Kirkuk recupera el pulso
Los kurdos de la provincia petrolera, divididos ante el control del Gobierno central
Una enorme bandera iraqu¨ª cuelga de la Ciudadela de Kirkuk. La instalaron los soldados de Bagdad cuando hace justo una semana entraron sin resistencia en esta ciudad multi¨¦tnica que los kurdos controlaban desde 2014. A sus pies, el bazar ha recuperado la normalidad tras el par¨®n de los primeros d¨ªas. ¡°Se ha restaurado la ley¡±, coinciden pol¨ªticos de las comunidades ¨¢rabe y turcomana. Los kurdos se encuentran divididos. Sin embargo, su participaci¨®n resulta clave para legitimar el proceso pol¨ªtico abierto y probar que va en su inter¨¦s trabajar dentro de un Irak unido.
¡°Bagdad nos ha liberado de la opresi¨®n de los partidos pol¨ªticos kurdos y de sus agencias de seguridad¡±, proclama euf¨®rico Tahsim Kahya, del Frente Turcomano. En su opini¨®n, la toma de control por el Gobierno central garantiza la seguridad de la ciudad y del resto de la provincia petrolera.
Los comerciantes kurdos del bazar discrepan. Zana, que ha reabierto su puesto por primera vez este lunes, cuenta que se llev¨® a su familia a Suleimaniya y volver¨¢ a dormir all¨ª porque de momento no se f¨ªan de volver a su barrio. ¡°Ha habido casas asaltadas y quemadas. Hemos o¨ªdo que mataron a un hombre. Me preocupa el futuro¡±, apunta Seiwan Abdalla. ¡°No conocemos a los soldados, son extra?os¡±, a?ade. Aunque la mayor¨ªa admite que los incidentes han sido limitados, los sentimientos se encuentran a flor de piel.
Despu¨¦s de tres a?os en los que los kurdos han marcado el paso de la provincia, las nuevas reglas del juego resultan desconcertantes para esa comunidad. El Ej¨¦rcito, que en 2014 abandon¨® vergonzosamente sus puestos ante el avance del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus sigas en ingl¨¦s), ha tomado posiciones en los accesos a la capital. Dentro del per¨ªmetro urbano, la seguridad ha pasado a manos de las Unidades Antiterroristas (CTS), distinguibles por sus uniformes negros. Pero su presencia no es opresiva. Son sobre todo las banderas lo que hace sentir que el control de la ciudad ha cambiado de manos.
Aunque no ha desaparecido la tricolor kurda, la ense?a iraqu¨ª, apenas visible hace un mes, se ha hecho omnipresente. Ondea no s¨®lo en los veh¨ªculos militares y las bases donde se han instalado las fuerzas, sino en plazas, farolas y postes. A menudo, y eso es lo que m¨¢s molesta a los kurdos y a muchos otros habitantes de Kirkuk (mayoritariamente sun¨ªes), junto a banderolas con la imagen sin rostro del imam Ali o el imam Husein, dos santos del imaginario chi¨ª. Las asocian con las milicias de esa confesi¨®n, tras las que intuyen la mano de Ir¨¢n.
¡°?Qu¨¦ pinta el imam Husein junto a Mam Yalal?¡±, se pregunta Karwan, un joven universitario kurdo, ante la confluencia de p¨®steres que refleja la curiosa alianza surgida en Kirkuk. Mam Yalal, o t¨ªo Yalal, es el recientemente fallecido Yalal Talabani, fundador de la Uni¨®n Patri¨®tica de Kurdist¨¢n (UPK). Una facci¨®n de esta, encabezada por su primog¨¦nito, Bafel Talabani, ha aceptado como inevitable que el Gobierno central recupere Kirkuk (sus rivales pol¨ªticos les acusan de haber vendido la ciudad); as¨ª que negocia una participaci¨®n en el Gobierno provincial y romper el aislamiento al que el refer¨¦ndum de independencia del mes pasado ha sometido a la regi¨®n aut¨®noma.
