La autocensura es ley en la prensa de Ecuador
Los medios de comunicaci¨®n sufren la presi¨®n del Gobierno de Correa
En los pr¨®ximos d¨ªas se sabr¨¢ si cuatro peri¨®dicos ecuatorianos son sancionados por no publicar todos los detalles del viaje que el presidente, Rafael Correa, hizo a Chile el 13 y 14 de mayo. Estaba programado para recibir un t¨ªtulo de doctor honoris causa, aunque en el periplo se entrevist¨® con Michelle Bachelet y tuvo otras actividades. La denuncia, que esgrime como principal argumento que los diarios censuraron informaci¨®n de inter¨¦s p¨²blico, la puso el coordinador del Observatorio Ciudadano de la Comunicaci¨®n. Pero no fue por iniciativa propia. Lo hizo despu¨¦s de una arenga que Correa dio el 17 de mayo en su sabatina, un espacio emitido cada s¨¢bado en los medios p¨²blicos. ¡°Organ¨ªcense, denuncien¡±, dijo. ¡°Nos est¨¢n robando el derecho a estar informados. (...) Ellos [los medios] prestan un servicio p¨²blico, de informar. (...) ?A reaccionar pueblo ecuatoriano!¡±, exhort¨® el presidente despu¨¦s de mostrar las rese?as m¨ªnimas que los cuatro diarios hicieron sobre el viaje.
Esta es una de las 125 denuncias contra los medios (datos hasta el 20 de junio de 2014) que se han registrado con la Ley de Comunicaci¨®n, que cumple ahora un a?o. La ley es el principal m¨¦todo de presi¨®n del Gobierno de Correa hacia la prensa, que produce consecuencias como que un diario, Hoy, decida dejar de publicar la edici¨®n impresa, debido, seg¨²n ellos, a ¡°la gradual p¨¦rdida de libertades¡± y a la asfixia econ¨®mica. Las quejas son contabilizadas por la Superintendencia de la Informaci¨®n y Comunicaci¨®n, un organismo creado para articular la ley. Carlos Ochoa, titular de la entidad, asegur¨® la semana pasada que apenas una veintena de denuncias ha derivado en sanciones administrativas. La mayor¨ªa han sido amonestaciones escritas, pero tambi¨¦n ha habido multas, como la que tuvo que pagar el peri¨®dico El Universo: 100.000 d¨®lares por publicar una caricatura que distorsionaba c¨®mo fue el allanamiento de la casa del periodista Fernando Villavicencio, asesor de un diputado opositor e investigado por espionaje.
Esas pocas pero aleccionadoras reprimendas han conseguido amilanar a una parte de los medios de comunicaci¨®n y a sus periodistas. Un encuentro organizado la semana pasada por la Fundaci¨®n Andina para la Observaci¨®n y Estudios de Medios se?alaba la ausencia de reportajes de investigaci¨®n en los medios y c¨®mo se prioriza la publicaci¨®n de temas menos pol¨¦micos o que no rozan al Gobierno. ¡°No puedes publicar noticias judiciales en indagaci¨®n previa ni documentos con car¨¢cter reservado. Hay art¨ªculos de la Ley de Comunicaci¨®n que lo limitan. La responsabilidad subsidiaria hace que los medios tengan restricciones para publicar ciertas cosas por las multas¡±, comenta un periodista de un diario nacional que pide anonimato.
El informador reconoce que en el trabajo period¨ªstico diario hay investigaciones que se quedan rezagadas por la imposibilidad de acceder a los funcionarios p¨²blicos. ¡°La ley dice que todas las noticias deben ser contextualizadas, verificadas y contrastadas, pero sigue siendo una pr¨¢ctica no dar entrevistas ni informaci¨®n a los periodistas de medios privados¡±, denuncia. ¡°Los funcionarios p¨²blicos ponen como pretexto la falta de tiempo y sus problemas de agenda, y a veces nos sueltan alg¨²n dato y luego llaman a decir que ese dato es incorrecto y que no lo podemos publicar hasta que nos den el correcto. As¨ª pasa m¨¢s tiempo¡±. El jurista Mauricio Alarc¨®n, de la Fundaci¨®n Andina para la Observaci¨®n y Estudio de Medios (Fundamedios), cree que el art¨ªculo m¨¢s pol¨¦mico de la ley es el 10, relacionado con las normas deontol¨®gicas, donde ¡°se fundamentan las acciones por contenidos discriminatorios o incoherencia de titulares noticiosos¡±. Incluso antes de la entrada en vigor de la ley ya se anticipaban los peligros de que se consagrara una ¨¦tica impuesta por el Estado.
