La desaparici¨®n de los ni?os que las autoridades entregaron a un secta
La vuelta a casa de una menor despu¨¦s de seis a?os perdida recuerda el caso sin resolver de las casas-hogar mexicanas
El secuestro de Ilse Michel ha terminado pero la ni?a se niega a decir d¨®nde ha pasado los ¨²ltimos seis a?os de su vida. Tiene miedo de que metan en la c¨¢rcel al matrimonio y a otra mujer con los que convivi¨® todo este tiempo en el que la autoridades mexicanas y su familia la dieron por desaparecida. Hace un par de semanas, la menor se dirigi¨® sola en un taxi a un centro DIF (Desarrollo Integral de la Familia) del Estado de M¨¦xico. Al llegar dijo que se llamaba Ilse y que ten¨ªa 15 a?os. Quer¨ªa volver a ver a su madre.
Ilse es la primera ni?a que aparece de los 14 menores que se trag¨® la tierra mientras estaban tutelados por las autoridades mexicanas. Los peque?os acabaron siendo v¨ªctimas de un rescate oficial que pretend¨ªa apartarlos de sus familias por casos de maltrato, abusos y violencia. Se da por hecho que hay m¨¢s ni?os desaparecidos en las mismas circunstancias, pero la falta de registros y la situaci¨®n de desamparo de algunos menores impide dar un n¨²mero exacto. La Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR), que no ha querido contestar a las preguntas de este peri¨®dico, tiene constancia de 14. "Son muchos m¨¢s. El caso solo se destap¨® porque la madre y la abuela de Ilse movieron mar y tierra. Hay una verdadera desinformaci¨®n que se debe a laxitud de las autoridades mexicanas", dice Bernardo Barranco, analista en temas religiosos.
El cr¨ªtico de sectas que mont¨® la suya propia
El mexicano Jorge Erdely lleg¨® a tener cierta fama entre los c¨ªrculos acad¨¦micos mexicanos de temas religiosos. En la d¨¦cada de los 90 protagoniz¨® varias apariciones en televisi¨®n, particip¨® en tertulias de radio y escribi¨® numerosos libros sobre sectas destructivas. El experto en temas religiosos Bernardo Barranco recuerda que lo invit¨® a su programa de radio en el a?o 2001."Le pregunt¨¦ si hab¨ªa alguna secta destructiva en M¨¦xico y ¨¦l se?al¨® a la Iglesia Luz del Mundo, que de secta no ten¨ªa nada. Tuvimos una discusi¨®n fort¨ªsima al aire, ¨¦l no daba argumentos s¨®lidos y ah¨ª percib¨ª que hab¨ªa una guerra de mercados, ¨¦l quer¨ªa desprestigiarlos. Me llam¨® mucho la atenci¨®n su forma de ser, muy seductora, muy convincente, su vehemencia me creaba suspicacias", recuerda.
Erdely daba la apariencia de ser una persona progresista. Era muy cr¨ªtico con los Legionarios de Cristo, denunciados por casos de abusos sexuales, incluso con la Iglesia cat¨®lica. Cuando en el a?o 2009 las autoridades mexicanas entraron en una casa-hogar del Distrito Federal, capital de M¨¦xico, y rescatan a 129 ni?os que hab¨ªan sido v¨ªctimas de un severo adoctrinamiento religioso, el mundo acad¨¦mico mexicano asisti¨® con sorpresa al desenmascaramiento de uno de los expertos en sectas m¨¢s reconocidos en el pa¨ªs.
"Todo en ¨¦l era una careta. Su otra vida era la construcci¨®n de redes de la Iglesia Restaurada, que se expand¨ªa y alcanz¨® mucho ¨¦xito, con v¨ªnculos a nivel internacional. ?l usaba esa capacidad de seducci¨®n para ser un l¨ªder religioso dictador, forzaba casamientos, obligaba a la subordinaci¨®n, todo lo que ¨¦l criticaba en sus textos. Era un exponente y baluarte de lo que criticaba, era un personaje esquizofr¨¦nico y bipolar", explica Barranco.
