Europa gestiona su ¨²ltima guerra nacionalista
La Uni¨®n Europea intenta cerrar heridas en los Balcanes, donde hace solo dos d¨¦cadas un conflicto cost¨® unos 150.000 muertos y millones de desplazados
Europa se enfrenta de nuevo a los fantasmas de los nacionalismos. A la vez que desbarata nuevas amenazas vestidas de extrema derecha o de identidades excluyentes, intenta cerrar heridas que hace solo dos d¨¦cadas, en su patio trasero, en los Balcanes, costaron unos 150.000 muertos y millones de desplazados. Solo el ingreso en la Uni¨®n Europea de seis viejos enemigos puede estabilizar la regi¨®n, pero tanto Europa como esos pa¨ªses tendr¨¢n que superar enormes dificultades antes de cruzar la puerta que ahora abre Bruselas.
La aspiraci¨®n de entrar en la UE ha demostrado ser el m¨¢s potente im¨¢n para que los candidatos eleven su nivel democr¨¢tico, de respeto a los derechos humanos y a las reglas de la econom¨ªa mercado. A esas condiciones, Bruselas a?ade ahora que los seis alumnos superen la herencia de su pasado sangriento. Porque es la reconciliaci¨®n -y la mayor estabilidad del continente- , el fin ¨²ltimo de esta oleada de ampliaci¨®n, muy probablemente la ¨²ltima, la que marcar¨¢ los confines del club europeo.
La pregunta es si Bruselas es demasiado optimista al lanzar este deseable plan global, que incluye como te¨®rico horizonte la entrada de dos primeros pa¨ªses (los ya candidatos oficiales Serbia y Montenegro) en 2025. Ni la UE ni los aspirantes est¨¢n hoy listos para esa carrera, que puede ser frustrante si se prolonga en exceso y acaba mal, como ha ocurrido con Turqu¨ªa.
Algunos aspirantes no se reconocen entre ellos (Ni Bosnia ni Serbia a Kosovo, por ejemplo) y otros (Bosnia) a¨²n no tiene una entidad propia definida. A Kosovo tampoco lo reconocen pa¨ªses miembros como Grecia, Chipre, Eslovaquia o Rumania, adem¨¢s de Espa?a. Eslovenia tiene pendiente fijar fronteras con Croacia, que fue el ¨²ltimo Estado en entrar en la UE en 2013. Grecia veta el ingreso en la OTAN de la antigua Macedonia, pa¨ªs que a¨²n no tiene ni nombre. El listado de agravios y cuentas pendientes es ilimitado.
?Y la UE? ?Est¨¢ lista para esta multiacogida? No es un problema de volumen, porque los seis aspirantes suman 18 millones de habitantes. Es un problema de poner antes en orden una casa que ya no puede funcionar con tanto derecho de veto, de reforzar un club en fase de refundaci¨®n, con uno de los principales socios de salida (Reino Unido), otro en abierta rebeld¨ªa (Polonia) y otros (como Hungr¨ªa) en retroceso en derechos y libertades.
La propia Comisi¨®n incluye algunas advertencias. As¨ª, exige que, antes de esa tan deseable como futurible ampliaci¨®n, se refuercen los mecanismos de sanci¨®n contra Estados que violan las reglas europeas. O que los primeros de los Balcanes en entrar no puedan vetar a los dem¨¢s. O que la candidatura de Kosovo avance ¡°cuando las circunstancias objetivas lo permitan¡±.
Conviene no hacerse ilusiones. Salvo la de seguir creyendo en el im¨¢n democratizador de acercarse a la UE. El presidente Jean-Claude Juncker se lo ha dicho claro: ¡°Contin¨²en las reformas y nosotros seguiremos apoyando su futuro europeo¡±. Que as¨ª sea.
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