El jefe de investigaci¨®n de El Comercio, Arturo Torres, reconoce que el ambiente en las redacciones se ha enrarecido tras la aprobaci¨®n de la Ley de Comunicaci¨®n. ¡°Los juicios han influido en los periodistas para tener m¨¢s cuidado, pero m¨¢s all¨¢ de eso, en el diario estamos aprovechando para fortalecer la calidad y oxigenar la agenda. No solo nos centramos en morder al Gobierno¡±, explica. La experiencia de Torres con algunas fuentes p¨²blicas es que estas ponen trabas para entregar informaci¨®n. ¡°Esto retrasa la publicaci¨®n y si damos algo incompleto enseguida viene la carta¡ Con esto pierde la sociedad. Hay que ir m¨¢s all¨¢ de esa pugna entre medios, periodistas y el Gobierno¡±.
Para C¨¦sar Ricaurte, director de la Fundaci¨®n Andina para la Observaci¨®n y Estudios de Medios, la Ley de Comunicaci¨®n ha configurado un ambiente de autocensura. ¡°Los medios tienen equipos de abogados que revisan cada nota, el criterio period¨ªstico ya no prima, el actor jur¨ªdico determina las publicaciones¡±, explica.
M¨¢s que autocensura, el superintendente de la Comunicaci¨®n prefiere hablar de prudencia. Como dijo la semana pasada, en el aniversario de la ley, ¡°los medios de comunicaci¨®n tienen m¨¢s prudencia al tocar diversos temas. Todos los d¨ªas los periodistas destacan que en Ecuador se les coarta la libertad de expresi¨®n, pero los mismos hechos demuestran que no es verdad¡±, afirm¨®. ¡°En este pa¨ªs existe tanta libertad de expresi¨®n que raya en el libertinaje¡±, opina.
¡°Mentira comprobada¡± y otros escarnios
Todos los s¨¢bados Rafael Correa da cuenta de sus actividades semanales en los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Estas sabatinas sol¨ªan incluir segmentos pensados para descalificar a los enemigos pol¨ªticos del Gobierno.Ahora se han reemplazado por secciones como La libertad de expresi¨®n ya es de todos, cuyo lema es ¡°por un verdadero Estado de derecho, y no de opini¨®n¡±. Durante treinta minutos desmiente a periodistas, sobre todo a los que hacen programas de opini¨®n.
Dentro de ese espacio, hay partes fijas con nombres como La caretucada, La amargura o La cantinflada de la semana. La idea es recuperar una intervenci¨®n de un periodista a lo largo de la semana en radio, televisi¨®n o v¨ªdeo, y pasarla una y otra vez para escarnio p¨²blico. De fondo hay una locuci¨®n que explica la verdad oficial y pone en duda la profesionalidad del periodista. Suele aparecer la foto del aludido, resaltada con un c¨ªrculo rojo. Para rematar, aparece un sello que estampa sobre el rostro del periodista: ¡°mentira comprobada¡± o ¡°mala fe¡±. Luego Correa retoma lo que ya se ha dicho en el v¨ªdeo ¡ªa veces pide que vuelva a emitir parte de las declaraciones del periodista (o la nota de prensa)¡ª y repite que la prensa mercantilista es el principal enemigo de su Gobierno, o de la revoluci¨®n ciudadana. Tambi¨¦n son recurrentes las peticiones a la audiencia para que dejen de comprar peri¨®dicos y se?ala que estos no sirven ni para madurar aguacates. El p¨²blico lo festeja y se queda con una de las frases m¨¢s repetidas por el mandatario: la prensa corrupta.
La Superintendencia de la Comunicaci¨®n considera que este espacio no est¨¢ reglado por la Ley de Comunicaci¨®n.
No es un programa de contenidos, argumenta, sino un acto de gesti¨®n p¨²blica. La Secretar¨ªa de Comunicaci¨®n (Secom) ahora monta cadenas nacionales para desmentir art¨ªculos de prensa. En estos espacios, se entrevista a las autoridades implicadas o se recogen testimonios para remarcar que tal medio o tal periodista est¨¢ errado e incluso se ponen a actores que leen los peri¨®dicos aludidos y tiran las publicaciones a la papelera.
La Secom no solo rectifica, sino que tambi¨¦n da lecciones de periodismo y entrevista a acad¨¦micos que reafirman el error de los peri¨®dicos. Esto puede ser parte de la campa?a de ataque a los medios que ha emprendido el titular de la Secom, Fernando Alvarado, desde el inicio del Gobierno. Este funcionario reconoci¨® en la revista Gatopardo, en 2012, que hasta la llegada de la revoluci¨®n ciudadana, Ecuador estaba controlado por una oligarqu¨ªa servida por un peque?o grupo de medios con grandes audiencias, a los que describi¨® como ¡°una maleza que hab¨ªa que limpiar¡±. Y record¨® haber dicho a Correa que ¡°la maleza siempre est¨¢ all¨ª, y siempre iba estar, y que en consecuencia solo ten¨ªa dos caminos: darle espacio y negociar con ellos, lo que implicaba dejar la maleza crecer, pod¨¢ndola s¨®lo de vez en cuando. (¡) El otro camino era sacarlos de la cancha¡±.
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