Roitman, el m¨¦dico que la dictadura argentina tortur¨®, asesin¨® y enterr¨® en su hospital
El Equipo Argentino de Antropolog¨ªa Forense identifica los restos de la v¨ªctima 41 a?os despu¨¦s de su desaparici¨®n
S¨®lo 25 metros separaban al Chalet, el centro clandestino de detenci¨®n que funcion¨® durante la dictadura argentina en el hospital Posadas, del lugar donde fue enterrado el m¨¦dico desaparecido Jorge Mario Roitman. Tras ser torturado y asesinado, lo sepultaron a 60 cent¨ªmetros de profundidad dentro del terreno hospitalario, situado en el extrarradio de Buenos Aires. Su cuerpo permaneci¨® en paradero desconocido durante casi 41 a?os, hasta que el pasado 8 de noviembre, unos obreros encontraron huesos mientras cavaban una zanja para realizar un desag¨¹e. El Equipo Argentino de Antropolog¨ªa Forense (EAAF) exhum¨® los restos y un an¨¢lisis gen¨¦tico acaba de determinar que pertenecieron a Roitman. El pr¨®ximo viernes ser¨¢ enterrado en el cementerio jud¨ªo de La Tablada y horas antes sus compa?eros del hospital le rendir¨¢n homenaje a las puertas del edificio.
"El hallazgo fue casual", dice a EL PA?S Zulema Chester, integrante de la Direcci¨®n de Derechos Humanos del Posadas e hija de otro de los trabajadores desaparecidos, Jacobo Chester. "Hace muchos a?os que pedimos que se excave toda la zona", agrega. El EAAF pudo identificarlo gracias a las muestras de ADN depositadas en el banco gen¨¦tico por Alejandra y Diana Roitman, hija y hermana del m¨¦dico, que arrojaron una coincidencia del 99,99%, seg¨²n inform¨® el Juzgado Federal 3, a cargo de la causa en la que se investigan los cr¨ªmenes llevados a cabo por el personal del Primer Cuerpo del Ej¨¦rcito.
Roitman ten¨ªa 32 a?os cuando a fines de 1976 fue secuestrado en su domicilio, en presencia de su mujer, Graciela Donato, y de sus dos hijas. "Alrededor de las 00.30, mientras mi esposo miraba un partido de televisi¨®n y yo estaba haciendo dormir a la otra nena, siento en casa un gran ruido, mi idea fue que hab¨ªa explotado una garrafa. Cuando me levanto veo que mi esposo est¨¢ hablando por la mirilla y hab¨ªa alguien que golpeaba con una maza. Abre la puerta y entran a mi casa 3 o 4 personas encapuchadas con ropa militar y borcegu¨ªes (botas) de color negro. Uno ten¨ªa una gran melena, parec¨ªa una peluca, y anteojos negros. Le sacan a mi esposo la nena m¨¢s chiquita que ten¨ªa en brazos y me la dan a m¨ª y me encierran en uno de los dormitorios. A partir de ah¨ª empiezo a oir todo tipo de ruidos", testific¨® Donato en el Juicio a las Juntas, en 1984. La mujer record¨® que fue empujada y golpeada cuando intent¨® abandonar la habitaci¨®n. Tampoco pudo despedirse de su marido ni impedir que se llevaran numerosos objetos de valor de la vivienda.
Desde all¨ª fue trasladado al Chalet y sometido a todo tipo de torturas y vejaciones. "Seg¨²n las v¨ªctimas que compartieron cautiverio con ¨¦l, fue salvajemente torturado, intensific¨¢ndose su tortura por su condici¨®n de jud¨ªo", se?al¨® el juzgado en un informe. La enfermera Gladys Cuervo, ¨²nica superviviente del Chalet, relat¨® haberlo visto "en un charco de orina y sangre". Poco despu¨¦s, volvi¨® a verlo a¨²n en peores condiciones: agonizaba.
El torturador Luis Mui?a fue condenado en 2011 a 13 a?os de c¨¢rcel por el secuestro y las torturas a Roitman, Chester, Cuervo y otra decena de trabajadores. Cuervo relat¨® que en los interrogatorios usaban picana el¨¦ctrica, les quemaban el cuerpo con cigarrillos y les daban palizas salvajes.
El tribunal decidi¨® ampliar la causa y el pr¨®ximo marzo comenzar¨¢ un nuevo juicio por el asesinato de los dos primeros. El juez Rafecas "ya hab¨ªa dado por probado el homicidio agravado por alevos¨ªa de Roitman", como es habitual en muchos de los juicios por cr¨ªmenes perpetrados durante la dictadura, ya que la mayor¨ªa de los cuerpos permanecen desaparecidos. El hallazgo de sus restos confirma la investigaci¨®n judicial.
El dictador Reynaldo Bignone se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados. Junto a ¨¦l estar¨¢ Mui?a y Argentino R¨ªos, los ¨²nicos dos integrantes con vida del grupo paramilitar SWAT, que "actuaba en el centro clandestino y deambulaba por el hospital, infundiendo terror entre los empleados", seg¨²n el informe judicial. Mui?a se benefici¨® el pasado mayo de una reducci¨®n de condena que provoc¨® un repudio masivo de la sociedad argentina.
Tras la identificaci¨®n del cuerpo, Rafecas tom¨® una decisi¨®n pospuesta durante a?os: convoc¨® al EAAF para explorar todo el terreno hospitalario en busca de los restos de otros posibles desaparecidos. "Es un logro. Ojal¨¢ podamos saber m¨¢s", dice Chester. Los expertos comenzar¨¢n a trabajar all¨ª el pr¨®ximo febrero.
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