Ch¨¢vez salva la mayor¨ªa parlamentaria, pero la oposici¨®n le resta poder
El bloque opositor puede bloquear leyes org¨¢nicas al lograr m¨¢s de un tercio de los esca?os
Venezuela ya tiene otra fecha para inscribir en la historia. El domingo 26 de septiembre de 2010, m¨¢s venezolanos que nunca acudieron a las urnas. El 66,45% de los 17 millones que estaban convocados a votar decidieron que Hugo Ch¨¢vez seguir¨¢ teniendo mayor¨ªa en el Parlamento, pero ya no el cheque en blanco que durante los ¨²ltimos cinco a?os le permiti¨® legislar a su antojo. Los partidos de la oposici¨®n, que dejaron de lado sus diferencias para conjurar juntos el poder de Ch¨¢vez, lograron -a falta de resultados definitivos- 64 de los 165 diputados en juego, un n¨²mero suficiente para bloquear las leyes org¨¢nicas. El partido del presidente consigui¨® 95 diputados. Una victoria que Ch¨¢vez consider¨® "s¨®lida", pero que sin duda supone un serio varapalo para su proyecto. Sobre todo porque la oposici¨®n consigui¨® nada m¨¢s y nada menos que el 52% de los votos.
La llamativa diferencia entre esa cantidad de votos -el 52%- y el n¨²mero de diputados conseguido -s¨®lo 64 de los 165 en disputa- pone adem¨¢s en entredicho la forma de gobernar de Ch¨¢vez. El presidente redistribuy¨® el censo de tal forma que las demarcaciones donde m¨¢s adeptos tiene aportan m¨¢s diputados al Congreso. De esa forma se blind¨®, pero tambi¨¦n convirti¨® su victoria en amarga y endulz¨® la derrota de la oposici¨®n, cuyos l¨ªderes se apresuraron a declarar su felicidad ante las c¨¢maras, su disposici¨®n al di¨¢logo y su esperanza ante el futuro.
A los 95 diputados del Partido Socialista Unidad de Venezuela (PSUV) y los 64 de la oposici¨®n agrupada en la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), hay que sumarle los seis a¨²n por asignar. El hecho de que los resultados todav¨ªa sean provisionales, pese a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) tard¨® m¨¢s de ocho horas en comparecer ante la opini¨®n p¨²blica, provoc¨® las cr¨ªticas de la oposici¨®n.
La tardanza desat¨® las especulaciones y un cierto nerviosismo en las filas chavistas. Al no poderse analizar los datos, se fueron analizando los silencios. Y uno de los que m¨¢s preocupaba a los seguidores de Hugo Ch¨¢vez era precisamente el del presidente. Ni siquiera en la red social Twitter -una herramienta que utiliz¨® con profusi¨®n durante el d¨ªa para arengar a sus huestes -, el comandante se dejaba notar. Tres horas y media despu¨¦s del cierre de los colegios, un mensaje sembraba la preocupaci¨®n: "Bien, aqu¨ª estamos en la espera... Pido a todos que nos preparemos para recibir y aceptar los resultados. Ha sido otra gran jornada!!". Dos horas despu¨¦s, el comandante presidente volv¨ªa a asomarse a la red: "Esperemos y no desesperemos, Candangueros y Candangueras. Digo con Bol¨ªvar: Preparaos Para La Victoria Que Llev¨¢is En La Punta De Vuestras Lanzas!!".
La victoria lleg¨®, pero las lanzas no estaban tan bien afiladas. El resultado supone un inmenso revulsivo para la oposici¨®n a Ch¨¢vez y, de hecho, una vuelta a la pol¨ªtica con may¨²sculas. Es necesario recordar que en 2005 los partidos de la oposici¨®n decidieron no concurrir a las elecciones legislativas en un intento de "deslegitimar" a la Asamblea Nacional que resultase electa. La estrategia result¨® fallida. La abstenci¨®n fue del 75%, pero Ch¨¢vez logr¨® hacer del Poder Legislativo una herramienta muy eficaz para su proyecto.
Cuando la oposici¨®n fij¨® sus objetivos para el domingo, pens¨® en dos hitos dif¨ªciles de lograr. Alcanzar la cifra de 56 diputados, lo que le otorgar¨ªa la llave para bloquear las leyes org¨¢nicas, o incluso los 67 esca?os, para impedir que Ch¨¢vez pudiera gobernar por decreto. A la vista est¨¢ que los 64 diputados obtenidos ayer son un muy buen resultado, sobre todo teniendo en cuenta la redistribuci¨®n del censo a favor de Ch¨¢vez.
A las cuatro de la madrugada (seis horas y media m¨¢s en Espa?a), los ¨²ltimos revolucionarios que hab¨ªan acudido al palacio de Miraflores con la esperanza de escuchar las palabras de su l¨ªder emprendieron el camino a casa. Hugo Ch¨¢vez ni siquiera tuvo ¨¢nimos para celebrar la... ?victoria?
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