El alem¨¢n que asusta a Europa
El liberal Christian Lindner, que prefiere a Grecia fuera del euro y se opone a una eurozona m¨¢s integrada, se perfila como posible socio de Merkel
En esta pl¨¢cida ¡ªalgunos dir¨ªan sopor¨ªfera¡ª campa?a electoral alemana, en la que la mayor inc¨®gnita consiste en qui¨¦n va a compartir el poder con la eterna Angela Merkel, un personaje despierta una creciente preocupaci¨®n en gobernantes europeos, analistas e inversores. No se trata de ning¨²n ultraderechista con proclamas racistas, sino del l¨ªder del partido que gobern¨® 45 de los 68 a?os de la Rep¨²blica Federal. Es Christian Lindner, presidente de los liberales, que se perfila como posible socio de la democristiana Merkel para los pr¨®ximos cuatro a?os. Muchos temen que, si llega al Gobierno, sus propuestas para la eurozona aviven la llama de una crisis que, poco a poco, Europa empezaba a superar.
Termina el mitin, y una multitud ¨¢vida de un selfie se lanza a por la presa. A sus 38 a?os, Lindner es la estrella del momento de la pol¨ªtica alemana. Pero ¨¦l no tiene tiempo. ¡°Tengo que irme. Pierdo mi tren¡±, dice. Acaba de hablar en Fr¨¢ncfort y va a su segundo acto del d¨ªa, en N¨²remberg. Quedan solo cuatro d¨ªas de campa?a y el l¨ªder del FDP apura hasta el ¨²ltimo minuto para colocar a su partido como tercera fuerza en las elecciones del pr¨®ximo domingo y, sobre todo, volver al Gobierno que abandon¨® en 2013, cuando por primera vez en la historia de la Alemania moderna los liberales quedaron fuera del Bundestag.
Las encuestas coinciden en que, tras las elecciones, Merkel tendr¨¢ dos opciones: reeditar la gran coalici¨®n con los socialdem¨®cratas o gobernar con el FDP, quiz¨¢s en compa?¨ªa de Los Verdes tambi¨¦n.
Antes de salir pitando, Lindner responde a unas preguntas a EL PA?S. Si hubiera estado en el Gobierno en esta legislatura, ?ser¨ªa hoy Grecia miembro del euro? ¡°No. Con el FDP no se habr¨ªa aprobado en 2015 el tercer programa de rescate¡±. ?Qu¨¦ opina de los que creen que usted puede reanimar la crisis de deuda? ¡°Acepto como un cumplido que los hedge funds que ganan dinero con los bajos tipos de inter¨¦s alerten contra nosotros. Eso muestra que no somos los representantes del gran capital, sino de la gente com¨²n¡±, asegura con una sonrisa.
La menci¨®n a los hedge funds ¡ªo fondos de alto riesgo¡ª se explica porque Blackrock, la mayor gestora del mundo, ha alertado de una fuerte reacci¨®n adversa de los mercados si Lindner impone en una futura coalici¨®n la expulsi¨®n de Grecia del euro o mayor dureza en las reglas fiscales de la eurozona. Pero la preocupaci¨®n no afecta solo a los mercados. Para la propia Merkel puede convertirse en un problema coaligarse con un socio que promete dejarle poco margen de maniobra en la pol¨ªtica europea. ¡°El peor resultado posible para la canciller ser¨ªa una mayor¨ªa muy reducida de democristianos y liberales. Porque no podr¨ªa negarse a gobernar con ellos. Y en el Bundestag depender¨ªa toda la legislatura de los diputados m¨¢s euroesc¨¦pticos¡±, se?ala Franz Decker, polit¨®logo de la Universidad de Bonn que dirigi¨® la tesis de Lindner.
