Los fallos en la investigaci¨®n del ¨²ltimo reportero asesinado en M¨¦xico
El periodista Gregorio Jim¨¦nez perdi¨® la vida el pasado mes de febrero Las deficiencias en el expediente podr¨ªan dejar libres a los responsables, seg¨²n un informe
Nunca antes en M¨¦xico 16 periodistas se hab¨ªan unido para investigar la muerte de un compa?ero. En un pa¨ªs donde el a?o pasado se registr¨® el mayor n¨²mero de agresiones contra la prensa desde 2007 -330 seg¨²n la ONG Art¨ªculo 19- el asesinato del reportero Gregorio Jim¨¦nez ha servido de revulsivo para sumar esfuerzos dentro de un gremio hasta ahora disperso. La finalidad, buscar justicia, o cuando menos, informaci¨®n. A Goyo, de 43 a?os, lo secuestraron a punta de pistola el 5 de febrero de este a?o. Viv¨ªa con su esposa y siete hijos en el poblado Villa de Allende, una comunidad muy pobre, con el suelo de las casas de tierra y sin agua corriente, situado al sur de Veracruz. Su cuerpo fue hallado sin vida el d¨ªa 11. Lamentablemente el caso de Jim¨¦nez no es ¨²nico. Otros nueve profesionales de los medios han sido asesinados en ese mismo Estado en los ¨²ltimos tres a?os.? Hace un mes, un grupo de periodistas se desplaz¨® a la zona para investigar las circunstancias que rodearon la muerte del reportero.?
Seg¨²n las conclusiones del informe presentado este mi¨¦rcoles, el expediente oficial de la muerte de Gregorio Jim¨¦nez muestra ¡°las deficiencias e inconsistencias de la actuaci¨®n de las autoridades¡±, as¨ª como ¡°fallas¡± que podr¨ªan resultar favorables para las seis personas que han sido acusadas por el secuestro y asesinato del reportero del municipio de Coatzacoalcos. ¡°El documento tiene carencias tan grandes que puede provocar la liberaci¨®n de los detenidos, como ocurri¨® en el caso de Regina Mart¨ªnez [periodista tambi¨¦n veracruzana asesinada en 2012]¡±, ha asegurado? Mar¨ªa Idalia G¨®mez, miembro de la sociedad interamericana de prensa y del diario 24 horas. ¡°El riesgo de que se caiga es alt¨ªsimo. No existen las pruebas suficientes¡±.?
En el documento ¡°Gregorio: asesinado por informar¡±, los comunicadores denuncian que la Procuradur¨ªa de Justicia del Estado ¡°solo se enfoc¨® en demostrar una l¨ªnea de investigaci¨®n¡±, cuando sin embargo ¡°existen pruebas claras para abordar otras posibles dos lineas que podr¨ªan revelar toda una estructura criminal¡±. As¨ª mismo, se?ala que ni el Ministerio P¨²blico, ni la Fiscal¨ªa Especial para la Atenci¨®n de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresi¨®n de la PGR indagaron o profundizaron sobre el trabajo period¨ªstico de Gregorio. ¡°Hay un af¨¢n real de la autoridad por demostrar que el asesinato no es por su labor period¨ªstica¡±, se?ala G¨®mez.
Seg¨²n el informe, el expediente no documenta el despliegue de las fuerzas polic¨ªacas para la localizaci¨®n del reportero, por lo que no hay una confirmaci¨®n oficial de si existi¨® la acci¨®n ni de c¨®mo se llev¨® a cabo. Faltan, adem¨¢s, ¨®rdenes de cateo, pruebas y dict¨¢menes periciales, y verificaci¨®n de hechos y de informaci¨®n por parte de los investigadores. En el expediente no se explica c¨®mo descubrieron qui¨¦nes eran los responsables, c¨®mo los ubicaron y c¨®mo llegaron a la casa de seguridad en la que supuestamente permaneci¨® Gregorio y a las fosas clandestinas donde encontraron su cuerpo. En palabras de los periodistas ¡°las acusaciones se sostienen, principalmente, con la confesi¨®n de Jos¨¦ Luis M¨¢rquez Hern¨¢ndez, quien se asume como el autor material y l¨ªder de la c¨¦lula que secuestr¨® y asesin¨® a Gregorio¡±. Un homicidio que las autoridades atribuyen a una disputa con la due?a de un bar. Seg¨²n esta versi¨®n, ella lo amenaz¨® de muerte y los ejecutores (seis) se habr¨ªan repartido 20.000 pesos (unos 1.500 d¨®lares).
