¡°?Los tanques rusos en Praga? ?Hasta Gibraltar tendr¨ªan que llegar!¡±
Se le ha puesto a los que se oponen a las bravatas de Maduro y de Diosdado Cabello el cascabel de fascistas y ricachones
Cuando los tanques sovi¨¦ticos entraron en Praga, en 1968, la izquierda comunista o compa?era de viaje se removi¨® aqu¨ª para buscar foco. ?Qu¨¦ pasa, qu¨¦ pasa? Y en esos segundos que amenazaban la ortodoxia debida a los dictados del Kremlin y de Par¨ªs un sindicalista le explic¨® a otro para alertarle:
¡ª?Los tanques rusos han entrado en Praga!
En el desconcierto, el colega al que no le cab¨ªa duda de qui¨¦n ten¨ªa la raz¨®n dej¨® pasar segundos y exclam¨®:
¡ª?En Praga? ?Hasta Gibraltar tendr¨ªan que llegar!
Entonces no ten¨ªamos ninguna duda. Los tanques rusos hicieron el camino que ten¨ªan que hacer. Padilla era lo peor, Cuba hac¨ªa bien en llevarlo a la mazmorra; Stalin no merec¨ªa la gloria, quiz¨¢, pero s¨ª su santuario; la historia estaba hecha de buenos y malos, y los malos eran los que no estaban con nosotros; el muro de Berl¨ªn garantizaba la pureza, la democracia burguesa contaminaba el aire y las ca?er¨ªas. Los norteamericanos eran de la CIA y los comunistas ven¨ªan del cielo celeste, o rojo. Que nadie nos tocara el color. Los compa?eros de viaje asist¨ªamos en silencio, era mejor, est¨¢bamos sentados pero est¨¢bamos ganando.
La izquierda era de izquierdas y el infierno eran los otros. ?En medio? En medio no hab¨ªa nada. Cuando acab¨® aqu¨ª la guerra (en 1976 o 1978, seg¨²n se quiera), sigui¨® habiendo buenos y malos. Ahora los malos son los mismos y los buenos son los nuestros, aunque ya no se sepa muy bien qui¨¦nes son los nuestros.
Lo que pasaba con el sindicalista y su amigo se parece ahora a lo que sucede con respecto a Venezuela y a otros pa¨ªses en los que hasta el subsuelo es rojo y bello, como anta?o nos gustaban los subsuelos. Puede pasar en Venezuela o en Nicaragua o en Cuba cualquier cosa que no nos guste, que si est¨¢ protagonizado por los nuestros debe ser bueno. Nos pasaba con la URSS, con Cuba, con Rumania incluso, con las Brigadas Rojas, con la Baader Meinhoff, hasta con ETA¡ ?Son los nuestros? ?Algo bueno tendr¨¢n! ?A Gibraltar tendr¨ªan que llegar! ?Leopoldo L¨®pez? Un terrorista, duro con ¨¦l. ?Ledezma en la c¨¢rcel? Algo habr¨¢ hecho. ?Los venezolanos del exilio? ?Trastos de la CIA!
Hay un libro que cura aquel mal de bajura que acepta que lo de los nuestros es lo mejor, lo ¨²nico. Ese libro es Tumulto (Malpaso, 2015), de H. M. Enzensberger, que vivi¨® aquellas revoluciones, convencido de quienes eran los nuestros. Hasta que, pasadas las d¨¦cadas, se encontr¨® consigo mismo en el espejo y se pregunt¨®: pero, ?d¨®nde estaban mi coraz¨®n y mis ojos? ??Y yo era tambi¨¦n de los nuestros!?
Con Venezuela est¨¢ pasando. Se le ha puesto a los que se oponen a las bravatas de Maduro y de Diosdado Cabello el cascabel de fascistas y ricachones y ya nada de lo que digan ni la ONU ni nadie sobre lo que pasa le gana al filtro de buenos y malos que nosotros hemos engrasado tambi¨¦n para estar contentos como unas pascuas.
Ahora pasa en Espa?a como pasaba con los tanques que llegaban a Praga:
¡ª?Mira lo que hace y dice Diosdado Cabello contra los opositores venezolanos!
¡ª??Diosdado Cabello?! ??En C¨¢diz lo tendr¨ªa que decir!!
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