El capitalismo financiero y la dictadura de Maduro
Quienes denuncian el imperialismo y la explotaci¨®n del hombre son los mismos que se benefician de transacciones multimillonarias en el mercado mundial
El socialismo del siglo XXI que propone el chavismo es una patra?a ret¨®rica que sirve para mantener una empresa criminal e intereses asociados con el capitalismo financiero. Resulta parad¨®jico que quienes denuncian al imperialismo yanqui, la explotaci¨®n del hombre por el hombre y quieren implantar un Estado comunal, sean los beneficiarios de transacciones multimillonarias en el mercado mundial, incluyendo el tr¨¢fico de drogas y las operaciones financieras con los bonos soberanos de Venezuela y de la petrolera PDVSA.
La clave financiera ayuda a comprender la infernal din¨¢mica pol¨ªtica que est¨¢ devorando al pa¨ªs y produciendo una onda de choque en la regi¨®n de las Am¨¦ricas. Los banqueros venezolanos, muchos de ellos cercanos al r¨¦gimen desde los tiempos del fallecido Hugo Ch¨¢vez, han hecho millones de d¨®lares al amparo de negocios con el Gobierno. Lo mismo pasa con viejos y nuevos empresarios quienes se han beneficiado de importaciones que el r¨¦gimen ha promovido para destruir a la industria privada local.
En el corto plazo, los intereses financieros est¨¢n influyendo en las decisiones de actores pol¨ªticos, tanto del lado de la dictadura de Maduro como de la oposici¨®n. En octubre y noviembre se deben pagar unos dos mil millones de d¨®lares en intereses de los bonos soberanos venezolanos y de PDVSA. El r¨¦gimen de Maduro y la petrolera estatal han cumplido religiosamente con los pagos de intereses de la deuda, aunque eso haya significado reducir dr¨¢sticamente las importaciones de alimentos y medicinas, generando m¨¢s sufrimientos a los venezolanos, como lo ha se?alado el economista Ricardo Haussman.
Esos intereses financieros tambi¨¦n van moldeando las decisiones electorales, incluso las de la oposici¨®n. La ilegal e ileg¨ªtima asamblea constituyente ha anunciado que las elecciones de gobernadores, que debieron celebrarse el a?o pasado, se realizar¨¢n en octubre pr¨®ximo. Ya varios partidos de la coalici¨®n opositora agrupados en la MUD han anunciado que participar¨¢n. Lo mismo ha dicho los candidatos de la dictadura. Las campa?as electorales cuestan dinero y los pol¨ªticos tambi¨¦n "comen", as¨ª que hace falta levantar recursos, que seguramente vienen de esos operadores financieros que gustosos hacen sus aportes (en un pa¨ªs en el que no hay ning¨²n tipo de control de esos gastos).
Otra cara de la hipocres¨ªa del chavismo es la que revela las propiedades y activos que tienen muchos personeros del r¨¦gimen, tanto civiles como militares, en Estados Unidos, Panam¨¢ y en varios pa¨ªses europeos. Miami, Madrid, Ciudad de Panam¨¢, Vancouver, entre otras ciudades, se han convertido en lugares favoritos donde viven y se pasean estos corruptos y sus familias. Muchos generales y altos funcionarios prefieren que sus esposas e hijos vivan lejos de Venezuela, llevando una vida de reyes.
La m¨¢s reciente revelaci¨®n de los negociados turbios que se han hecho en tiempos de revoluci¨®n bolivariana tiene que ver con la confesi¨®n de los propietarios de Smartmatic, empresa proveedora del Consejo Nacional Electoral (CNE) de la tecnolog¨ªa para las elecciones automatizadas. El mismo presidente de la compa?¨ªa, Antonio M¨²gica, ha dicho que el gobierno ha inflado las cifras de participaci¨®n en la ilegal elecci¨®n constituyente. Sobre Smartmatic se han hecho fundadas denuncias de corrupci¨®n, que incluye el pago de coimas a personeros del chavismo, incluyendo al actual alcalde del Distrito Capital, Jorge Rodr¨ªguez, cuando fue vicepresidente del consejo electoral.
Si alg¨²n d¨ªa cae esta dictadura, saldr¨¢n a flote muchas historias grotescas sobre las mentiras en las que se fund¨® una ideolog¨ªa que ha arruinado a Venezuela.
Isaac Nah¨®n Serfaty es profesor en la Universidad de Ottawa (Canad¨¢).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.