La UE afirma que el Brexit est¨¢ ¡°en un punto muerto preocupante¡±
Barnier afirma que todav¨ªa no se puede pasar a la segunda fase de di¨¢logo con Reino Unido
Han pasado 15 meses desde el refer¨¦ndum del Brexit. Va m¨¢s de medio a?o despu¨¦s de que la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, activara la cuenta atr¨¢s para el divorcio entre Londres y Bruselas. El tiempo corre, pero la negociaci¨®n entra en un punto muerto preocupante: la quinta ronda de conversaciones entre la Uni¨®n Europea y el Reino Unido ha concluido hoy sin avances y con gruesas palabras. Puede que todo forme parte del postureo: a May le viene bien un poco de teatrillo ante la dif¨ªcil situaci¨®n ya no en el Parlamento brit¨¢nico, sino en su propio Gobierno. Y la UE est¨¢ usando el Brexit como una suerte de pegamento: hac¨ªa a?os que no se ve¨ªa tanta unidad en una agenda de ese calibre. Pero el negociador jefe de la Uni¨®n, Michel Barnier, ha dejado claro que "no se han dado pasos hacia adelante", y que Bruselas y Londres "est¨¢n ante un bloqueo preocupante en las cuestiones financieras". No hay "progresos suficientes", en fin, para iniciar las negociaciones sobre la futura relaci¨®n entre el Reino Unido y la UE, al menos no hasta octubre.
Los dos pr¨®ximos meses ser¨¢n cruciales: ese bloqueo es hoy puro tacticismo, pero podr¨ªa convertirse en un choque traum¨¢tico en diciembre ¡ªla siguiente evaluaci¨®n para determinar si hay progresos suficientes para empezar a negociar el acuerdo de divorcio¡ª que abrir¨ªa la posibilidad de un "no acuerdo" de consecuencias muy negativas, seg¨²n las fuentes consultadas.
Europa tiene tres prioridades en estos momentos. Uno: pretende que Reino Unido pague todas sus facturas, que ascienden a una cifra oscilante de no menos de 60.000 millones de euros; Londres ofrece 20.000. Dos: quiere dejar claros los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido (y de los brit¨¢nicos en suelo europeo), pero Londres se resiste a concretar en ese asunto. Y tres: se aviene a negociar una soluci¨®n ad hoc para Irlanda del Norte, en el punto que suscita menos desacuerdos (y que ni aun as¨ª termina de estar del todo claro). "Estamos en un impasse, pero con voluntad pol¨ªtica y un impulso por parte de Theresa May podemos salir adelante", ha dicho un cariacontecido Barnier, en un tono duro, ante la prensa. "El acuerdo debe ser beneficioso para todos", ha explicado el ministro brit¨¢nico, David Davis, en un tono menos solemne en el que no ha descartado que la negociaci¨®n termine sin acuerdo. "No es lo que queremos, pero tenemos preparados todos los escenarios: es lo que debe hacer un Gobierno serio", ha dicho.
El divorcio Londres-Bruselas empieza a parecerse a una versi¨®n el juego de la gallina: el primero que salta del coche, que corre a toda velocidad hacia el despe?adero, pierde. La industria alemana y holandesa, y los pa¨ªses con m¨¢s lazos comerciales y de todo tipo con Reino Unido (los n¨®rdicos, pero tambi¨¦n Espa?a) son conscientes de que cerrar sin acuerdo la negociaci¨®n ser¨ªa muy perjudicial. Pero de momento las canciller¨ªas han dado un mandato negociador a Barnier muy duro, y no hay fisuras: Reino Unido saldr¨ªa a¨²n peor parado, como bien sabe la City, que amenaza con dar a conocer planes de contingencia para final de a?o si las discrepancias no se encauzan.
Mientras eso no ocurre, las ruedas de prensa son como rifles de repetici¨®n. Barnier pide, una y otra vez, claridad. Y no oculta su creciente irritaci¨®n: "Falta concreci¨®n sobre los derechos de la ciudadan¨ªa y sobre Irlanda del Norte", y "estamos ante un bloqueo preocupante sobre las cuestiones financieras", ha dicho a preguntas de los periodistas. Esa factura es ahora mismo una inc¨®gnita. "En Florencia [en un discurso muy esperado], May afirm¨® que respetar¨¢ los compromisos, pero esta semana Reino Unido ha repetido que no est¨¢ listo para detallarlas: sin el mandato pol¨ªtico, estamos discutiendo tecnicismos", ha avisado Barnier. Londres advierte de que no tiene obligaciones financieras salvo las que se derivan del presupuesto en curso: eso deja planes plurianuales, cr¨¦ditos y todo tipo de obligaciones a futuro. Esa es su posici¨®n negociadora: la llamada "cristalizaci¨®n de las obligaciones financieras". Barnier y su equipo aseguran que eso no es m¨¢s que una teor¨ªa peregrina: hay obligaciones de compromiso, y no solo de pago, m¨¢s all¨¢ del a?o presupuestario. En cuanto a los derechos de la ciudadan¨ªa, el quid de la cuesti¨®n es el papel del Tribunal Europeo de Justicia: la UE quiere que tenga un papel en caso de conflictos, pero esa es una l¨ªnea roja de May (que ha ido menguando con el tiempo, pero sigue ah¨ª). Incluso en Irlanda del Norte, Bruselas asegura que falta "claridad" en la postura brit¨¢nica.
Ante la falta de avances, las dos partes dicen estar preparadas para un brexit heavy metal: brutal, sin acuerdo, ca¨®tico. "Un no acuerdo ser¨ªa el peor acuerdo, pero estamos preparados para todas las eventualidades", ha zanjado Barnier despu¨¦s de que Davis sugiriese que Londres tambi¨¦n tiene prevista esa alternativa. El juego de la gallina, pero sin el James Dean de Rebelde sin causa.
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