T¨²nez aprueba una controvertida amnist¨ªa a los funcionarios corruptos de la dictadura

En la batalla sobre c¨®mo lidiar con el ponzo?oso legado de la dictadura de Ben Al¨ª, los pragm¨¢ticos ganaron la noche del martes otra batalla a los idealistas. El Parlamento de T¨²nez aprob¨® la llamada ¡°ley de reconciliaci¨®n administrativa¡±, que permitir¨¢ archivar todos los procesos judiciales abiertos contra funcionarios por delitos de corrupci¨®n cometidos antes de la Revoluci¨®n de 2011, primera chispa de las revueltas ¨¢rabes. Ahora bien, la medida se limita a aquellos casos en los que el funcionario no hubiera cometido la infracci¨®n para su propio beneficio. El maratoniano pleno vivi¨® momentos de gran tensi¨®n, con gritos, pataletas e insultos que provocaron su interrupci¨®n en diversas ocasiones.

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La apisonadora parlamentaria formada por los partidos integrantes de la ¡°gran coalici¨®n¡± del Gobierno, el conservador y laico Nid¨¢ Tunis y los islamistas de Ennahda, prevaleci¨® ante el recurso al filibusterismo de la oposici¨®n, cuyos representantes cantaban el himno nacional a pleno pulm¨®n para obstaculizar el debate. La iniciativa fue adoptada por 117 votos a favor y 9 en contra, si bien decenas de diputados se ausentaron de la C¨¢mara. ¡°Esta ley permitir¨¢ reactivar la econom¨ªa tunecina. No puede ser que haya centenares de funcionarios a la espera de que se resuelvan sus casos. Les necesitamos¡±, declar¨® en una entrevista reciente Sofian Teubal, presidente del grupo parlamentario de Nid¨¢ Tunis.

La m¨¢s poderosa oposici¨®n al proyecto se hallaba fuera del hemiciclo, frente a las vallas de la Asamblea Popular. Decenas de miembros del movimiento juvenil Manish Nsameh (¡°No perdonar¨¦¡±, en ¨¢rabe coloquial), que ha liderado el rechazo a la ley de numerosas asociaciones de la sociedad civil, no se cansaban de gritar al son de los tambores: ¡°?No pasar¨¢!¡±. Esta era la cuarta vez que se debat¨ªa la propuesta de amnist¨ªa por los delitos econ¨®micos presentada por el nonagenario presidente del pa¨ªs, Beji Ca?d Essebsi. En las tres anteriores, la movilizaci¨®n en las calles de los j¨®venes revolucionarios fue capaz de frenar su aprobaci¨®n.

¡°Ennahda cree en la reconciliaci¨®n nacional para reconstruir el pa¨ªs. Las anteriores versiones de la ley contraven¨ªan la Constituci¨®n, por eso introducimos enmiendas, y las hemos apoyado¡±, comenta la diputada Jamila Ksiki en los pasillos del Parlamento. En los borradores anteriores, la iniciativa inclu¨ªa tambi¨¦n a hombres de negocios que se hubieran enriquecido gracias a la corrupci¨®n. A pesar de los cambios, varios representantes de Ennahda, un movimiento proscrito en la dictadura, se desmarcaron de la direcci¨®n, y una diputada islamista lleg¨® a calificar la propuesta de ley de ¡°traici¨®n¡±.

Para el movimiento juvenil Manish Nsameh, las enmiendas al texto original no son suficientes. ¡°La ley contin¨²a violando la Constituci¨®n y el Estado de derecho, as¨ª como tambi¨¦n el principio de transparencia y establecimiento de la verdad. No hay un mecanismo efectivo para contrastar las declaraciones de los acusados¡±, opina Sharfed¨ªn Kelil, uno de los l¨ªderes del grupo, que a¨²n conf¨ªa que los tribunales anular¨¢n la legislaci¨®n. Los partidos de oposici¨®n ya han anunciado que interpondr¨¢n un recurso de inconstitucionalidad. En una rueda de prensa, denunciaron que la votaci¨®n tuviera lugar antes de contar con la evaluaci¨®n del Consejo Superior de la Magistratura, si bien ¨¦sta no es vinculante.

El del martes fue el segundo mazazo a los j¨®venes revolucionarios en menos de una semana. Unas horas antes, juraban su cargo los nuevos miembros del Ejecutivo tras la amplia remodelaci¨®n aplicada por el primer ministro. Entre los nuevos ministros, figuran tres que ya ocuparon este cargo en la era Ben Al¨ª. Se trata del ministro de Finanzas, Mohamed Ridha Chalghoum; el ministro de Defensa, Abdelkarim Zribi; y el ministro de Educaci¨®n, Hatem Ben Salem. Este ¨²ltimo, era un destacado miembro del partido ¨²nico y fue coordinador de Derechos Humanos en 2002. Con gran cinismo, se paseaba por las canciller¨ªas occidentales desmintiendo las horribles torturas que sufr¨ªan en comisar¨ªas y c¨¢rceles los disidentes.

Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de los sectores m¨¢s militantes, la sociedad tunecina acogi¨® m¨¢s bien con indiferencia los nombramientos. ¡°El retorno de los hombres de Ben Al¨ª se inici¨® ya hace tiempo, despu¨¦s de la llegada al poder de Nid¨¢ Tunis en 2014¡±, explica la polit¨®loga Olfa Labloum. Este partido se cre¨® como una amalgama de sindicalistas, intelectuales opuestos al islamismo, pol¨ªticos y empresarios vinculados al Antiguo R¨¦gimen. Habida cuenta de la incapacidad por parte de los sucesivos Gobiernos posrevolucionarios de enderezar la precaria situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, as¨ª como las enormes desigualdades entre regiones, una mayor¨ªa de la poblaci¨®n le da la espalda a toda la clase pol¨ªtica. Los analistas temen que las pr¨®ximas elecciones municipales, previstas para finales de a?o, pueden registrar una abstenci¨®n r¨¦cord. Lejos queda el fervor revolucionario de aquella primavera que asombr¨® al mundo.