradas), la participaci¨®n en las redes sociales y la inserci¨®n de anuncios online. Que en v¨ªsperas del debate televisado el nombre de Cameron fuera el m¨¢s requerido por los usuarios del buscador de Google no responde tanto a su popularidad como a la contrataci¨®n del servicio AdWords, que antepone los links del cliente en ese espacio.
Los laboristas nos han mostrado el rostro m¨¢s humano de su constre?ido l¨ªder organiz¨¢ndole un chat con amas de casa brit¨¢nicas (asunto nada balad¨ª porque la red Mumsnet cuenta con 800.000 mujeres votantes), la Webcameron replica con sus v¨ªdeos la imagen del cambio y las huestes liberal-dem¨®cratas transmutan en una parodia (Labservative.com) los programas de los dos rivales "que llevan 65 a?os reparti¨¦ndose el poder". Las webs oficiales de los partidos no parecen dise?adas para recabar nuevos adeptos, y la verdadera batalla se desarrolla en los foros sociales (los "debates digitales" de Google, el espacio "Democracy UK" de Facebook...) donde blogueros de distinta filiaci¨®n intentan moldear las corrientes de opini¨®n que circulan por la red.
?Qu¨¦ influencia tendr¨¢ el universo cibern¨¦tico en el voto? Una reciente encuesta de la plataforma digital New Media Age constataba que el 46% del vector comprendido entre los 18 y los 21 a?os se ha interesado por las elecciones gracias a la presencia de los pol¨ªticos en la red, y hasta un 60% ha mejorado su imagen de los partidos. Pero ello no se traduce en una oleada de confianza: s¨®lo el 5% de los usuarios de Facebook y el 1% de los de Twitter dice creer en la palabra de los pol¨ªticos.
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