Los sondeos a pie de urna aciertan de pleno el resultado de los comicios brit¨¢nicos
Las encuestas 'clavaron' el resultado de Cameron y pronosticaron la ca¨ªda de Brown y el pinchazo del 'fen¨®meno Clegg'
Los sondeos a pie de urna acertaron ayer, casi al mil¨ªmetro, los resultados de las elecciones generales brit¨¢nicas que luego han confirmado las urnas.
La ¨²nica encuesta de este tipo publicada anoche daba 305 esca?os al Partido Conservador (95 m¨¢s que en 2005), 255 al Partido Laborista (94 menos), 61 a los liberal-dem¨®cratas (uno menos) y 29 al resto de partidos. Con el escrutinio pr¨¢cticamente cerrado -a falta s¨®lo de atribuir dos esca?os-, la formaci¨®n de David Cameron obten¨ªa exactamente esos 305 puestos en el Parlamento; Brown sacaba unos pocos m¨¢s -258- y Clegg confirmaba un decepcionante resultado de 57, cuatro menos.
De esta forma los brit¨¢nicos se han levantado esta ma?ana con el mismo panorama que vaticinaban los sondeos: una fuerte ca¨ªda de los laboristas, sin llegar al desastre, y un fuerte impulso de los conservadores, aunque se quedan lejos de la mayor¨ªa absoluta necesaria para gobernar con comodidad. Incluso se ha confirmado el dato que m¨¢s recelos generaba anoche: el pinchazo de la estrella de la campa?a electoral, el liberal-dem¨®crata Nick Clegg, cuyas esperanzas se han acabado desinflando en las urnas incluso con m¨¢s fuerza que en las encuestas.
A pesar del recelo sobre el resultado del fen¨®meno Clegg, el sondeo ven¨ªa con la r¨²brica de fiabilidad que le daban las tres empresas que lo elaboraron conjuntamente: las cadenas BBC, Sky y ITV. La empresa NOP y Mori realiz¨® 17.600 entrevistas en 130 colegios electorales, para el trabajo encargado por las tres cadenas. A los comicios fueron convocados 44 millones de electores en 649 distritos.
En 2005 los sondeos a pie de urna tambi¨¦n acertaron los resultados, pero la experiencia de 1992 invitaba a tomarse esta madrugada con cautela los pron¨®sticos. En aquella ocasi¨®n las encuestas anunciaron el triunfo indubitale del laborista Neil Kinnock, pero fue el primer ministro conservador, John Mayor, quien termin¨® alz¨¢ndose con el triunfo. La noticia lleg¨® demasiado tarde para algunos peri¨®dicos, que salieron a la calle con el titular de la falsa victoria laborista.
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