Integraci¨®n sin plan
Alemania parece carecer de un plan concreto para enfrentar la crisis de los refugiados
![Miles de refugiados acudieron a las sesiones informativas para encontrar empleo en el antiguo aeropuerto Tempelhof en Berlín el 26 de febrero.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/46U4O4N37YO663DRFAMDXE44ZY.jpg?auth=1cbdf8472c5bd64e42c7aa1a26a227a59f2d1f0494d8a213e6ed96b2ee82ce09&width=414)
No hace falta mencionar el periodo m¨¢s oscuro de la historia reciente de Alemania para saber que este pa¨ªs tiene una inusual capacidad de organizaci¨®n de sus recursos humanos en situaciones l¨ªmite. Por eso resulta desconcertante que la resoluci¨®n del Gobierno alem¨¢n de aceptar un mill¨®n de refugiados procedentes de Oriente Medio, no haya venido acompa?ada de un plan de organizaci¨®n claro. La propuesta presentada por el partido democristiano a mediados de febrero trata de establecer algunas normas sobre los salarios m¨ªnimos que los refugiados contratados deben cobrar o sus responsabilidades penales en caso de cometer delitos, pero esa hoja de ruta para la integraci¨®n no ha terminado con las recurrentes im¨¢genes de hacinamiento de refugiados. Esto ¡ªalgo comprensible en primera instancia¡ª remite inevitablemente a im¨¢genes de concentraci¨®n y no de integraci¨®n.
La posguerra en Alemania ofrece ejemplos casi sin parang¨®n de la capacidad de movilizaci¨®n y recuperaci¨®n
La posguerra en Alemania ofrece ejemplos casi sin parang¨®n de la capacidad de movilizaci¨®n y recuperaci¨®n: la simple e ingente tarea de desescombrar sus ciudades bombardeadas o la puesta en marcha de su producci¨®n agr¨ªcola, industrial o energ¨¦tica. El milagro econ¨®mico alem¨¢n ha sido tambi¨¦n descrito en clave de gesti¨®n de recursos humanos. Sin incidir en ejemplos b¨¦licos (donde la maquinaria humana es o fue un elemento capital) podemos remontarnos a campa?as de movilizaci¨®n popular donde Alemania ha llevado a cabo empresas paradigm¨¢ticas. Es lo que el historiador David Blackbourn llam¨® la ¡®conquista de la naturaleza¡¯, una forma m¨¢s taimada de describir las ¡°conquistas de la barbarie¡± con las que Federico el Grande se refer¨ªa a la recuperaci¨®n y conversi¨®n de los cenagales del Este en f¨¦rtil territorio prusiano.
No solo los avances ingenieriles, hidrol¨®gicos y agr¨ªcolas de principios del XIX en su territorio sino tambi¨¦n la incursi¨®n de sangre germana irrigando y construyendo los estados del noroeste de los Estados Unidos, hablan de la capacidad germana, para acometer aut¨¦nticos cambios metab¨®licos en el paisaje. Y luego est¨¢ Berl¨ªn, paradigma de las transformaciones urbanas, corte convertida en metr¨®polis, donde el ingenio y la mano de obra for¨¢nea, desde los hugonotes franceses a los campesinos de Silesia, han dejado su huella.
Y sin embargo, hoy Alemania parece carecer de un plan concreto para enfrentar la crisis de los refugiados. Resulta reconfortante que la poblaci¨®n no activa se ofrezca en gran n¨²mero voluntariamente a facilitar cuidados y formaci¨®n a los refugiados, y parece que un gran sector de la poblaci¨®n a¨²n respalda la pol¨ªtica del Gobierno. Pero todos desconocen c¨®mo se va a desarrollar la integraci¨®n. Los relatos del ghetto y los actos de violencia que est¨¢n estallando resultan todav¨ªa m¨¢s desconcertantes si, volviendo a la solvencia hist¨®rica demostrada por este pa¨ªs, se piensa en la reconstrucci¨®n acometida en las ¨²ltimas d¨¦cadas, en la integraci¨®n de la Alemania del Este en las estructuras del oeste, mediante pol¨ªticas territoriales muy espec¨ªficas.
Las im¨¢genes de refugiados en pabellones deportivos de peque?as ciudades no pueden generar sino conflictos
Parece incre¨ªble que en un pa¨ªs federal, con un campo y unas ciudades atomizadas en distritos o kiez descentralizados, donde no faltan servicios de educaci¨®n, salud y justicia, la dispersi¨®n no sea el camino emprendido o al menos anunciado por la canciller alemana. Y sin embargo ese fue el camino apuntado hace ya medio a?o por el jesuita Bergoglio: una familia por parroquia. Si hacemos los n¨²meros, es probable que frente a la concentraci¨®n de refugiados, la dispersi¨®n en grupos reducidos de cuatro a seis personas (ll¨¢mense familias) entre distritos, aldeas, manzanas de 300 a 500 habitantes (parroquias) sea un camino con menos fricciones. Las im¨¢genes del centro de acogida e Berlin Tempelhof y las concentraciones en pabellones deportivos de peque?as ciudades y ¨¢reas rurales no pueden generar sino conflictos dentro y fuera de esos ¨¢mbitos. Las dispersi¨®n, o dicho de otras manera, la atenci¨®n en dosis razonables del problema humano con que se enfrenta cada familia de refugiados se hace cada d¨ªa m¨¢s necesaria.
Luis Feduchi es decano de Arquitectura de la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela.
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