Erdely, que en la actualidad tendr¨¢ unos 50 a?os, pertenece a una familia de empresarios mexicanos propietarios de la firma de pegamento Kola Loka, muy reconocida en el pa¨ªs. En su juventud estudi¨® biolog¨ªa y hac¨ªa fisioculturismo, una actividad para desarrollar la musculaci¨®n. Incluso lleg¨® a ganar un concurso de M¨ªster M¨¦xico. Hacia los a?os 80 se acerc¨® a un grupo pentecostal, pero los desencuentros de su r¨¢pido ascenso le llevaron a escindirse y crear su propia iglesia. Por esos a?os tambi¨¦n fund¨® un centro sobre religiones en M¨¦xico y se fue a estudiar teolog¨ªa a EE UU.
Su iglesia fue adquiriendo cada vez mayor fuerza y a trav¨¦s de una figura legal logr¨® hacerse con el control de varias casas-hogar como asociaci¨®n civil. En ellas vio cumplido su deseo de "formar cuadros desde la infancia", dice Barranco. Los menores que llegaban a sus residencias eran ni?os que hab¨ªan sido separados de sus familias por el Estado debido a situaciones de desamparo, abusos y malos tratos. Los suyos, en la mayor¨ªa de los casos, nunca los buscaron.
No fue as¨ª el caso de la abuela y la madre de Ilse Michel, cuya insistencia destap¨® todo el esc¨¢ndalo. Para Barranco, la aparici¨®n de la ni?a la semana pasada en buenas condiciones seis a?os despu¨¦s de su secuestro es una noticia muy alentadora. "Algunas hip¨®tesis apuntaban al tr¨¢fico de menores o de ¨®rganos. La presencia de Ilse indica que no se llegaba a esos niveles de perversi¨®n", dice el experto.
La historia de uno de los mayores esc¨¢ndalos de menores de M¨¦xico se gest¨® en manos de una organizaci¨®n religiosa, a la que el experto Barranco no duda en calificar de "secta". Cientos de ni?os de los que las autoridades hab¨ªan asumido su tutela fueron entregados a las casas hogar que la Iglesia Cristiana Restaurada ten¨ªa en al menos seis estados del pa¨ªs. Al centro del Distrito Federal, con un nombre tan inocente como Casitas del Sur, acudi¨® la abuela de Ilse cuando consigui¨® su guardia y custodia en 2008 para recoger a la ni?a. Ni siquiera le dejaron verla. La PGR tambi¨¦n hizo intentos de que devolvieran a la menor, pero la respuesta de los responsables del lugar siempre fueron evasivas. Las autoridades entraron un d¨ªa por la fuerza a principios de 2009. Rescataron a 116 ni?os. Muchos de ellos ni siquiera estaban registrados en ning¨²n lugar y la mayor¨ªa presentaba s¨ªntomas de deshidrataci¨®n y de adoctrinamiento religioso. Tiempo despu¨¦s algunos detallaron que recib¨ªan castigos como estar toda la noche a la intemperie en el patio o encerrados en armarios.
El excongresista Agust¨ªn Castilla form¨® parte de aquel rescate. En una conversaci¨®n telef¨®nica recuerda que la casa estaba "construida hacia abajo, con muchas escaleras y muchos cuartitos". "Cuando entramos los ni?os dec¨ªan que el mundo se iba a acabar, que era la hecatombe. Estaban muy bien aleccionados, apelaban a las autoridades para que no vulneraran sus derechos como ni?os. Se agruparon en el patio por c¨¦lulas, entrelazando los brazos y protegi¨¦ndose entre ellos, los mayores a los m¨¢s peque?os. Se sentaron en el piso en un acto de resistencia pac¨ªfica", cuenta Castilla.
