Eutanasia es un corto de terror australiano
Ante el en¨¦simo proyecto de ley para aprobar la muerte digna en Australia sus partidarios ruedan una estremecedora pel¨ªcula sobre la realidad de un enfermo terminal
El v¨ªdeo se titula Stop the horror y empieza con una advertencia que hace imposible no darle al play:
"Esta pel¨ªcula est¨¢ basada en hechos reales. Contiene representaciones gr¨¢ficas que pueden resultar ofensivas y perturbadoras para algunos espectadores. Por ello se ha incluido un bot¨®n STOP en la parte inferior de la pantalla".
Antes, sobre una imagen con marcada est¨¦tica de pel¨ªcula de terror ha aparecido un rostro desencajado gritando y, en rojo sobre negro, un +18. El director del cortometraje es Justin Kurzel, autor de la inquietante Snowdown (sobre un asesino en serie) y la violenta Assassin's Creed (basada en una saga de videojuego).
Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, en el cortometraje en cuesti¨®n no hay monstruos ni asesinos. No narra una historia de violencia al uso, sino que recrea las ¨²ltimas semanas de "vida" de un enfermo terminal en una unidad de cuidados paliativos. Hay mucho llanto, ahogos, convulsiones, fluidos, sufrimiento, gritos de dolor, abrazos, s¨²plicas, besos y de nuevo, m¨¢s l¨¢grimas. Es la historia, interpretada por actores, de Greg Sims un australiano que muri¨® de c¨¢ncer cerebral en 2005, y su hija Nia, que lo vivi¨® a pie de cama de hospital. Forma parte de una campa?a para apoyar el en¨¦simo proyecto de ley para legalizar la eutanasia en Australia.
Un poco de contexto: en Australia ha habido m¨¢s de 40 intentos de legislar la eutanasia, y eso solo desde 1995, cuando se lleg¨® a aprobar brevemente en el Territorio del Norte, convirti¨¦ndose en el primer lugar del mundo con una ley semejante. Sin embargo l gobierno federal la revoc¨® poco despu¨¦s. Desde entonces, nunca ha vuelto a prosperar un proyecto en ninguno de los estados australianos, a pesar de que en las encuestas de opini¨®n p¨²blica cerca del 80% de los ciudadanos apoyan la muerte asistida para pacientes terminales con un sufrimiento insoportable.
En octubre, el estado de Victoria votar¨¢ un nuevo proyecto de ley. "La idea de la campa?a Stop the horror es conseguir que la gente se ponga en contacto con sus pol¨ªticos ya que ser¨¢n ellos quienes decidan", explica por mail Kiki Paul, directora de Go gentle Australia, la ong defensora de la muerte digna responsable del v¨ªdeo. "Esta es una pel¨ªcula de cinco minutos sobre la desesperaci¨®n y sobre un dolor inimaginable; ha sido dise?ada para que sea virtualmente imposible de ver... Por ello tiene un bot¨®n de STOP, cuando alguien tiene que parar porque es demasiado (y tambi¨¦n cuando la pel¨ªcula acaba) aterrizas en una p¨¢gina que te pide tu c¨®digo postal y tu mail". Si el espectador vive en Victoria, recibe un correo con los detalles de contacto de su parlamentario local; si el c¨®digo postal es de otro lugar, puede hacer una donaci¨®n.
?"El uso de esta pel¨ªcula es un esfuerzo amateur para influenciar a la gente joven para que haga lobby por el suicidio asistido", se ha quejado la asociaci¨®n contraria a la muerte digna, Right to Life Australia.
Sin embargo, la campa?a de amateur no tiene nada. Adem¨¢s de un laureado cineasta, el cortometraje Stop the Horror, tiene detr¨¢s una agencia de publicidad, Cummins & Partners, que plante¨® la campa?a inicialmente como un estreno en redes sociales del nuevo filme de terror de Justin Kursel. El ¨¦xito viral fue inmediato. El v¨ªdeo ha aparecido en medios de todo el mundo, aunque en la mayor¨ªa tratado superficialmente, con titulares que ahondan en la pol¨¦mica alimentada por la propia campa?a: "El desgarrador corto que muy pocos pueden ver m¨¢s de 15 segundos" (Telecinco o RT); "Un pel¨ªcula tan escalofriante que es imposible verla" (News Au), "El v¨ªdeo pro-eutanaisa tan fuerte que You Tube lo ha prohibido" (The Independent y The Mirror), etc¨¦tera.
El corto, sin embargo, es m¨¢s triste que escalofriante y You Tube nunca lo censur¨®, si no que la propia ong nunca quiso colgarlo en la plataforma (en ella no funciona el bot¨®n de STOP especial). "Alguien subi¨® una copia ilegal a You Tube, lo denunciamos por infringir el copyright y fue retirada", explica Kiki Paul, "lamentablemente le quit¨® 225.000 visualizaciones a nuestra web, por lo que perdimos 225.000 oportunidades para que la gente levantase la voz".
En la web de Go Gently se pueden ver muchos otros v¨ªdeos que apoyan el proyecto de ley en Victoria. No tan gr¨¢ficos como Stop the Horror, pero si resultan igualmente estremecedores. En uno Lawrie, enfermo terminal que decidi¨® suicidarse con una sobredosis de pastillas dado que la ley no permite otra v¨ªa legal, se despide de su mujer y de sus dos hijos peque?os con una carta. En otro, la enfermera de cuidados paliativos Anne Maxwell describe entre l¨¢grimas c¨®mo se le rompe el coraz¨®n cada vez que un enfermo terminal le pregunta cu¨¢nto tiempo m¨¢s ha de sufrir y hacer sufrir a los suyos. En la web hay muchos v¨ªdeos semejantes, de enfermos, familiares y sanitarios. Ninguno se ha hecho viral.
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