El Departamento de Justicia, dispuesto a nombrar a un fiscal especial que investigue a Clinton

Ojo por ojo, diente por diente. La investigaci¨®n sobre la trama rusa est¨¢ a punto de hallar su contrapeso. En un movimiento que anuncia d¨ªas borrascosos en Washington, el responsable del Departamento de Justicia, el halc¨®n Jeff Sessions, ha hecho saber que est¨¢ dispuesto a designar a un fiscal especial que investigue a Hillary Clinton. Como paso previo ha ordenado a dos fiscales federales que revisen la conducta de la antigua rival electoral de Trump cuando era secretaria de Estado. Entre los objetivos de este escrutinio figuran el caso de los correos privados, los manejos de la Fundaci¨®n Clinton y el espinoso acuerdo que permiti¨® en 2013 al monopolio ruso Rosatom hacerse con el control de Uranium One, una compa?¨ªa cuyo due?o hab¨ªa donado 2,35 millones de d¨®lares a la entidad de la dem¨®crata. Trump, a¨²n de viaje por Asia, ha guardado silencio.

La explosiva medida llega apenas diez d¨ªas despu¨¦s de que Trump hiciese p¨²blica su ¡°frustraci¨®n¡± por el hecho de que todos los ojos estuviesen puestos sobre ¨¦l, pero que nadie sometiese a escrutinio a su antigua rival electoral. Sessions, de quien Trump ha dado numerosas muestras de hartazgo, ha respondido ordenando a dos fiscales federales revisar la gesti¨®n de Clinton e informarle de sus resultados. Como ¨¦l mismo ha explicado por carta al Congreso, estas indagaciones forman parte de las diligencias previas que determinar¨¢n si hacen falta m¨¢s recursos para indagar a la dem¨®crata e incluso si se requiere el nombramiento de un fiscal especial, una figura dotada de poderes extraordinarios y que puede convocar un jurado y presentar cargos.

En la maniobra ha participado el presidente del Comit¨¦ Judicial de la C¨¢mara de Representantes, el republicano Robert Goodlate, receptor de la misiva y quien ha mostrado en numerosas ocasiones su inter¨¦s en que un fiscal especial ponga bajo lupa la conducta de Clinton. Este cerco viene completado por la acci¨®n de dos comit¨¦s del Congreso, bajo control republicano, que ya han anunciado que investigar¨¢n el papel del FBI y de su exdirector James Comey a la hora de cerrar el caso de los correos privados.

Para Trump, que se considera "v¨ªctima de una caza de brujas", el nuevo frente tendr¨ªa como efecto aminorar o al menos compensar la presi¨®n a que le somete el fiscal especial, Robert Mueller, por la trama rusa. Hasta la fecha, el presidente se ha mantenido a salvo de las pesquisas, pero tres personas de su entorno ya han sido acusadas formalmente. Entre ellas est¨¢n su exjefe de campa?a, Paul Manafort, y su socio Rick Gates, imputados por fraude y delitos fiscales, as¨ª como un oscuro asesor que minti¨® sobre sus conexiones con Rusia. Las diligencias, con todo, no han hecho m¨¢s que empezar y se espera que personajes como el primer y ef¨ªmero consejero de Seguidad Nacional, el teniente general Flynn, puedan caer en breve.

Mueller, lejos de su objetivo inicial, ya no solo busca determinar si hubo coordinaci¨®n entre el equipo de campa?a de Trump y el Kremlin en la operaci¨®n de intoxicaci¨®n contra Clinton, sino que directamente est¨¢ revisando las cuentas del entorno del presidente. Un paso de gigante donde cualquier hallazgo es posible y que ha puesto a la Casa Blanca a la defensiva.