Trump arremete contra la investigaci¨®n de la trama rusa ante el posible arresto del primer sospechoso

Donald Trump es previsible. Golpea siempre antes de ser golpeado. Y este domingo lo volvi¨® a hacer. Ante los avances del fiscal especial que investiga la trama rusa, el presidente de Estados Unidos se declar¨® otra vez v¨ªctima de una ¡°caza de brujas¡±, neg¨® cualquier colusi¨®n y lanz¨® una furibunda andanada contra Hillary Clinton y su partido. ¡°Clinton y los dem¨®cratas son culpables y los hechos hablan por s¨ª mismos. ?Hagan algo!¡±, tuite¨® el mandatario.

No lo mencion¨®, pero cab¨ªan pocas dudas. El fiscal especial, Robert Mueller, ha puesto nervioso a Trump. Un gran jurado, seg¨²n medios estadounidenses, ha aceptado los primeros cargos presentados por este veterano e incorruptible investigador contra un implicado en la trama rusa. La medida, de la que no se conocen m¨¢s detalles, ha sido supuestamente refrendada por un juez y puede acarrear la detenci¨®n este mismo lunes del sospechoso.

El arresto supondr¨ªa un paso de gigante en un caso que se ha vuelto la peor pesadilla para el presidente. Hace tiempo que las pesquisas desbordaron su per¨ªmetro inicial. Ya no se investiga solo si el equipo electoral de Trump se coordin¨® con el Kremlin en la campa?a de desprestigio lanzada contra Hillary Clinton durante las elecciones. Mueller, quien dirigi¨® el FBI durante 13 a?os, tambi¨¦n indaga los manejos econ¨®micos del entorno presidencial y si el mismo Trump, que ya ha contratado un abogado privado para el caso, cometi¨® un presunto delito de obstrucci¨®n a la justicia al despedir al director del FBI, James Comey, tras negarse este a cerrar el expediente de la trama rusa.

Durante meses, Mueller ha avanzado con discreci¨®n. Ha interrogado a altos cargos de inteligencia y tambi¨¦n del equipo presidencial, como al exjefe de gabinete, Reince Priebus, y al anterior portavoz, Sean Spicer. Tambi¨¦n ha indagado en torno al ef¨ªmero consejero de Seguridad Nacional, el general Michael Flynn, y agentes del FBI han entrado en casa del antiguo jefe de campa?a, Paul Manafort, en busca de pistas.

Frente a este avance, la Casa Blanca ha ido cambiando de estrategia. Despu¨¦s de un periodo de descalificaciones constantes, pareci¨® tender la mano y reducir la tensi¨®n. Pero ahora, ante la inminencia de una acusaci¨®n fiscal, ha vuelto a las andadas.

En los tuits, el presidente alude al ¡°enfado¡± que reina en las filas republicanas por la inacci¨®n de la justicia ante los supuestos esc¨¢ndalos de Clinton: ¡°el informe falso [¡­], el uranio, el pacto con Rusia, los 33.000 correos destruidos, el arreglo con Comey y muchos m¨¢s¡±. ¡°En vez de eso, miran la falsa colusi¨®n Trump/Rusia que no existe. Los [dem¨®cratas] est¨¢ utilizando esta terrible (y mala para el pa¨ªs) caza de brujas para practicar la pol¨ªtica del mal, pero los republicanos est¨¢n respondiendo como nunca antes¡±.

En su ofensiva, el presidente evit¨® citar a Mueller pero no dud¨® en arrojar la sombra de la sospecha. ¡°Toda esta habladur¨ªa de Rusia llega justo cuando los republicanos est¨¢n haciendo su gran apuesta por el hist¨®rico recorte fiscal. ?Es una coincidencia? ?No!¡±, concluy¨® el presidente de Estados Unidos. Como siempre, hab¨ªa elegido el ataque como defensa. Falta por ver la respuesta de la justicia.