En medio de la confusi¨®n de ese d¨ªa, Ilse huy¨® del centro con la ayuda de un pastor de la organizaci¨®n que la entreg¨® a un matrimonio de l¨ªderes del culto. A¨²n no se sabe si fueron ellos los que hace unos d¨ªas se rindieron ante la insistencia de la ya adolescente, que quer¨ªa ver a su madre, y la montaron en un taxi para entregarla a su familia, o si fue la ni?a la que se escap¨® de sus captores.
El pasado mi¨¦rcoles por la ma?ana la joven desayunaba junto a su madre, Mayra Mart¨ªnez, que por tel¨¦fono asegura que la menor "est¨¢ muy bien". "Sentimos felicidad nada m¨¢s, el miedo ya desapareci¨®, ya no existe", a?ade mientras supervisa a su hija. "No te lo has acabado todo", le rega?a con voz dulce. Las autoridades mexicanas asumieron la tutela de Ilse por una denuncia de abusos sexuales que fue desestimada por el juez en el a?o 2007, poco antes de que le entregaran la custodia a su abuela.
En los pr¨®ximos d¨ªas los psic¨®logos tendr¨¢n que hacer evaluaciones a la menor. "Les he pedido a las autoridades que privilegien el inter¨¦s de la ni?a y que eviten su revictimizaci¨®n a toda costa. Es una fuente de informaci¨®n importante, por supuesto, pero tiene que ser cuidadoso el proceso", explica Castilla, que ya dej¨® la pol¨ªtica para dedicarse a la abogac¨ªa y que ha sido el principal apoyo de la familia durante estos a?os. Hasta ahora Ilse se ha mostrado reacia a dar detalles para evitar que se pueda identificar a las tres personas con las que convivi¨® este tiempo. Castilla explica que parece que la trataron bien, pero nunca fue a la escuela ni ten¨ªa acceso a los medios de comunicaci¨®n, apenas sal¨ªa de casa. Ella solo ha contado que se cambi¨® de vivienda dos o tres veces y que dorm¨ªa en la habitaci¨®n con la hermana de la mujer del matrimonio. Las cosas que pueda, o quiera, contar m¨¢s adelante ser¨¢n importantes para tratar de esclarecer el destino incierto de los dem¨¢s desaparecidos.
"En un pa¨ªs donde prevalece el estado de derecho no es admisible que a 14 ni?os se los trague la tierra y no pase nada. No es admisible que se los mande a un albergue y que nadie supervise qu¨¦ pasa all¨¢ dentro", denuncia Castilla. "Las autoridades tienen una cota de responsabilidad ineludible en el caso", a?ade Barranco. La PGR ofrece 15 millones de pesos?(poco m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares)?a quien ofrezca alguna informaci¨®n que lleve a la localizaci¨®n de los menores.
La asociaci¨®n religiosa Iglesia Cristiana Restaura, que la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n dio de baja en septiembre de 2010, ten¨ªa centros para acoger menores en situaci¨®n de desamparo repartidos por todo el pa¨ªs. Tres de los 14 casos que lleva la PGR desaparecieron de Monterrey, al norte del pa¨ªs. En este momento hay varias personas en prisi¨®n sin condena por el caso, pero la Procuradur¨ªa no ha contestado a este peri¨®dico de cu¨¢ntas se trata. Todas ellas formaban parte de la secta y se?alaron a Jorge Erdely como l¨ªder del grupo. Sobre este hombre, que en los a?os 90 fue reconocido en el mundo acad¨¦mico mexicano por su cr¨ªtica y sus estudios sobre las sectas destructivas, pesa una orden de b¨²squeda y captura internacional.
La aparici¨®n de la ya jovencita Ilse ha vuelto a recordar un caso que a¨²n est¨¢ por resolver. ?D¨®nde est¨¢n los menores a los que el Estado puso en manos de una secta? ?Cu¨¢ntos ni?os est¨¢n desaparecidos? Cinco a?os despu¨¦s, las autoridades callan.
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