Adem¨¢s, en el expediente oficial se afirma que ¡°los detenidos aseguran que fueron torturados para autoinculparse. No existen certificados m¨¦dicos que acrediten su situaci¨®n f¨ªsica y mental antes y despu¨¦s de rendir su declaraci¨®n¡±.
Al margen de la actuaci¨®n de la autoridad, el informe analiza las posibles causas que motivaron el crimen y el contexto en el que el reportero realizaba su trabajo.
Gregorio y ejercer el periodismo en Coatzacoalcos
Gregorio Jim¨¦nez, quien durante a?os trabaj¨® arreglando aparatos de radio, colaboraba como aut¨®nomo para Notisur y El Liberal del Sur. Del primero cobraba cada quincena 700 pesos (54 d¨®lares) como apoyo al transporte. Le daban 20 pesos (1,5 d¨®lares) extra por cada nota publicada, con un tope de 1.500. En el segundo medio le pagaban 50 pesos (menos de 4 d¨®lares) pesos por nota publicada, con un m¨¢ximo de 15 piezas al mes.
¡°El piso de la comunidad donde viv¨ªa Gregorio era de arena. En Villa de Allende no hay luz el¨¦ctrica, ni tampoco drenaje. En su casa no hab¨ªa agua corriente, el suelo era de tierra y las gallinas se colaban en la vivienda. Amaba su profesi¨®n y ejerc¨ªa en las condiciones m¨¢s duras, de extrema pobreza¡±, ha relatado el escritor y tambi¨¦n periodista Emiliano Ruiz Parra durante la presentaci¨®n del informe.
La precariedad de Villa de Allende contrasta con los datos oficiales: en Veracruz se concentra el 80% de la petroqu¨ªmica de todo el pa¨ªs y, en el sur del Estado se encuentra asentada gran parte de esta actividad. El mercado de los productos derivados de procesos petroqu¨ªmicos en M¨¦xico genera unos 36.000 millones de d¨®lares.
¡°La mayor¨ªa de los testimonios de los colegas con los que platicamos se quejan de estar en medio de presiones de diferentes actores: presi¨®n de la corporaci¨®n policiaca mando ¨²nico, que hostiga a reporteros; presi¨®n del crimen organizado, fundamentalmente de los Zetas; presi¨®n de los due?os de sus medios, que atienden a intereses pol¨ªticos; y la presi¨®n del Gobierno del Estado y de otros caciques (...) Coatzacoalcos fue incrementando los indices de violencia en los ¨²ltimos meses y Gregorio era el ¨²nico corresponsal para ese poblado. Una gran suerte y un gran riesgo¡±, asegura Ruiz Parra.
Los periodistas de la zona se refieren a la regi¨®n sur de Veracruz como ¡°la boca del lobo¡±, por la abundancia de homicidios, secuestros, extorsiones, robos y violaciones. Es la zona roja de un Estado ya de por s¨ª peligroso para la pr¨¢ctica del periodismo, seg¨²n organismos internacionales. En lo que va de gesti¨®n de Javier Duarte, desde diciembre de 2010, han sido asesinados diez periodistas y tres permanecen desaparecidos. Adem¨¢s, un diario fue incendiado y al menos 25 reporteros se han visto obligados a dejar el Estado por amenazas.
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