Michelle Bachelet, una estrella en decadencia que abre paso a la derecha
Las elecciones en Chile se convierten en un plebiscito sobre el legado de una presidenta en horas bajas
Todo indica que Sebasti¨¢n Pi?era ganar¨¢ este domingo con comodidad la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile y se encaminar¨¢ a la victoria definitiva el 17 de diciembre. ?Pero gana Pi?era o pierde Michelle Bachelet? Por segunda vez en su vida, y ese es su gran drama, la presidenta entregar¨ªa el poder al l¨ªder del centro derecha y no a alguien de su sector pol¨ªtico. Ella lleg¨® al poder en 2013 con el 62% de los votos y una valoraci¨®n alt¨ªsima, pero sale malparada, con unas elecciones convertidas en un plebiscito de su gesti¨®n que favorece a Pi?era. Con matices, expertos de un lado y otro coinciden: el intento de hacer reformas de izquierda acab¨® hundi¨¦ndola en un pa¨ªs de centro que no estaba preparado para ese giro que en otras zonas de la regi¨®n ser¨ªa interpretado como muy suave. Chile se sumar¨ªa as¨ª a la ola de centro-derecha que atraviesa Am¨¦rica.
¡°Los Gobiernos no hacen ganar elecciones, pero las pueden hacer perder¡±, sentenciaba en EL PA?S Alejandro Guilier, el periodista metido a pol¨ªtico que trata de romper la corriente a favor del centro derecha que recorre todo el continente y llega ahora a Chile. Guillier, un candidato accidental, con poca trayectoria pol¨ªtica y escaso carisma, aupado por las encuestas en un momento en que se buscaba algo nuevo, se ha visto atrapado en un plebiscito de las pol¨ªticas de Bachelet y trata de distanciarse. Pero las encuestas le dan menos de la mitad de votos que a Pi?era.
La presidenta trat¨® de aprovechar su enorme popularidad para desmantelar el legado neoliberal de Pinochet en ¨¢reas clave como la educaci¨®n, el sistema electoral, la Constituci¨®n, hizo una reforma impositiva y otra laboral y preparaba otra de pensiones. Y adem¨¢s aprob¨® la despenalizaci¨®n del aborto en tres supuestos, una reivindicaci¨®n hist¨®rica.
Pero muchas de esas reformas no sentaron bien en algunos sectores y eso, sumado a un esc¨¢ndalo que afect¨® a su nuera y a su hijo por presunto tr¨¢fico de influencias, empez¨® a devorar su credibilidad. Lleg¨® a bajar del 20%. Ahora est¨¢ en el 29%. La econom¨ªa no se hundi¨®, pero creci¨® poco para la media chilena: 1,8% de media, el peor ¨ªndice desde 1990.
Las divisiones internas en la Nueva Mayor¨ªa, el grupo de Bachelet, llevaron a un cambio que puede cambiar la historia democr¨¢tica chilena, dominada por el centro izquierda, y abrir paso a un largo ciclo de centro-derecha. Por primera vez se rompi¨® la coalici¨®n entre el centro y la izquierda, que no ha logrado pactar un candidato ¨²nico como hab¨ªa hecho desde 1990.
¡°El gran problema de Bachelet es que no hab¨ªa acuerdo sobre sus reformas en la coalici¨®n que gobernaba. Una vez m¨¢s, como en 2009, no va a ganar Pi?era, va a perder el centro izquierda por su incapacidad para ordenar su agenda y generar un liderazgo. La mayor¨ªa social de Chile reclama ese tipo de reformas, no son una revoluci¨®n, son cuestiones relevantes, sentidas por la ciudadan¨ªa. Lo que se discute es c¨®mo se hicieron¡±, asegura Gloria de la Fuente, directora de la Fundaci¨®n Chile 21 y analista cercana al oficialismo. Ella cree que, pese a todo, Bachelet,?que conserva un gran prestigio internacional y con toda probabilidad volver¨¢ a un puesto en la ONU al dejar la presidencia, tendr¨¢ un gran lugar en la historia chilena.
¡°Ella logr¨® ser la primera mujer presidenta cosa que no es menor en un pa¨ªs bien patriarcal. Contribuy¨® en superar el trauma de la dictadura, porque fue v¨ªctima, estuvo encarcelada y mataron a su padre. Es un s¨ªmbolo. Adem¨¢s, se atrevi¨® a impulsar una agenda sustancial de reformas. Le afect¨® no tener una coalici¨®n ordenada y el caso de su hijo. Pero la historia va a terminar haciendo justicia con Bachelet. El legado a la larga se va a entender. Y Pi?era, si gana, que est¨¢ por ver, no podr¨¢ retroceder en todo. ?l tiene el desaf¨ªo de romper la hegemon¨ªa de esa derecha cavernaria chilena de la que hablaba Vargas Llosa¡±, asegura.
