Catatumbo, otra regi¨®n olvidada de Colombia
La zona donde secuestraron a tres periodistas est¨¢ controlado por tres guerrillas y bandas de crimen organizado
El municipio donde secuestraron a la periodista espa?ola Salud Hern¨¢ndez-Mora el s¨¢bado 21 de mayo se llama El Tarra (y liberada en la tarde del viernes), pero popularmente se conoce como Tarraquist¨¢n. En el centro del Catatumbo, al noreste de Colombia, sus algo m¨¢s de 12.000 habitantes viven entre las balas de los francotiradores de las guerrillas, que dominan esta regi¨®n desde finales de los a?os setenta. ¡°En esta zona impera un sistema de amenaza terrorista total¡±, resume el comandante del Ej¨¦rcito, el general Alberto Jos¨¦ Mej¨ªa. Adem¨¢s, los vecinos de esta localidad, como le sucede al resto de las 200.000 personas que se reparten en 11 municipios, no tienen cubiertas el 80% de sus necesidades b¨¢sicas (luz, agua, educaci¨®n, sanidad,¡), seg¨²n datos de la Defensor¨ªa del Pueblo.
En el Catatumbo el 70% de la poblaci¨®n vive en la pobreza; solo el 6% de las v¨ªas est¨¢n pavimentadas; el sistema de electricidad y el alcantarillado son un lujo que pocas aldeas se pueden permitir; el analfabetismo alcanza al 30% de los habitantes, y el hospital m¨¢s cercano est¨¢ a entre cuatro y siete horas, en C¨²cuta, capital del departamento del Norte de Santander al que pertenece esta zona. Todos estos datos forman parte de un documento que la Asociaci¨®n Nacional de Reserva Campesina (Anzorc), presente en la zona, ha elaborado con informaci¨®n de instituciones del Estado para llamar la atenci¨®n sobre la regi¨®n. ¡°Es un problema hist¨®rico y cr¨®nico¡±, apostilla Jorge Enrique Calero, delegado del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensor¨ªa del Pueblo en Colombia.
Este retrato se repite desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, pero solo cuando la corresponsal de El Mundo y otros dos periodistas colombianos desaparecieron, parece que el pa¨ªs se ha vuelto a acordar del Catatumbo. ¡°Santos ha permitido muchos catatumbos, un sitio de la patria controlado por el terrorismo¡±, declar¨® el expresidente ?lvaro Uribe. La oposici¨®n al gobierno de Juan Manuel Santos ha convertido este territorio en un arma pol¨ªtica en un ejercicio de amnesia pol¨ªtica. ¡°Ni Samper, ni Gaviria, ni Pastrana, ni Santos y mucho menos Uribe hicieron algo serio por esta regi¨®n¡±, reclaman desde Anzorc.
La pobreza y la desigualdad son la consecuencia de la cesi¨®n del Estado ante el imperio de las guerrillas de las FARC, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL). ¡°El ELN lleg¨® a la regi¨®n en el 78 con el frente Camilo Torres¡±, explica Carlos Velandia, exl¨ªder eleno, actualmente dedicado a la consultor¨ªa. ¡°Ahora mismo tiene cuatro estructuras, las m¨¢s fuertes en todo el pa¨ªs, que controlan m¨¢s territorio que el resto de fuerzas insurgentes¡±. En los noventa y hasta principios de 2000, los paramilitares confesaron que asesinaron a 2.000 campesinos y los hicieron desaparecer en hornos crematorios como los que usaron los nazis. Ahora, sus herederos, dos grupos dedicados al narcotr¨¢fico conocidos como los Urabe?os y los Rastrojos, imponen su particular dictadura del terror.
Las bandas armadas encontraron en el Catatumbo el territorio perfecto para esconderse por su geograf¨ªa selv¨¢tica y monta?osa que adem¨¢s linda con Venezuela, pa¨ªs en el que las guerrillas no han tenido problemas con las autoridades locales. ¡°En esta peque?a zona de Colombia se concentran grandes mercados ilegales¡±, cuenta Ariel ?vila, analista de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n. ¡°Toda la cadena del narcotr¨¢fico se realiza en estas tierras: se cultiva la hoja de coca, se procesa con insumos que llegan desde el otro lado de la frontera y se exporta¡±. Defensa calcula que solo en esta regi¨®n se fabrican 47 toneladas de coca¨ªna al a?o. Al comercio ilegal de la droga se une el contrabando de todo tipo de productos entre ambos pa¨ªses. ¡°Cuando no hay luz ni agua para mantener un negocio formal, la poblaci¨®n se ve abocada a dedicarse a la ilegalidad¡±, resume el experto.
La presencia estatal es responsabilidad del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa. Hay cuatro bases militares, la fuerza Tarea Vulcano y la Infanter¨ªa de Marina en las cabeceras municipales. ¡°20 militares por cada 100 habitantes¡±, calcula Andr¨¦s Gil, portavoz de Anzorc.?El Catatumbo es la segunda zona de Colombia con mayor intensidad del conflicto, despu¨¦s de Arauca, seg¨²n el Centro de Recursos para An¨¢lisis de Conflictos (CERAC). Las Fuerzas Armadas mantienen operativos constantes contra la insurgencia. La guerrilla se disputa el territorio con las bandas organizadas que a su vez pelean entre ellas. La polic¨ªa (entre 24 y 30 miembros en cada pueblo seg¨²n datos de la publicaci¨®n La Silla Vac¨ªa, las autoridades no han facilitado esta informaci¨®n a EL PA?S) vive en b¨²nquers de sacos de tierra por miedo, especialmente, a los francotiradores. ¡°En el Catatumbo no se sabe qui¨¦n manda¡±, plantea ?vila.
¡°No somos un hoyo negro ni una rep¨²blica independiente¡±, dice Gil. ¡°Exigimos m¨¢s Estado, planes de desarrollo econ¨®mico e inversi¨®n social¡±. Todos los expertos consultados coinciden en que el final de la guerra con las FARC que se negocia desde hace tres a?os en La Habana y el inicio del proceso de paz con ELN ayudar¨¢n a que por fin la situaci¨®n del Catatumbo cambie. ¡°Se acabar¨¢ parte de la violencia, el reclutamiento, las desapariciones y los secuestros, el desplazamiento y los paros armados¡±, resume Calero. ¡°Ser¨¢ un punto de partida¡±.
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