La defensa com¨²n en la UE: una bella durmiente que despierta
Los pa¨ªses europeos lanzan una iniciativa para impulsar la cooperaci¨®n en seguridad y defensa. ?Ser¨¢ suficiente para combatir las nuevas amenazas?

Europa suele enmascarar con siglas realidades controvertidas. Tras varios intentos fallidos de crear una uni¨®n de la defensa digna de ese nombre, la UE consagra estos d¨ªas su proyecto m¨¢s serio de cooperaci¨®n militar. La iniciativa nace bajo el nombre de PESCO (cooperaci¨®n estructurada permanente, por sus siglas en ingl¨¦s), un t¨¦rmino que ni siquiera incluye la palabra clave: defensa. No implica la creaci¨®n de un ej¨¦rcito europeo ni unifica el armamento. Pero aglutina a la inmensa mayor¨ªa de Estados comunitarios en un dominio que hasta ahora hab¨ªan guardado celosamente como competencia nacional. La certeza de vivir en un mundo m¨¢s inseguro y las dificultades para mantener las inversiones en el ¨¢mbito militar fuerzan a cambiar de estrategia. Est¨¢ por ver que cuaje.
La cooperaci¨®n en seguridad y defensa es una bella durmiente que ahora despierta. Con esta met¨¢fora, el Instituto de Estudios de Seguridad, dependiente de las instituciones europeas, define la iniciativa de crear un n¨²cleo duro que avance m¨¢s en proyectos defensivos dentro de la UE, desde la inversi¨®n conjunta en ciberseguridad hasta el despliegue coordinado en misiones africanas. La PESCO nace oficialmente este lunes con la participaci¨®n de alrededor de 25 pa¨ªses, un n¨²mero que ya ofrece pistas sobre qui¨¦n ha ganado en el dise?o. Entre la ambici¨®n que defend¨ªa Francia, con una avanzadilla de Estados implicados, y el proyecto inclusivo que deseaba Alemania, ha vencido la opci¨®n germana.
¡°Es un giro importante. ?Pero cu¨¢l ser¨¢ el resultado? Los Estados miembros tienen diferentes percepciones de cu¨¢les son las amenazas¡±, analiza Kristi Raik, investigadora del Instituto Finland¨¦s de Asuntos Internacionales. Esta experta a?ade, adem¨¢s, una r¨¦mora que hasta ahora ha paralizado anteriores intentos de converger en defensa. Las industrias nacionales viven en buena medida de los encargos que les realizan sus Gobiernos para desarrollar armamento y otras capacidades. ¡°?Qu¨¦ significar¨¢ para los Estados peque?os? Seguramente temer¨¢n que los proyectos solo beneficien a los grandes¡±, advierte.
Sobre el papel, la PESCO consiste en una especie de Schengen de la defensa que fija 20 objetivos vinculantes como la inversi¨®n en defensa o la contribuci¨®n en las misiones europeas de seguridad. No fija criterios de entrada, pero quien no cumpla los compromisos podr¨¢ ser expulsado del grupo (en casos extremos). Dentro de este anillo de cooperaci¨®n, se lanzar¨¢n diferentes proyectos y cada Estado se adherir¨¢ a los que le interesen. Los expertos instan a definir esos planes cuanto antes para que la cooperaci¨®n militar deje de ser un concepto abstracto y se convierta en realidad.
Pese a todo ese impulso, la etiqueta de poder blando que exhibe ¡ªtambi¨¦n con cierto orgullo¡ª la UE casa mal con alimentar una potencia militar. Uno de los ¨¢mbitos con m¨¢s recorrido sin riesgo de incurrir en el poder duro es la ciberdefensa. Tanto la OTAN como el club comunitario muestran grandes carencias en este terreno, que requiere menos inversi¨®n que la defensa tradicional (ligada siempre al armamento pesado), pero m¨¢s astucia.
Compartir informaci¨®n confidencial es un reto pendiente en un mundo cada vez m¨¢s dominado por los ciberataques?
Por encima de la colaboraci¨®n en s¨ª, la verdadera se?al de que la iniciativa va en serio es el dinero. El presupuesto comunitario financiar¨¢ por primera vez la defensa, a trav¨¦s de dos fondos: uno de investigaci¨®n ¡ªinnovar¡ª y otro de capacidades -para desarrollar proyectos conjuntos-. La compra del material ser¨¢ luego individual porque la cooperaci¨®n tiene una l¨ªnea roja: la propiedad conjunta. El tanque, el caza o el dron desarrollado entre todos pertenecer¨¢ solo al Estado miembro que lo adquiera.
Los planes de integraci¨®n en un ¨¢rea tan sensible se han fraguado en poco tiempo, casi a la misma vez que Reino Unido decid¨ªa abandonar la UE. Parad¨®jicamente, el pa¨ªs que m¨¢s se opuso a la cooperaci¨®n militar en Europa plantea ya v¨ªas de contacto con los miembros de la PESCO.
A pesar de los logros, el escepticismo de muchos expertos persiste. ¡°La pol¨ªtica exterior europea no tendr¨¢ liderazgo sin poder militar. Pero este proyecto tiene mucha ret¨®rica y no est¨¢ ninguna de las palabras relevantes¡±, critica Judy Dempsey, de la casa de an¨¢lisis Carnegie Europe. Una de esos conceptos es, para Dempsey, inteligencia. Compartir informaci¨®n confidencial sigue siendo un reto pendiente en el ¨¢mbito europeo.
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