El Papa no quiso aliarse con Rousseff y que su visita se politizara
El pont¨ªfice ha rechazado la propuesta de Rousseff de combatir juntos el hambre aludiendo a que el Vaticano no se al¨ªa con gobiernos
![J. A.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
![Francisco y Dilma Rousseff, tras la llegada del primero a Río el 22 de julio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XWD36WMNGQSOLBP4P74PTI7G6E.jpg?auth=1211d17ad9b520b082268fa65016d5f828223447a0fc38e543f6a8c9ba776bc3&width=414)
La presidenta Dilma Rousseff insisti¨® durante la visita del papa Francisco a su pa¨ªs en crear una alianza con el Vaticano en contra del hambre en el mundo, pero el pont¨ªfice, seg¨²n ha podido saber este peri¨®dico, no quiso que su visita con dos millones de j¨®venes de todo el mundo se convirtiera en un regalo de imagen para el Gobierno de Brasil.?Dilma sabe que a Francisco le conocen como "El Papa de los pobres" y deseaba aprovechar la insistencia de este pontificado en que la Iglesia se acerque m¨¢s a las necesidades de los m¨¢s desvalidos para sacar adelante su proyecto. No lo consigui¨®.
?Qui¨¦n mejor que Brasil para presentarse ante el Papa con las credenciales en regla que un Gobierno que ha sacado a 30 millones de la pobreza?, se pregunt¨® Rouseff.?As¨ª, Brasil lleg¨® a proponer al Vaticano que el papa convirtiera la visita a Brasil con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en un viaje de Estado. De esa forma, Francisco habr¨ªa tenido que ir a Brasilia, sede del poder y hacer una visita oficial a la Presidenta Dilma.
El Papa prefiri¨® mantener su visita con car¨¢cter ¡°pastoral¡± sin compromisos pol¨ªticos. El sue?o de Rousseff era haber podido anunciar, al lado del papa Francisco, una alianza entre Brasil y el Vaticano para una especie de cruzada en el mundo contra la pobreza, sobre todo en los pa¨ªses africanos con los que Brasil mantiene especiales relaciones por motivos hist¨®ricos.
El Vaticano, con la larga experiencia diplom¨¢tica que lo caracteriza, hizo saber que no acostumbra hacer esas alianzas con gobiernos. Lo confirm¨® en R¨ªo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano. Tras reconocer que existen ¡°puntos de sinton¨ªa¡± entre el gobierno de Brasil y el Vaticano en la lucha contra el hambre y la pobreza, Lombardi zanj¨® la cuesti¨®n: ¡°No existe ning¨²n compromiso en ese sentido¡±.
La diplomacia del gobierno Dilma, sin embargo, no se dio por vencida y a pesar de las calabazas recibidas por el papa Francisco va a insistir en poder presentar al mundo alg¨²n tipo de acuerdo entre Brasil y el Vaticano.?Para empezar, Brasil va a insistir en presentarse en todos los organismo internacionales, empezando por la ONU, como cercana y si es posible aliada del Vaticano en pol¨ªticas sociales.
La negativa del Vaticano de presentar una alianza conjunta con el Gobierno de Brasil fue justificada oficialmente con la excusa de que la Santa Sede no hace ese tipo de acuerdos con gobiernos concretos. Sin embargo, en el rechazo por parte del papa a la propuesta de Dilma, que al parecer fue inspirada por el expresidente Lula da Silva, hubo m¨¢s. El Vaticano posee el servicio de informaci¨®n e inteligencia mejor del mundo, como ya afirm¨®, Simon Wiesenthal, el famoso cazador de nazis.
Y en este caso de Brasil, el papa Francisco hab¨ªa tenido informaciones de primera mano y personalmente del momento en que vive el pa¨ªs, con una parte de la sociedad saliendo a las calles pidiendo mejoras sociales; el momento de debilidad del gobierno en el que la popularidad de la presidenta Dilma se acababa de desplomar y las pol¨¦micas internas dentro del Partido de los Trabajadores (PT), que despu¨¦s de diez a?os de gobierno y con no pocos ¨¦xitos sociales, se encuentra en uno de sus momentos menos gloriosos.
Fuentes tanto del mundo pol¨ªtico como eclesial confirmaron a este corresponsal que Francisco, que siempre ha defendido que la Iglesia debe comprometerse en pol¨ªtica, pero s¨®lo con la P may¨²scula (es decir no en la de los partidos), no quiso que el gran acontecimiento de su encuentro con dos millones de j¨®venes de todo el mundo se convirtiera en un regalo de imagen para el gobierno de Brasil.
Francisco, en efecto, que dej¨® en evidencia que aprecia los esfuerzos que Brasil est¨¢ haciendo en el campo de las conquistas sociales, se mantuvo toda la semana al margen de cualquier compromiso de tipo pol¨ªtico partidario. Ni siquiera encontr¨® unos minutos para estrechar la mano al expresidente Lula da Silva, una de las figuras pol¨ªticas no s¨®lo m¨¢s importantes del pa¨ªs sino con gran cartel internacional.
Cuando la presidenta Dilma, en su encuentro a puertas cerradas con Francisco, le pregunt¨® si le agradar¨ªa aprovechar su estancia en Brasil para encontrarse con ?¡°alguna personalidad¡± que ¨¦l no conociera, la respuesta, esta vez muy jesu¨ªtica, del Papa fue: ¡°S¨ª, me gustar¨ªa encontrarme con Dios¡±.
Dilma ha entendido muy bien que el papa Francisco hizo enloquecer a los brasile?os de todas las creencias por dos cosas muy concretas: su acercamiento f¨ªsico a la gente que el llam¨® de ¡°teolog¨ªa del encuentro¡± y su falta de miedo en presentarse lo menos protegido posible en la calle.
Y ayer mismo, la mandataria brasile?a, en pleno centro de S?o Paulo, fuera de protocolo, sorprendi¨® con su decisi¨®n de bajarse del coche oficial y pasear por la calle abrazando y besando a las personas. En la prensa se est¨¢ conociendo este fen¨®meno como el ¡°contagio franciscano¡±.
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