En la calle no se ve as¨ª. Sea por falta de transparencia o por la campa?a de propaganda lanzada por el Gobierno de Kurdist¨¢n, los kurdos de a pie sienten que sus l¨ªderes les han vendido al no presentar batalla a las fuerzas federales. De hecho, el bloque kurdo que ten¨ªa la mayor¨ªa de la Asamblea Provincial (26 de 41 miembros, incluidos dos turcomanos, dos ¨¢rabes y dos independientes) se ha fracturado. Huidos el gobernador y el presidente de la C¨¢mara, que encabezaban a los partidarios a ultranza de la uni¨®n con Kurdist¨¢n, los representantes de la UPK son los ¨²nicos dispuestos a participar en la sesi¨®n que debe elegir al nuevo presidente y consensuar el gobernador. Pero este lunes s¨®lo cinco de sus siete miembros hab¨ªan acudido a la sede parlamentaria, insuficiente para, unidos a los nueve turcomanos y seis ¨¢rabes, alcanzar qu¨®rum.
El objetivo de la UPK es colocar como gobernador a Rezgar Ali, quien ya ocup¨® esa responsabilidad para las tres comarcas de Kirkuk que los kurdos arrebataron a Sadam Husein en 1991 y tras el derribo de ¨¦ste presidi¨® la Asamblea Provincial. Que el cargo vaya a un kurdo es un reconocimiento de que esta comunidad constituye la minor¨ªa mayoritaria.
¡°No intentamos cambiar la demograf¨ªa de la ciudad¡±, subraya Jalil Ibrahim al Hadidi, de la Alianza ?rabe. ¡°Se trata de aplicar la Constituci¨®n y las leyes¡±, defiende visiblemente satisfecho por el cambio de tornas.
De momento, Bagdad parece haber conseguido evitar los sonados excesos que las milicias han cometido en otros lugares, al menos en Kirkuk capital. Pero el propio Rezgar Ali, que defiende que se retiraran las fuerzas kurdas para evitar una guerra, denuncia que durante los tres primeros d¨ªas ¡°en algunos lugares ocurrieron cosas horribles¡±. Entre estas destaca los saqueos o la expulsi¨®n de algunos alcaldes kurdos, como los de Dakuk y Dibbs, la localidad donde se hallan los campos petroleros de Avana y Bey Hasan. Pero conf¨ªa en el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa federales. ¡°Tambi¨¦n son nuestras fuerzas armadas y hay kurdos en ellas¡±, asegura.
Tal vez, pero en los barrios kurdos de Kirkuk, como Panja Ali, Shorau o Rahimawa, muchas viviendas como la de Zana, el comerciante citado antes, permanecen vac¨ªas, y s¨®lo poco a poco empiezan a reabrir los comercios. ¡°Vamos a necesitar algunos d¨ªas para que la situaci¨®n se tranquilice porque las emociones est¨¢n todav¨ªa exaltadas¡±, admite Ramla al Obaidi, una de los seis representantes ¨¢rabes en la Asamblea Provincial.
Tiendas de alcohol cerradas
Las heridas no son visibles. Los 21 edificios que, seg¨²n fuentes kurdas, asaltaron o incendiaron las milicias chi¨ªes el primer d¨ªa de la operaci¨®n, pasan desapercibidos en una urbe de un mill¨®n de habitantes. Uno de ellos es la sede de la Uni¨®n Patri¨®tica de Kurdist¨¢n (UPK), el partido kurdo al que el Gobierno de la regi¨®n aut¨®noma acusa de haber negociado la entrega de Kirkuk. Este lunes varios empleados se afanaban por reponer los cristales rotos, limpiar y reordenar el mobiliario.
¡°Fueron los Hashd¡±, dicen en referencia a los milicianos chi¨ªes. Sin embargo, son miembros de Asaib Ahl al Haq (Liga de los Justos), quienes vigilan el acceso. ¡°Nos quejamos a sus dirigentes y ayer, cuando vino el ministro del Interior, nos autorizaron a regresar¡±, justifican con evidente incomodidad.
Aunque no hay noticias de que fueran asaltadas, las tiendas de licor de la calle Almas tambi¨¦n permanec¨ªan cerradas. Tal vez sea una medida preventiva de sus propietarios, ante el temor de que el Gobierno central imponga la ley seca que promovi¨® el Parlamento el a?o pasado y que el Gobierno kurdo ha ignorado.
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