Chile busca Justicia para la asistenta degollada por la dictadura de Pinochet
Sof¨ªa Y¨¢?ez, de 23 a?os, embarazada, trabajaba en la casa de una abogada pro derechos humanos y es una de las ¨²ltimas v¨ªctimas mortales del r¨¦gimen
Ten¨ªa 23 a?os, un embarazo de dos meses y trabajaba como asistenta en la casa de la abogado pro derechos humanos, Carmen Hertz. Oriunda de Valdivia, en el sur de Chile, Sof¨ªa Y¨¢?ez Calfup¨¢n fue degollada por la espalda mientras lavaba en el ba?o?la ma?ana del 22 de noviembre de 1988. Fue una de las ¨²ltimas v¨ªctimas mortales de la dictadura de Augusto Pinochet, que hab¨ªa perdido el plebiscito celebrado algunas semanas antes. La Justicia chilena, que sigue investigando casos que quedaron impunes, luego de casi 30 a?os ha vuelto sobre el crimen de la muchacha. El magistrado Mario Carroza esta semana comenz¨® con los interrogatorios.
Hertz no tiene dudas: "Fue una acci¨®n de represalia de la CNI (la polic¨ªa secreta de Pinochet)".
En esos a?os era ya una conocida abogado pro derechos humanos de la Vicar¨ªa de la Solidaridad, una instituci¨®n dependiente de la Iglesia cat¨®lica que no solo se enfrent¨® a los militares y los paralizados tribunales de Justicia, sino que actu¨® como un aparato de contrainteligencia ante la dictadura. Como representante de Vasili Carrillo, involucrado en el atentado a Pinochet en 1986, Hertz se querell¨® por los tormentos sufridos por su defendido en manos de la Brigada Investigadora de Asaltos (BIA). La juez Dobra Luksic en forma in¨¦dita proces¨® a los agentes, que publicaron una declaraci¨®n p¨²blica se?alando que tanto la juez como la abogado estaban dejando a la ciudadan¨ªa en la indefensi¨®n total, en manos del hampa. "Dos d¨ªas despu¨¦s, mataron a Sof¨ªa y allanaron la oficina de la juez, en forma completamente clandestina y silenciosa", relata Hertz.
No era raro que la dictadura ejerciera acciones de violencia contra funcionarios de la Vicar¨ªa. En 1985 mataron a Jos¨¦ Manuel Parada, jefe del Departamento de An¨¢lisis, y a algunos les lanzaban gatos muertos en el jard¨ªn o les enviaban cajas de regalo con cabezas de cerdo. Pero a esas alturas ¨Cluego del plebiscito¨C, el crimen de Sof¨ªa Y¨¢?ez se sali¨® de los par¨¢metros. Cuando Hertz present¨® una querella ¨Cpoco antes de tener que refugiarse en Francia por invitaci¨®n de madame Mitterrand¨C, los tribunales determinaron que hab¨ªa sido un delito com¨²n y como en muchos casos no se encontraron culpables. Hubo testigos, sin embargo, que vieron un coche de la Polic¨ªa de Investigaciones aparcado cerca de la casa de Hertz, en la calle Infante de Santiago de Chile. La v¨ªctima jam¨¢s particip¨® en pol¨ªtica, ten¨ªa un car¨¢cter afable, era una chica de pueblo y en la vivienda no hubo robo el d¨ªa del crimen.
El asesinato de Sof¨ªa fue uno de los episodios violentos que tuvo que vivir Hertz, seg¨²n relata en sus memorias La historia fue otra y en la serie de Andr¨¦s Wood, Ecos del desierto. Ten¨ªa 26 cuando qued¨® viuda: a su marido, el abogado comunista Carlos Berger, lo torturaron y ejecutaron el 19 de octubre de 1973 en la ciudad nortina de Calama. Su esposo ten¨ªa 30 a?os y ella qued¨® con un ni?o de apenas 11 meses, Germ¨¢n, que de adulto relat¨® su historia en el documental Mi vida con Carlos.
Luego del crimen de Berger en manos de la llamada Caravana de la muerte, Carmen se exili¨® en Buenos Aires y luego en Caracas junto a su hijo. Regresaron pronto a Santiago de Chile, en los primeros a?os de dictadura, cuando como abogado se dedic¨® por completo al trabajo por los derechos humanos desde la Vicar¨ªa de la Solidaridad. Interpuso denuncias, querellas y recursos de amparo en decenas de causas. A nivel personal hubo dolores irreparables: todav¨ªa llenos de dolor por la p¨¦rdida del mayor de sus hijos, sus suegros se quitaron la vida. Primero ¨¦l, en 1982, y despu¨¦s ella en 1987. Luego el asesinato de Sof¨ªa, que trabajaba con Hertz hac¨ªa unos dos a?os. Fue ella la que la encontr¨® tirada en el piso.
Hertz relata que apenas se produjo el asesinato encar¨® al general Fernando Paredes, de la Polic¨ªa de investigaciones. Luego de 1990, cuando lleg¨® la democracia, uno de los jefes de la Brigada Investigadora de Asaltos (BIA) le reconoci¨® la culpabilidad de miembros de su unidad.
Si este caso se reabre ahora, en 2017, es por la querella que present¨® el programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior. El juez Mario Carroza, que ha tenido en sus manos la investigaci¨®n por la muerte de Salvador Allende y Pablo Neruda, entre otras causas de connotaci¨®n social, ser¨¢ el encargado de buscar Justicia para Sof¨ªa, que seg¨²n la Comisi¨®n de Verdad y Reconciliaci¨®n de 1991 fue asesinada por agentes del Estado.
En Chile hubo unas 4000 v¨ªctimas mortales, entre ejecutados y desaparecidos. Muchos de esos casos quedaron impunes.
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