Seguir informando de Rusia tras dos envenenamientos
Pese al acoso, el periodista disidente ruso Vlad¨ªmir Kara-Murza mantiene su pulso contra el Kremlin
Cuando en febrero Vlad¨ªmir Kara-Murza se despert¨® repentinamente a las cuatro de la madrugada sin poder respirar comprendi¨® instant¨¢neamente que estaba padeciendo los efectos de un segundo envenenamiento. Los mismos m¨¦dicos que salvaron su vida hace un par de a?os volvieron a hacerlo. Un coma inducido, meses de hospitalizaci¨®n ¡ªprimero en Rusia y luego EE UU¡ª y m¨²ltiples transfusiones de sangre para lograr que sobreviviera.
Kara-Murza (Mosc¨², 1981) es un periodista y opositor ruso que form¨® parte del Partido de la Libertad Popular (Parnas), una fuerza pol¨ªtica en la que destacaba su amigo Bor¨ªs Nemtsov, asesinado a balazos por la espalda en 2015, a 200 metros del Kremlin. Hoy es vicepresidente de Open Russia, un proyecto digital, fundado por el exmagnate Mij¨¢il Jodorkovski, que defiende una oposici¨®n intelectual y pol¨ªtica al r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin.
En una entrevista concedida en el Oslo Freedom Forum ¡ªla cumbre anual de activistas de derechos humanos que se celebra en la capital noruega, a la que este peri¨®dico fue invitado¡ª, Kara-Murza denuncia los m¨¦todos que se utilizan en su pa¨ªs para anular a la oposici¨®n. ¡°No s¨¦ ni qui¨¦n, ni c¨®mo, ni d¨®nde me envenenaron, pero mi caso lleva el sello del Servicio de Seguridad Federal: sofisticado y sin dejar rastro. La intenci¨®n era matar, no amedrentar. Si no logran silenciarte con calumnias y amenazas, utilizan el veneno o las balas¡±, asegura.
Licenciado en Historia por la Universidad de Cambridge, el opositor no cree que la transformaci¨®n pol¨ªtica pueda llegar tras las elecciones presidenciales de 2018. ¡°Los candidatos que no son marionetas del r¨¦gimen ser¨¢n descalificados antes de las elecciones por supuestas irregularidades absurdas. La votaci¨®n estar¨¢ marcada por el fraude y la intimidaci¨®n. El Parlamento ha quedado reducido a una mera formalidad. El ¨²nico diputado que vot¨® en contra de la anexi¨®n de Crimea ya est¨¢ exiliado. Los opositores se sientan entre rejas o yacen en los cementerios. En Rusia no quedan opositores, solo disidentes¡±, sostiene. ¡°El cambio no vendr¨¢ de las urnas sino de la calle. Hace un par de meses vimos las manifestaciones m¨¢s masivas de la Rusia moderna. La gente protest¨® desde Kaliningrado hasta Sajal¨ªn. Ese es el ¨²nico camino. Putin ha hecho creer a Occidente, gracias a las encuestas, que goza de un apoyo popular del que carece. Hablar de sondeos en un Estado autoritario y mafioso es rid¨ªculo. La mayor¨ªa no va a mostrar en una llamada telef¨®nica inesperada su rechazo al presidente¡±, a?ade.
Desde hace un lustro, Kara-Murza trata de convencer a Gobiernos y Parlamentos occidentales de que impongan sanciones contra algunos miembros del c¨ªrculo de Putin. ¡°Las medidas adoptadas hasta ahora por la UE solo afectan a los m¨¢s necesitados. Hay que castigar a los criminales poderosos que violan los derechos humanos de manera constante y flagrante¡±, alega. ¡°EE UU y Estonia ya tienen listas negras de rusos a los que no se les permite entrar en el pa¨ªs y a los que les han congelado sus activos. Lamentablemente, la mayor¨ªa de pa¨ªses rechazan mis propuestas, prefieren dinero sucio a derechos humanos¡±.
¡°El cambio en Rusia no vendr¨¢ de las urnas, sino de la calle¡±
Kara-Murza cree que el Gobierno ¡°hace malabares para ocultar el desastre econ¨®mico¡± provocado por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo y puede colapsar en cualquier momento. ¡°La historia rusa nos indica que los cambios radicales se producen de manera inesperada y explosiva¡±, argumenta. ¡°Me gustar¨ªa tener un rol formativo en la Rusia pos-Putin. Difundir entre los j¨®venes la necesidad de medios independientes o la importancia de la separaci¨®n de poderes¡±, agrega. Todav¨ªa convaleciente, Kara-Murza espera que los m¨¦dicos que le tratan en Washington le dejen volver pronto a Mosc¨². ¡°Espero sobrevivir. No me voy a quedar en EE UU o en Canad¨¢ viendo c¨®mo un r¨¦gimen corrupto, autoritario y cleptocr¨¢tico lleva a nuestro pa¨ªs a un pozo sin fondo¡±, dice. ¡°Como Nemtsov, que pod¨ªa haber tenido un exilio tranquilo y c¨®modo pero amaba a Rusia demasiado como para aceptar que deb¨ªa abandonarla¡±.
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