¡°Podr¨ªan haberlo previsto, no vemos soluci¨®n¡±
Usuarios y boticarios reciben con sorpresa el veto de los bancos a la venta de marihuana en farmacias en Uruguay
Parec¨ªa un ¨¦xito completo. Hace dos meses, cuando comenz¨® la venta y las filas se extendieron en los 16 comercios habilitados. Sin embargo, el veto de la banca estadounidense a los comercios que ofician de expendio fue recibido con preocupaci¨®n entre los usuarios de cannabis, que se acercan a las farmacias a¨²n sabiendo que no hay stock disponible. ¡°Por ac¨¢ viene gente todo el tiempo preguntando si vamos a seguir vendiendo¡±, confi¨® a EL PA?S uno de los boticarios que prefiere el anonimato, en sinton¨ªa con sus colegas.
Son apenas 16 farmacias, de las cuales cinco est¨¢n en Montevideo. Se esperaba que fueran m¨¢s. La desconfianza de la banca internacional vuelve a congelar el proyecto de legalizaci¨®n de cannabis m¨¢s osado que se recuerde. ¡°Estamos a la expectativa de lo que vaya a suceder, es inesperado para nosotros¡±, resume un farmac¨¦utico que, como sus colegas, entiende que la sobrexposici¨®n del tema en los medios les juega en contra. ¡°El gobierno y las personas que armaron esto podr¨ªan haberlo previsto, ahora hay que encontrar una soluci¨®n a corto plazo, pero no veo que sea posible. Todos los que nos anotamos queremos seguir vendiendo, imag¨ªnate que en las farmacias del interior hay gente que hace 80 o 90 kil¨®metros para comprar el cannabis¡±, se lamenta el hombre.
Pas¨® muy poco tiempo para saber si se trata de un ¨¦xito comercial, aunque algunos comerciantes se arriesgan a concluir que le aporta un 27% m¨¢s de clientela y, aunque las farmacias de la capital en un solo d¨ªa vendieron ocho kilos de flores en tan solo siete horas, ninguno de ellos quiere sacrificar a?os de trabajo ¡°convencional¡± por una aventura que puede ocasionarle problemas mayores. Una dej¨® de vender, Pit¨¢goras. El resto sigue aunque frenaron porque les falta stock. Saben que no est¨¢n solos. Los mismos activistas que forzaron la sanci¨®n de la ley coinciden en que ¡°hay que defender a las farmacias¡±.
Juan Vaz es un personaje importante en el proceso de legalizaci¨®n de la marihuana en Uruguay. Pas¨® once meses preso en 2007 por tener en su chacra unas 45 plantas, cuando estaba prohibido. Al salir, fund¨® la Asociaci¨®n de Estudios del Cannabis. Hoy tiene, entre otras cosas, un emprendimiento que crea gen¨¦ticas de cannabis, pero ni siquiera logr¨® que el Banco Santander le abra una cuenta bancaria que ten¨ªa una aprobaci¨®n inicial. ¡°Somos un pa¨ªs chiquito que intenta organizar algo que antes ni siquiera exist¨ªa¡±, resume a EL PA?S. Y opina: ¡°Creo que si esto hubiese explotado como en Colorado [EE UU], con miles de millones de d¨®lares dando vueltas, el sistema bancario se habr¨ªa preocupado por encontrarle un espacio. Como son chirolas, no les importa. Para ellos no son significativas menos de 20 farmacias y no quieren quemarse¡±.
¡°Nosotros presentamos los papeles, estaba todo b¨¢rbaro, pero no nos mandaban la aprobaci¨®n final. Cuando llamamos nos dijeron que ten¨ªan una ejecutiva nueva y que tenia dudas en el rubro de mi empresa. Nos visit¨® y luego de eso no quisieron abrirla¡±, relata a este diario, ¡°El problema sigue siendo el prejuicio, fijate que a nadie se le ocurre cerrarle la cuenta a GW farmac¨¦utica, una firma inglesa que produce cannabis para hacer el Sativex (un medicamento comprimido que en Europa se paga entre 350 y 440 euros). Hempflax, que produce c¨¢?amo industrial, puede venderle pl¨¢sticos a Bugatti, BMW y Mercedes Benz; Tilrey le va a exportar a Alemania extractos de cannabis para la industria medicinal. Toda esa actividad que te relato, ?no tiene una operativa bancaria?¡±
Los usuarios registrados en las farmacias todav¨ªa no sal¨ªan del asombro de poder adquirir flores legalmente. Ahora, no pueden creer que esa opci¨®n corra riesgo de acabarse. ¡°Nunca se me ocurri¨® que iba a poder hacerlo y la experiencia en s¨ª es rara, pero m¨¢s raro fue hacer el registro que en este caso fue en el correo, un organismo oficial¡±, cuenta Sebasti¨¢n Pereira, un cocinero de 31 a?os que antes compraba en el mercado negro. ¡°El registro en un principio me parec¨ªa innecesario pero despu¨¦s entend¨ª que se necesitaba de una ley que regule¡±, complementa Guillermo Espinosa, due?o de una empresa que trabaja con residuos. ¡°El correo estaba sacudido, hab¨ªa tres empleados trabajando y once personas afuera de las cuales solo uno iba a entregar una carta. Eso, ac¨¢, es un flujo de personas at¨ªpico¡±, recuerda.
Tanto Guillermo como Sebasti¨¢n eval¨²an alternativas por si las boticas terminan el sue?o de la marihuana libre, sin embargo, coinciden en que ¡°hay que defender a las farmacias, porque ellas pusieron la cara antes que nadie¡±. ¡°Si lo cortan voy a seguir teniendo ciertos canales para conseguirla, porque conozco cultivadores que s¨¦ que les sobra y si tengo que comprar lo voy a hacer. La marihuana del Estado es barata pero no es tan buena, la otra es cara pero es una magia, y no es un sacrificio que no est¨¦ dispuesto a hacer. Es realmente posible evitar el narcotr¨¢fico. Pasaron menos de dos meses pero el prensado (como se le llama a la marihuana del mercado negro, rebajada con ramas y hojas, entre otras cosas, da?ina para la salud) en Uruguay practicamente no existe, ya no se siente ese olor ¨¢cido en la calle, sino que abundan las flores. Ser¨ªa una pena que den marcha atr¨¢s¡±, concluye Sebasti¨¢n.
Por su parte, comerciantes y empresarios han decidido esperar a que la pol¨ªtica resuelva. ¡°Mientras tanto -confiesa Vaz- hemos adoptado lo que nos ense?aron los yanquis, que son los que inventaron esto. Yo no tengo un bolso de plata guardado en mi casa, como s¨ª tienen due?os de dispensarios de Norteam¨¦rica. Ac¨¢ no pasa eso. Entonces, usamos nuestras cuentas personales o de empresas conexas; o pagas a tus empleados en cash, vienen los cobradores y les pagas cash, vas a comprar la mercader¨ªa cash, cuando importas, vas por ventanilla y pagas cash. No me puedo bancarizar, ok, entonces me muevo a efectivo. Es indudable que algo se va a tener que flexibilizar¡±.
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