Los rebeldes imploran ayuda exterior
La oposici¨®n a Gadafi pide a la comunidad internacional que imponga ya una zona de exclusi¨®n a¨¦rea - Las tropas del dictador intensifican los bombardeos
Los libios se sienten abandonados por el mundo, frustrados y desesperados. Mientras el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi, m¨¢s desafiante que nunca, bombardea poblaciones civiles, dep¨®sitos de gas y petr¨®leo en el este del pa¨ªs, y amenaza con la hecatombe, los vecinos de Bengasi, capital de la revoluci¨®n contra el tirano, observan c¨®mo la comunidad internacional se demora en eternas negociaciones para establecer una zona de exclusi¨®n a¨¦rea, ¨²nica escapatoria de los sublevados para romper el estancamiento en el frente de batalla y para que cese la carnicer¨ªa.
Es un asunto extremadamente delicado. La prohibici¨®n de vuelos sobre Libia ser¨ªa una operaci¨®n militar plena de riesgos porque toda intervenci¨®n extranjera en un pa¨ªs ¨¢rabe suscita inmenso recelo. La sombra de la invasi¨®n de Irak oscurece ahora el Magreb. Aunque entre los libios que detestan al dictador, la inmensa mayor¨ªa, la unanimidad es total: liberales, nacionalistas, islamistas, y el Consejo Nacional -el Gobierno de los rebeldes con sede en Bengasi- ya no piden la zona de exclusi¨®n. Ruegan que se implante inmediatamente.
"?Por qu¨¦ es Gadafi tan querido y no lo era Sadam?", dice un miliciano
Evitar el sobrevuelo de los leales al dictador, ¨²nica salida de los alzados
Las tropas del r¨¦gimen asedian por tierra y aire la crucial Zauiya
El precio del barril de petr¨®leo sube un 2%, hasta los 115 d¨®lares
Si se establece, "el pueblo tomar¨¢ las armas", declar¨® Gadafi a la televisi¨®n estatal turca.
"Centramos nuestros esfuerzos diplom¨¢ticos en la imposici¨®n de la zona de exclusi¨®n, pero como siempre son reticentes. Es incre¨ªble. Cientos de personas mueren cada d¨ªa y no pasan a la acci¨®n. No comprendo esta doble vara de medir", lament¨® Iman Bugeigis, una de las portavoces del Consejo Nacional, en alusi¨®n a los pa¨ªses occidentales. "Cuando se establezca, y adem¨¢s se detenga el reclutamiento de mercenarios para Gadafi, su final llegar¨¢ en horas", a?adi¨® Abdelhafiz Ghoga, vicepresidente del organismo.
Emisarios del Consejo Nacional viajan a capitales europeas en busca de apoyo a esta medida que ha recabado el benepl¨¢cito -sin tapujos aunque a¨²n no formal- de los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico y de la Conferencia de la Organizaci¨®n Isl¨¢mica. Pero falta vencer la reticencia de China y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, y de las capitales ¨¢rabes que no se han pronunciado, a la espera de la reuni¨®n de la Liga ?rabe, el s¨¢bado. Sobre este organismo tambi¨¦n llov¨ªan los reproches.
A estos Estados se refer¨ªa una pancarta que portaba una de las miles de mujeres que recorrieron el centro de Bengasi, seguidas por una procesi¨®n de conductores que hac¨ªan atronar las bocinas, como si quisieran ser escuchados en Washington, Londres, Par¨ªs, El Cairo, Damasco... "?D¨®nde est¨¢n los ¨¢rabes?", se le¨ªa en el cart¨®n. "No sean humanitarios, act¨²en", rezaba otro lema. Desde el campo de batalla, en Ras Lanuf, a 350 kil¨®metros de Bengasi, un miliciano citado por Reuters se dirig¨ªa a Barack Obama, y se preguntaba: "se impuso la zona de exclusi¨®n en Irak. ?Por qu¨¦ es Gadafi tan querido para ellos y no lo era Sadam Husein?".
La prohibici¨®n de despegar a los aviones de Gadafi entra?a una operaci¨®n militar de envergadura que exige destruir las defensas antia¨¦reas. Y eso puede acarrear muchas v¨ªctimas y desatar indignaci¨®n en el orbe musulm¨¢n. No es de extra?ar que los promotores de la iniciativa -Reino Unido y Francia- y tambi¨¦n Estados Unidos traten de recabar el aval de la Liga ?rabe para dilucidar este dilema. La exclusi¨®n deber¨ªa incluir tambi¨¦n el despegue de helic¨®pteros, aparatos que est¨¢n provocando enormes da?os a rebeldes y civiles por igual.
Entre los propios libios, sin embargo, no hay debate. En Darna, 300 kil¨®metros al este de Bengasi, una ciudad con notoria tradici¨®n islamista, todos los consultados coincid¨ªan ayer: la zona de exclusi¨®n debe aplicarse ya. No faltaban quienes abogaban tambi¨¦n por bombardeos de la OTAN contra determinadas bases militares del Ej¨¦rcito de Gadafi. Rechazaban tajantemente, no obstante, la presencia de un solo soldado extranjero en suelo libio. El pasado colonial ha impreso una huella indeleble en la mentalidad libia, y las guerras de Irak y Afganist¨¢n pasan factura. La cifra de muertos -algunos miles desde que el 15 de febrero comenzara la revoluci¨®n- crece sin pausa.
Las fuerzas del dictador -reclutadas entre las tribus m¨¢s leales al r¨¦gimen y dirigidas por Jamis, uno de sus hijos- perpetran desde comienzos de semana una carnicer¨ªa en Zauiya, a 50 kil¨®metros al oeste de Tr¨ªpoli. Los relatos de los testigos hablan de decenas de edificios en ruinas, con cad¨¢veres diseminados entre los escombros. Nadie puede salir de sus casas porque los francotiradores disparan contra todo lo que se mueve. Es un enclave crucial. La ca¨ªda de la ciudad en manos de los sublevados colocar¨ªa al dictador en una situaci¨®n muy complicada, porque perder¨ªa el acceso a la frontera con T¨²nez y el control de una importante refiner¨ªa de crudo de la que se abastece su Ej¨¦rcito. Por ello la asedia d¨ªa y noche con tanques, aviones, helic¨®pteros. Anoche hab¨ªa sido tomada por los soldados del s¨¢trapa. En Libia oriental, la escalada b¨¦lica fue asimismo imparable.
Se cumplieron los peores presagios que tem¨ªa el Consejo Nacional. Instalaciones petroleras en Ras Lanuf y en Sidra -el puerto tambi¨¦n fue severamente alcanzado, seg¨²n declar¨® a la cadena Al Yazira un ingeniero- fueron bombardeadas por la aviaci¨®n del dictador, lo que hizo subir ayer el precio del crudo m¨¢s de un 2%, hasta los 115 d¨®lares.
El frente se ha empantanado en Ras Lanuf y sus inmediaciones, pero los alzados contra Gadafi parec¨ªan comportarse ayer m¨¢s disciplinadamente. Ghoga asegur¨® que el Consejo Militar ha enviado a exmilitares del Ej¨¦rcito que se pasaron desde el primer d¨ªa a las filas rebeldes para asesorar a los entusiastas milicianos, que parecen haber asimilado que de nada vale lanzarse a pecho descubierto invocando a Al¨¢ contra los blindados de Gadafi. Solo consegu¨ªan llenar los cementerios.
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