¡°Quienes se oponen a la paz en Colombia son los que vieron la guerra por televisi¨®n¡±
Yolanda Perea, vocera de la Mesa Nacional de V¨ªctimas, cuestiona la falta de compromiso del Congreso en la implementaci¨®n del acuerdo con las FARC
Yolanda Perea tiene una trenza tejida en el pelo con los colores de la bandera de Colombia. Todav¨ªa le tiene fe a su pa¨ªs, a pesar de que lleva 22 a?os padeciendo el olvido que sufren las v¨ªctimas de un conflicto de m¨¢s de cinco d¨¦cadas. Cuando ten¨ªa 11 a?os un guerrillero de las FARC la viol¨® y cuando tuvo la valent¨ªa de denunciarlo asesinaron a su mam¨¢. Fue una ni?a que creci¨® entre la amenaza de los grupos armados y el silencio, casi c¨®mplice, del Estado. Todav¨ªa sigue esperando poder regresar a Riosucio, en el Choc¨®, de donde tuvo que salir corriendo por imposici¨®n de las armas. ¡°No podemos seguir callados¡±, dice ahora como vocera de la Mesa Nacional de V¨ªctimas, que particip¨® en los di¨¢logos con la guerrilla y que ahora espera que se cumpla lo que se acord¨®.
La semana pasada las ocho millones de v¨ªctimas que sobreviven en este pa¨ªs recibieron el primer golpe despu¨¦s de la firma entre el Gobierno y las FARC, pero esta vez no vino de los hombres armados ni la batalla fue en el monte, esta vez fueron los pol¨ªticos y el escenario fue el Congreso de la Rep¨²blica. En el parlamento se debat¨ªan las circunscripciones especiales de paz, con las que se supone que los m¨¢s perjudicados por la guerra tendr¨¢n representaci¨®n a trav¨¦s de 16 sillas en la C¨¢mara. Los optimistas dicen que el proyecto, plasmado en los textos de La Habana, fue aprobado porque muchos estuvieron a favor. Sin embargo, el secretario del Congreso asegura que los votos no fueron suficientes.
Aunque 50 senadores le dijeron s¨ª a la posibilidad de que las v¨ªctimas por fin tengan voz en el parlamento, seg¨²n el acta oficial no hubo mayor¨ªa y por eso la iniciativa, la m¨¢s esperada en las regiones, se hundi¨®. El Gobierno colombiano y los que est¨¢n a favor del proceso insisten en que s¨ª fue avalado porque tres de los 102 pol¨ªticos que ten¨ªan que decidir est¨¢n en la c¨¢rcel por lo que el pleno del Senado deber¨ªa reducirse a 99 y 50 votos a favor ser¨ªan suficientes.
Frente al Congreso de la Rep¨²blica, ciudadanos y organizaciones sociales se han reunido para pedir a @EfrainCepeda y @SenadoGovCo no violentar la ley y respetar la participaci¨®n de las v¨ªctimas de la guerra en el Congreso.#SiALasCircunscripciones pic.twitter.com/oMaPSRErWH
— ?ngela Mar¨ªa Robledo (@angelamrobledo) December 5, 2017
¡°Todo esto es una verg¨¹enza¡±, dice Perea desde Bogot¨¢, horas antes de participar en una manifestaci¨®n para exigirle a los senadores compromiso con los pueblos que m¨¢s sufrieron el conflicto. ¡°Quienes se oponen a la paz fueron los que vieron la guerra por televisi¨®n. A ellos no les toc¨®, por eso no les importa¡±, reclama. Todav¨ªa es incierto si esos 16 distritos especiales podr¨¢n tener vocer¨ªa en los pr¨®ximos dos periodos electorales (ocho a?os) como se fij¨® en el acuerdo, que adem¨¢s estableci¨® que las curules sean transitorias y est¨¦n repartidas en departamentos como Antioquia, Bol¨ªvar, Choco, y Nari?o, los que tuvieron que vivir entre balas y emboscadas.
Perea, que habla duro porque sabe que no es momento de volver a quedarse en silencio por miedo, reconoce que lo que se firm¨® en La Habana tiene falencias, pero dice que prefiere una ¡°paz imperfecta a una guerra permanente¡±. Explica que en las regiones intentan reconstruirse a pesar de la oposici¨®n que se hace desde la capital. ¡°El centro del pa¨ªs no va a tener que aguantarse a las FARC cuando se reincorporen, pero nosotros s¨ª. Por eso estamos trabajando en la formaci¨®n para entender la diferencia y vivir en paz¡±.
Yolanda Pinto, directora de la Unidad de V¨ªctimas, es de las pocas funcionarias que sufrieron el conflicto en carne propia (su esposo fue secuestrado en 2002 y asesinado un a?o despu¨¦s), tal vez por eso sabe lo que sienten quienes llevan a?os esperando ser escuchados. ¡°No tiene discusi¨®n, el acuerdo ha valido la pena¡±, dice y le pone cifras a su afirmaci¨®n. ¡°Desde el desarme de las FARC se han salvado 3.000 vidas, de 2015 a 2017 se ha reducido en un 86% el registro de personas que se declaran afectadas por el enfrentamiento armado y han bajado en un 73% las v¨ªctimas de homicidio¡±, asegur¨® desde un foro organizado por la revista Semana para reflexionar sobre las necesidades de los que tienen puesto su futuro en el cumplimiento de lo pactado.
¡°Tenemos que lograr que a nadie m¨¢s le pase lo que nos pas¨® a nosotros. La f¨¢brica de v¨ªctimas se cerr¨® y esta es la gran oportunidad de aquellas regiones en donde el conflicto trat¨® de eliminar la esperanza¡±, se?ala y refuta los argumentos de quienes se oponen a las circunscripciones de paz porque creen que las FARC se las apoderar¨¢n. ¡°Si creen que esas curules son para la guerrilla, est¨¢n equivocados, se nota que no conocen a las v¨ªctimas¡±, insiste Pinto. El expresidente ?lvaro Uribe ha sido uno de ellos. ¡°Estas circunscripciones est¨¢n rechazadas, no son para campesinos ni para v¨ªctimas, son para las FARC¡±, asegur¨® en su cuenta de Twitter, desde donde la ha emprendido contra el proceso con la guerrilla y hasta ha convocado a una marcha para rechazar las circunscripciones especiales.
Teresita Gaviria, directora de las Madres de la Candelaria, un colectivo de mujeres que intenta visibilizar las desapariciones forzadas en el pa¨ªs, se une a las otras v¨ªctimas para pedir respeto por lo que se acord¨® en el proceso. Recuerda que junto a otras mam¨¢s estuvo por m¨¢s de 18 a?os buscando a los desaparecidos, escarbando la verdad para entender por qu¨¦ terminaron metidos en un conflicto del que no quer¨ªan ser parte. Gaviria perdi¨® a 13 familiares por la guerra, algunos est¨¢n muertos y otros desaparecidos. ¡°Cuando escuchamos a quienes hab¨ªan cometido los cr¨ªmenes, cambi¨® completamente el panorama: ya no eran los ogros que nos imagin¨¢bamos, eran personas que tambi¨¦n hab¨ªan sufrido¡±. La vocera de las Madres de la Candelaria habla del perd¨®n y del reto que tiene el pa¨ªs en el momento que vive. ¡°No queremos que ustedes se contagien de odio como el Congreso¡±, dice.
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