Un tren (con pol¨¦mica) para Ana Frank
Los ferrocarriles alemanes quieren poner el nombre de la autora del diario m¨¢s le¨ªdo sobre el Holocausto a uno de sus modelos de alta velocidad y enfadan a su Fundaci¨®n holandesa
En los ferrocarriles espa?oles hay trenes con nombres de oc¨¦anos y cadenas monta?osas, como Atl¨¢ntico y Sierra de Gredos. Nombres que mezclan geograf¨ªa y promesa de calidad, tales que Estrella Cant¨¢brico, o bien se lanzan a lo cl¨¢sico, con Mare Nostrum y Lusitania. Unos pocos optan por personajes famosos, ya sea Picasso, Antonio Machado o Rosal¨ªa de Castro. En Holanda, la tradici¨®n se aplica de forma ecl¨¦ctica, y lo mismo se llaman Albatros que Kreupele Marie (m¨¢s o menos, Mar¨ªa la Coja), que es el apodo coloquial de una locomotora que falla. En Alemania, Deutsche Bahn, la compa?¨ªa ferroviaria estatal, quer¨ªa llamar Ana Frank a uno de sus 25 nuevos modelos de alta velocidad, y la fundaci¨®n holandesa de la autora del diario m¨¢s le¨ªdo sobre el Holocausto se ha indignado. Les parece lamentable porque puede asociarse a los convoyes que transportaban jud¨ªos a los campos de concentraci¨®n.
La direcci¨®n de Deutsche Bahn defendi¨® al principio su elecci¨®n diciendo que Ana Frank ¡°es un s¨ªmbolo de tolerancia¡±. Y que la tragedia de la ni?a, que se ocult¨® de los nazis con su familia, en ?msterdam, ¡°ejemplifica la coexistencia pac¨ªfica de diferentes culturas, algo que es hoy m¨¢s importante que nunca¡±, seg¨²n sus portavoces. En Holanda comparten dicho enfoque, pero no olvidan que la compa?¨ªa actual es la sucesora de Deutsche Reichsbahn, encargada durante la II Guerra Mundial de deportar a millones de jud¨ªos. Ante el revuelo causado, la empresa alemana ha decidido ¡°estudiar de nuevo la situaci¨®n" porque asegura, nunca quisieron "da?ar el recuerdo de Ana Frank¡±. La adolescente muri¨® con su hermana, Margot, en Bergen-Belsen (Alemania) a los 15 a?os. Margot ten¨ªa 19 a?os. La madre de ambas, Edith, pereci¨® en Auschwitz (Polonia). Solo regres¨® el padre, Otto, que recogi¨® y contribuy¨® a publicar el Diario de su hija.
¡°Entendemos la buena intenci¨®n de esta iniciativa. Pero poner el nombre de Ana Frank ser¨¢ muy doloroso para la gente que sufri¨® entonces y sigue con vida. Este tipo de cosas pasan a menudo. Hay todo tipo de proyectos asociados a ella, y no lo podemos controlar. Lo que intentamos desde la Fundaci¨®n es situar la historia de Ana en un contexto hist¨®rico fiable y comprensible¡±, ha dicho Ronald Leopold, su director. La nueva ronda de conversaciones internas anunciadas por Deutsche Bahn responde al consejo recibido por parte de las organizaciones jud¨ªas.
En realidad, la pol¨¦mica se ha desatado casi a c¨¢mara lenta, porque los ferrocarriles germanos abrieron en septiembre un concurso p¨²blico para elegir nombres. Contestaron 19.400 personas que propusieron m¨¢s de 2.500 candidatos. El de Ana Frank fue de los primeros en surgir y pas¨® enseguida la criba. Entre los candidatos mejor situados figuran pol¨ªticos nacionales como Konrad Adenauer, el primer canciller germano de la posguerra. O bien Albert Einstein, que huy¨® de los nazis camino de Estados Unidos. Tambi¨¦n aparecen la te¨®rica pol¨ªtica Hannah Arendt, y Karl Marx. El compositor Beethoven, la actriz Marlene Dietrich y el escritor Thomas Mann pueden asomarse asimismo a los 25 trenes que circular¨¢n a partir de 2018.
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