Joven, guapo y con una cuidada imagen de ganador que puede resultar arrogante, Lindner ha devuelto la esperanza a los liberales. En Internet han hecho furor unas im¨¢genes en las que aparece con 18 a?os ¡ªcuando ya hab¨ªa empezado su carrera pol¨ªtica y empresarial¡ª yendo al colegio con malet¨ªn y corbata. En la plaza de Fr¨¢ncfort donde habla se han congregado unas 600 personas, muchos de ellos j¨®venes. En las elecciones de 2013, seg¨²n un organizador, no reun¨ªan ni a 200. Entonces, el FDP pas¨® de ocupar el Ministerio de Exteriores a la humillaci¨®n de no alcanzar el 5% necesario para entrar en el Bundestag. Hoy, las encuestas le otorgan m¨¢s del 9%, en una muy re?ida carrera por el tercer puesto con los ultras de AfD y los izquierdistas de Die Linke. El jubilado Achim admite que el domingo volver¨¢ a votar a los liberales despu¨¦s de haberlos abandonado. ¡°Con ¨¦l, la cosa ha cambiado. Habla muy bien. Y tiene contenido¡±, dice.
Modelo profesional
El profesor Decker conoce bien al hombre que posa con camisa blanca como un modelo profesional en los carteles. El polit¨®logo recuerda a Lindner como un estudiante brillante y din¨¢mico que descubri¨® muy pronto la dureza de la pol¨ªtica, con el supuesto suicidio de J¨¹rgen M?llemann, el dirigente liberal que le introdujo en el FDP, del que fue apartado por unas declaraciones antisemitas. ¡°Conoce desde dentro la brutalidad de los juegos de poder¡±, concluye.
La estrella de los liberales domina el escenario. Hace pausas dram¨¢ticas y sabe c¨®mo hacer re¨ªr. En casi una hora de discurso, Lindner no menciona la eurozona ni una vez. Habla de educaci¨®n, digitalizaci¨®n ¡ª¡°en este aspecto, Alemania est¨¢ m¨¢s cerca de Corea del Norte que de la del Sur¡±¡ª, seguridad ciudadana e inmigraci¨®n. Y arremete contra las cr¨ªticas que recibi¨® por reclamar que los refugiados vuelvan a su pa¨ªs cuando la situaci¨®n all¨ª se calme, una frase interpretada como un intento de robar votantes a los ultras de AfD.
Guntram Wolff, del think-tank Bruegel, cree que, llegue o no al Gobierno, la popularidad de Lindner muestra que el pr¨®ximo Parlamento alem¨¢n tendr¨¢ m¨¢s voces euroesc¨¦pticas. En el FDP, que se define como ¡°el partido m¨¢s europe¨ªsta de Alemania¡±, no lo ven as¨ª. ¡°Muchos tienen miedo de nuestra vuelta al Gobierno por peligrar la estabilidad financiera. Pero no hay motivo. Apostamos por menos deuda, m¨¢s reformas y m¨¢s responsabilidad. Con nosotros habr¨¢ m¨¢s estabilidad¡±, responde Lindner antes de salir a la carrera hacia el pr¨®ximo acto.
Objetivo: el sill¨®n de Sch?uble
Christian Lindner dice querer hablar de contenidos, no de cargos. Pero ¨¦l mismo contribuy¨® a los rumores cuando este domingo dijo a Die Welt que el Ministerio de Finanzas es el ¨²nico con poder suficiente para "mirar a la canciller a la altura de los ojos".
En Alemania, la tradici¨®n manda que el socio menor de una coalici¨®n elija qu¨¦ ministerio desea. Y Lindner no quiere repetir los errores de su antecesor, Guido Westerwelle, que en 2009 opt¨® por Exteriores, un departamento con mucho relumbr¨®n, pero poco poder real. No es de extra?ar que desde ah¨ª los liberales fueran incapaces de cumplir su promesa de bajar impuestos; ni que cuatro a?os m¨¢s tarde fueran barridos del Bundestag. El problema es que para hacerse con Finanzas, Lindner tendr¨¢ que desplazar a Wolfgang Sch?uble, uno de los pol¨ªticos m¨¢s populares de Alemania. Tras 45 a?os como diputado y 15 como ministro, es poco probable que Sch?uble vaya a conformarse con un puesto de segunda.
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