Roberto Ampuero, un escritor chileno que fue ministro de Cultura de Pi?era en su primer gobierno, cree que el problema de Bachelet fue de diagn¨®stico. ¡°Hubo manifestaciones muy ruidosas y creyeron que les estaban pidiendo arrojar por la borda el modelo chileno que precisamente ellos hab¨ªan impulsado. Pensaron que hab¨ªa que hacer borr¨®n y cuenta nueva. Estaban asustados porque les estaba apareciendo una izquierda nueva, el Frente Amplio. Fueron incapaces de interpretar lo que quer¨ªan los chilenos. El gran error fue desentenderse del legado de la centroizquierda chilena. "En este pa¨ªs hay una clase media muy potente que quiere conservar lo que ha conseguido con su trabajo¡±, explica.
Ampuero cree que si Pi?era acierta y no se va a la derecha, puede iniciar un ciclo pol¨ªtico largo de hegemon¨ªa. ¡°La clave es la forma en que Pi?era sea capaz de adue?arse del centro a trav¨¦s de una alianza y representar los anhelos y los temores de la clase media. Un discurso muy de izquierda no consigue mayor¨ªa en Chile, como hemos visto, pero tampoco uno de derecha¡±. ?l cree que Bachelet lo tendr¨¢ dif¨ªcil para recuperar su imagen. ¡°Ella llega al gobierno con amplia popularidad, era la imagen de la pureza. Cuando aparece la zona gris con respecto a los negocios de su hijo empieza a caer. Siempre quedar¨¢ que el primer gobierno fue mucho mejor¡±.
Rafael Gumucio, tambi¨¦n escritor, m¨¢s cercano al centro izquierda, responsabiliza a la presidenta por no generar un sucesor, aunque cree que su imagen se recuperar¨¢. ¡°Bachelet es un personaje enfermo de poder, no crea sucesores. Pero tiene un legado simb¨®lico importante. Algunas de sus reformas quedar¨¢n, Pi?era no se atrever¨¢ a dar marcha atr¨¢s con todo. Ella se salvar¨¢, pero se ha destruido la Nueva Mayor¨ªa¡±, asegura. ¡°Los chilenos son casi todos de centro, pero votan por la derecha un a?o y por la izquierda otros, y as¨ª la derecha corrige lo que ha hecho mal la izquierda y viceversa. Es un sistema muy campechano alentado por el sistema de no reelecci¨®n. Eso hace que nunca se pueda cambiar mucho, Bachelet no pudo y Pi?era tampoco podr¨¢¡±, explica.
David Gallagher, analista pol¨ªtico, economista, profesor de literatura, referente de la derecha liberal, es muy duro con esta etapa final. ¡°Un legado negativo grande del Gobierno es haber destruido la socialdemocracia en Chile. En estos cuatro se destruy¨® la izquierda moderna que representaban dirigentes como Ricardo Lagos o, incluso, un primer Gobierno de Bachelet (2006-2010). La incorporaci¨®n del Partido Comunista hizo mucho da?o¡±. ?l apoy¨® a Lagos, y hoy est¨¢ con Pi?era, y est¨¢ convencido de que lograr¨¢ una versi¨®n moderada del centro derecha. ¡°Lo que m¨¢s ha enfatizado Pi?era en su campa?a es la constituci¨®n de una centroderecha moderna.
Habla constantemente de la importancia de la moderaci¨®n, de cambios hechos con cuidado y prudencia. Va a ser un Gobierno de centro. Se parecer¨¢ al de Macri o la Democracia Cristiana alemana. Deber¨ªa aglutinar ese centro moderado que ha quedado hu¨¦rfano y buscar una mayor¨ªa de m¨¢s largo plazo que se prolongue hasta que la izquierda vuelva a la moderaci¨®n, que pienso que ser¨¢ un proceso bastante largo¡±. Chile se prepara as¨ª para rematar el giro latinoamericano iniciado en Argentina, que sin embargo est¨¢ en cuesti¨®n en otros pa¨ªses, especialmente en Brasil, donde Lula encabeza las encuestas. Pero todo parece producirse a la chilena, sin grandes sobresaltos, con una campa?a en sordina y una previsible abstenci¨®n superior al 50%. El drama que se vive en cada elecci¨®n en los pa¨ªses de su entorno es ajeno a un pa¨ªs que se toma casi todo con mucha calma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.