Los socialistas franceses rechazan apoyar al Gobierno de Macron

Despu¨¦s de su hist¨®rica debacle en las elecciones presidenciales y legislativas, el Partido Socialista franc¨¦s (PS) se reuni¨® este s¨¢bado en Par¨ªs para acordar una estrategia pol¨ªtica en com¨²n de cara a la pr¨®xima legislatura, en la que las l¨ªneas ideol¨®gicas se han desdibujado. ?Dar una oportunidad a Emmanuel Macron, enfrentarse frontalmente a sus proyectos o escudarse en la abstenci¨®n? El consejo nacional del partido, un parlamento interno en el que participan 300 delegados, abog¨® por desmarcarse del presidente y no votar a favor de la investidura de su Gobierno, prevista para el 4 de julio.?

¡°Nos situamos claramente en la oposici¨®n¡±, dec¨ªa el documento acordado por las distintas sensibilidades del partido. ¡°Estamos orgullosos de haber contribuido a frenar el empuje nacionalista [de la ultraderechista Marine Le Pen] apoyando expl¨ªcitamente al presidente sin reservas ni condiciones. Pero nuestro apego por la Rep¨²blica no es una firma en blanco¡±. Tras cuatro horas de debate, m¨¢s del 85% de los asistentes apoy¨® esta resoluci¨®n. En la investidura del Gobierno encabezado por el primer ministro ?douard Philippe, los diputados socialistas podr¨¢n votar en contra o abstenerse. El partido aspira a encontrar una posici¨®n com¨²n antes de que llegue la fecha, como indic¨® ayer el presidente del grupo socialista, Olivier Faure, al frente de una treintena escasa de diputados. En 2012, eran 295.

Los socialistas franceses acordaron tambi¨¦n una hoja de ruta para la refundaci¨®n del partido, a trav¨¦s de un congreso previsto para finales de este a?o o principios de 2018. Hasta entonces, tomar¨¢ las riendas de la formaci¨®n una direcci¨®n colegial que ser¨¢ designada el 8 de julio. ¡°Este es un momento de clarificaci¨®n. No nos inscribimos ni en el bonapartismo democr¨¢tico de Macron, ni en el izquierdismo autoritario de Jean-Luc M¨¦lenchon. Como socialdem¨®cratas, queremos proponer un horizonte y un modelo de sociedad¡±, expres¨® el portavoz del partido, Rachid Temal.?

Mientras tanto, el ala izquierda del Partido Socialista se prepara para mover ficha, inquieta ante una promesa de refundaci¨®n que cree que podr¨ªa quedarse en papel mojado. El excandidato Beno?t Hamon, que obtuvo un 6,4% en las presidenciales (el peor resultado del socialismo desde 1969), lanzar¨¢ el 1 de julio su propio movimiento, que aspira a superar los contornos de su formaci¨®n y acercarse a los ecologistas y los insumisos de M¨¦lenchon. Hamon no descarta abandonar el Partido Socialista. ¡°Si subsiste la ambig¨¹edad respecto a Macron, diremos adi¨®s¡±, confirma el eurodiputado Guillaume Balas, uno de sus m¨¢ximos aliados. Significativamente, Hamon se salt¨® este s¨¢bado la reuni¨®n para desfilar en el Orgullo Gay de Par¨ªs.?

Mientras tanto, el ex primer ministro Manuel Valls intenta formar un grupo propio de centroizquierda en la Asamblea Nacional, que apoyar¨¢ los textos legislativos de Macron. Podr¨ªan sumarse a ¨¦l un pu?ado de diputados socialistas tentados por sustentar al presidente.?

El Partido Socialista no resolvi¨® ayer otras inc¨®gnitas sobre su futuro. Por ejemplo, la posible venta de su sede hist¨®rica de Solf¨¦rino, un exclusivo palacete pegado de 3.000 metros cuadrados pegado al Sena, que le servir¨ªa para sufragar los 15 millones de euros de ayudas p¨²blicas que dejar¨¢ de percibir tras la cat¨¢strofe electoral. La izquierda francesa vuelve a cobrar el aspecto que ten¨ªa antes del m¨ªtico congreso de ?pinay, en 1971, cuando Mitterrand logr¨® unificar una larga serie de clanes dispersos y eternamente enemistados para conquistar el poder. ¡°Ten¨ªamos una vitalidad comparable a la de los marchistas de Macron¡±, explic¨® Nicole Questiaux, una de las art¨ªfices de su victoria, a Le Monde. El socialismo franc¨¦s ha dejado de esperar hombres providenciales. Tampoco les queda ninguno en el banquillo. ¡°No lograremos converger en dos d¨ªas cuando nos hemos pasado a?os desgarr¨¢ndonos¡±, expres¨® Faure, en pleno ataque de lucidez. ¡°No esperen milagros, porque no habr¨¢ ninguno¡±.