Los esc¨¢ndalos cercan a Sarkozy
El presidente franc¨¦s vive su peor etapa pol¨ªtica a siete meses de las elecciones. El ¡®caso Karachi¡¯, un turbio asunto de comisiones ilegales, salpica a su entorno
Faltan siete meses para las presidenciales de mayo e incluso entre la prensa m¨¢s institucional se suceden los titulares amargos. ¡°Clima de fin de reino¡±, ¡°La ca¨ªda del clan¡±, ¡°La cruz¡±, ¡°El peor momento de Nicolas Sarkozy¡¡±. Si se ven las publicaciones sat¨ªricas de la prensa y la televisi¨®n, la sensaci¨®n de derrumbe es todav¨ªa mayor. Los gui?oles de Canal+ iniciaron el otro d¨ªa un concurso titulado ¡°?Qu¨¦ amigo de Sarkozy se librar¨¢ de ir a la c¨¢rcel?¡±, mientras un dibujante de Le Canard Enchain¨¦ resum¨ªa ¡°lo que quedar¨¢ del sarkozysmo¡± con la imagen de un carrito de beb¨¦ escoltado por la polic¨ªa.
Son tiempos duros para un presidente que ha visto c¨®mo la ¡°Rep¨²blica irreprochable¡± que prometi¨® a los franceses en 2007 ha quedado sepultada bajo una cascada de esc¨¢ndalos, varios de ellos protagonizados por amigos ¨ªntimos del jefe del El¨ªseo, mientras ¨¦ste asiste impasible a los ajustes de cuentas y navajazos en el seno de la mayor¨ªa conservadora, que son casi el pan de cada d¨ªa.
Seg¨²n cuentan sus ministros, Sarkozy mantiene una posici¨®n zen tras entregar el control del Senado a la izquierda por primera vez en la historia de la Rep¨²blica (ayer fue elegido presidente el socialista Jean-Pierre Bel), pese a las sonadas victorias de candidatos disidentes de la gubernamental UMP gracias a los votos de los propios jefes de filas de partido. Pero lo cierto es que la sucesi¨®n de malas noticias ha puesto al responsable del El¨ªseo en una posici¨®n de debilidad similar (salvando las distancias) a la que vive Silvio Berlusconi en Italia: la UMP ha perdido cuatro elecciones parciales desde 2007, los sondeos se mueven en un 30% de popularidad, y los datos econ¨®micos baten un r¨¦cord negativo tras otro, con el d¨¦ficit comercial y la deuda en cabeza.
El regreso del caso Karachi ha sido especialmente ruidoso. Su amigo Nicolas Bazire est¨¢ siendo investigado, igual que su exasesor Thierry Gaubert y el exministro del Interior Brice Hortefeux, uno de sus ¨ªntimos m¨¢s leales, que entr¨® hace unos d¨ªas en el hurac¨¢n bajo la sospecha de haber violado el secreto del sumario.
Las encuestas conceden al mandatario solo un 30% de aprobaci¨®n
Hortefeux fue interceptado por la polic¨ªa cuando advert¨ªa por tel¨¦fono a Gaubert de que su exmujer, la princesa Helena de Yugoslavia, se estaba ¡°columpiando demasiado¡±. En realidad, la princesa sin pa¨ªs se hab¨ªa limitado a contar a la polic¨ªa que su marido tra¨ªa maletas llenas de dinero desde Ginebra a Par¨ªs, supuestamente para financiar la campa?a de Edouard Balladur en 1995. Revelaci¨®n inquietante para Sarkozy, que entonces era el jefe de la campa?a y se ve¨ªa con ambos todo el tiempo.
Aunque el nombre del presidente no ha aparecido en el affaire Karachi salvo de forma indirecta ¡ªera ministro del Presupuesto¡ª, su situaci¨®n es delicada, porque mucha gente parece haber decidido empezar a hablar, y el asunto realmente es feo.
Amigos ¨ªntimos del jefe del Estado est¨¢n bajo investigaci¨®n en varios casos
En 1994, el Gobierno de Balladur vendi¨® a Pakist¨¢n tres submarinos clase Agosta por 850 millones de euros ofreciendo, para vencer la alta competencia y asegurarse el contrato, un 10% de comisi¨®n que sin embargo Francia nunca terminar¨ªa de pagar. Luego vendi¨® tres fragatas a Arabia Saud¨ª por 3.000 millones de euros, esta vez prometiendo comisiones equivalentes a un 18% del precio, que finalmente tampoco ser¨ªan abonada porque Jacques Chirac decidi¨® no hacerlo: se dice que el presidente sospechaba que el primer ministro hab¨ªa financiado su campa?a con las comisiones ilegales de retorno, o retrocomisiones.
Todo fue a peor el 8 de mayo de 2002: un coche bomba explot¨® en Karachi al paso de un autocar de la compa?¨ªa francesa DCN (Direcci¨®n de Construcciones Navales). Murieron 14 personas, 11 de ellas franceses que trabajaban en la construcci¨®n de los submarinos. En 2008, el juez que investigaba el atentado concluy¨® que no fue obra de Al Qaeda, como hab¨ªan sugerido siempre los servicios secretos franceses, y apunt¨® a una represalia por el impago de las comisiones.
Sarkozy calific¨® en 2009 esa tesis como ¡°una f¨¢bula grotesca¡±, pero en 2010 una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n la consider¨® ¡°plausible¡±, sin descartar la pista saud¨ª ni la islamista. Con los meses, la f¨¢bula grotesca ha ido tomando cada vez m¨¢s cuerpo, y hace unos d¨ªas la fiscal¨ªa ha abierto una investigaci¨®n tras la denuncia de las familias de las v¨ªctimas del atentado contra la sociedad creada en 1995 por Balladur por ¡°financiaci¨®n pol¨ªtica ilegal¡±.
Uno de los personajes clave del novelesco embrollo es Ziad Takieddine, el intermediario franco-liban¨¦s de rostro agreste y mirada letal que mov¨ªa los maletines de dinero entre Francia, Pakist¨¢n y Arabia Saud¨ª. El tipo ha sido citado por el juez como sospechoso de malversaci¨®n de fondos por su actuaci¨®n en los dos contratos, y va contando en la prensa que est¨¢ deseando hablar con Sarkozy, y que este le escuchar¨¢ porque le interesa hacerlo.
La resurrecci¨®n del caso Karachi, los vericuetos del espionaje a los periodistas de Le Monde, el asunto de las maletas llenas de dinero africano que supuestamente recib¨ªan Chirac y Villepin en el El¨ªseo¡ Y para colmo, un beb¨¦ a punto de llegar al El¨ªseo. Definitivamente, en Francia todo huele a final de ¨¦poca.
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