Reconstruir sin perder la memoria
El sismo del 19 de septiembre afect¨® m¨¢s de 1.000 casas de adobe en Tetela del Volc¨¢n. Un grupo de arquitectos trata de evitar que una t¨¦cnica de construcci¨®n centenaria se pierda
Cuando le preguntan por la cocina de su casa, Bernardino Trujillo mira al cielo. ?Cu¨¢ndo se construy¨®? Bernardino, un campesino de 73 a?os, levanta la vista. "Antes de la Revoluci¨®n ya exist¨ªa y en ella durmieron los zapatistas de esta zona", afirma. La cocina es un peque?o cuarto de adobe, una construcci¨®n humilde dentro de la cual no hay m¨¢s que un horno de le?a y lo indispensable para cocinar.
Bernardino y su familia consideran que la cocina es una herencia hist¨®rica. Ha pasado de padre a hijos durante generaciones y ahora esa herencia est¨¢ en peligro. El sismo del pasado 19 de septiembre, cuyo epicentro se localiz¨® a 50 kil¨®metros de all¨ª, le sac¨® grietas en las paredes. El ayuntamiento les dijo que pondr¨ªan las m¨¢quinas si los Trujillo querr¨ªan demolerla. "No estamos de acuerdo en derrumbarla porque tirarla es f¨¢cil. Pero esta construcci¨®n la tomamos como un patrimonio", dice Francisco Trujillo, de 40 a?os, hermano de Bernardino.
La familia cuenta ahora con la ayuda de la Escuela de Estudios Superiores de Tetela del Volc¨¢n, vinculada a la Universidad Aut¨®noma del Estado de Morelos, para reforzar las paredes damnificadas y evitar que la construcci¨®n se pierda. Un trabajo que la Universidad empez¨® a realizar en la ciudad, para que los habitantes que perdieron sus casas tengan la opci¨®n para recuperarlas. En Tetela se calcula que unas 1.000 casas se derrumbaron o sufrieron da?os graves tras el temblor, de acuerdo con un censo realizado por la Escuela de Estudios Superiores.
No es raro toparse en la ciudad con personas que heredaron sus residencias de sus padres y abuelos. Hecho por los propios campesinos con tierra compacta, el adobe constituy¨® la base de construcci¨®n utilizada por la poblaci¨®n de esta localidad. Y lo fue por distintas razones. Primero, porque la t¨¦cnica se transmit¨ªa de una generaci¨®n a la otra. Y luego, porque el adobe tiene caracter¨ªsticas t¨¦rmicas. La tierra retiene el calor durante el d¨ªa y lo libera por la noche, lo que se ha adaptado bien en una localidad con temperatura cambiante. Adem¨¢s, es con diferencia la opci¨®n m¨¢s econ¨®mica. "Al final de cuentas no gastas", dice Mariano Trujillo Mendoza, otro residente de Tetela del Volc¨¢n. Este campesino cuenta que su familia dispone de una renta que var¨ªa entre 1.000 y 1.500 pesos (entre 52 y 78 d¨®lares) semanales, con los que mantiene a nueve personas.
Seg¨²n Martha Shirley Reyes Quintero, directora de la Escuela de Estudios Superiores de Tetela del Volc¨¢n, el reto es evitar que el terremoto borre una t¨¦cnica de construcci¨®n caracter¨ªstica de la regi¨®n y que constituye parte de su identidad. "Queremos que se preserve la arquitectura vern¨¢cula basada en el adobe", afirma Reyes Quintero. "Lo que se derrumb¨® no fueron solo las casas sino la historia familiar que se hered¨® desde el tiempo de los bisabuelos de las personas que viven aqu¨ª".
El trabajo se topa con el miedo de la comunidad. Tras el colapso de sus casas, muchos campesinos prefieren usar sus recursos m¨¦todos m¨¢s modernos para reconstruir sus casas. Mariano Trujillo Mendoza, por ejemplo, quiere usar blocs de concreto para rehacer las paredes de su vivienda, aunque le haya permitido a un grupo de estudiantes de arquitectura de la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico que recuperen con las t¨¦cnicas tradicionales un cuarto externo en su peque?a propiedad.
Para los que quieren preservar sus viviendas tal cual las heredaron de sus padres, los arquitectos brindan a los afectados el apoyo t¨¦cnico que les garantice edificaciones m¨¢s resistentes. Los da?os registrados, dicen estos profesionales, no ocurrieron por el hecho de que en la comunidad se utilice el adobe, sino por el uso irregular del suelo y fallas en el mantenimiento.
"Hay muchas casas de adobe en Tetela que no sufrieron da?os, pero cuando nos acercamos vimos que tienen la espesura correcta de las paredes, que la cimentaci¨®n es la adecuada y que est¨¢n ubicadas en terrenos que no est¨¢n inclinados", dice Arian Zarate, arquitecto de la ONG Cooperaci¨®n Comunitaria, una de las que se involucraron en el esfuerzo de reconstrucci¨®n. De acuerdo con este arquitecto, la organizaci¨®n para la cual colabora est¨¢ realizando en Tetela un trabajo de diagn¨®stico y de entrevistas en la comunidad para saber cu¨¢ntas personas est¨¢n dispuestas a recuperar sus viviendas con base en los conocimientos tradicionales.
Con los hermanos Trujillo tambi¨¦n viven los hijos y la mam¨¢ de Francisco, Porfiria Mendoza. Ella tiene 83 a?os y no quiere o¨ªr ni hablar de que derriben la vivienda de abajo. "Que la recuperen y que siga viviendo. Como yo".
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