Boris Johnson alerta contra el ¡°desastroso error¡± de parar el ¡®Brexit¡¯
El ministro apela "a la esperanza y no al miedo" en el primero de un ciclo de discursos en los que el Gobierno brit¨¢nico busca definir su postura respecto a la salida de la UE
Boris Johnson, el euroesc¨¦ptico ministro de Exteriores brit¨¢nico, ha tratado de convencer a los votantes preocupados por el Brexit de que la salida de la UE es ¡°un motivo para la esperanza, no para miedo¡±. El controvertido titular del Foreign Office ha alertado contra la ¡°traici¨®n¡± de quienes quieren revertir el resultado del refer¨¦ndum, algo que ser¨ªa un ¡°desastroso error¡±. Lo ha dicho en un discurso pronunciado este mi¨¦rcoles en la sede del think tank conservador Policy Exchange, situada cerca del Parlamento brit¨¢nico. Esta ser¨¢ la primera de una serie de intervenciones de ministros, culminadas por una de la propia Theresa May, para tratar de definir la visi¨®n del Gobierno para su pa¨ªs fuera de la UE.
¡°Temo que algunas personas est¨¢n cada vez m¨¢s decididas a parar el Brexit, a revertir el resultado del refer¨¦ndum del 23 de junio de 2016, y a frustrar la voluntad del pueblo¡±, ha dicho Johnson. ¡°Creo que eso ser¨ªa un desastroso error que conducir¨ªa a sentimientos de traici¨®n permanentes e imposibles de erradicar¡±.
El d¨ªscolo ministro de Exteriores ha dicho que ¡°no hay una raz¨®n sensata por la que los brit¨¢nicos no puedan jubilarse en Espa?a¡± despu¨¦s del Brexit. ¡°Continuaremos cogiendo vuelos baratos para ir a despedidas de soltero en ciudades antiguas, conociendo gente interesante, enamor¨¢ndonos¡±, ha asegurado, en un intento de convencer a quienes votaron por la permanencia en la UE de los beneficios del Brexit. Un proceso que, ha dicho Johnson, no tiene que ver con ¡°un reaccionario concepto faragista¡±, en referencia a Nigel Farage, exl¨ªder del partido antieuropeo UKIP, que fue, junto con el propio Johnson, uno de los l¨ªderes de la campa?a por la salida de la UE.
Precisamente, a los discursos que se escucharon durante esa campa?a ha sonado el pronunciado hoy por el ministro. Pero de eso hace a?o y medio. Quedan solo ocho meses para alcanzar un acuerdo con Bruselas y su intervenci¨®n, vac¨ªa de detalle y abundante en esl¨®ganes, dif¨ªcilmente podr¨¢ convencer a los m¨¢s pragm¨¢ticos de que Reino Unido se dirige con paso firme al futuro mejor que vende Johnson. Sus palabras han ofrecido la imagen de un pa¨ªs inmerso en un bucle te¨®rico, incapaz de cerrar la grieta que lo divide y avanzar hacia un nuevo modelo, que hoy es igual de incierto que ayer.
¡°Si llevamos este proyecto hasta el ¨¦xito nacional, que es lo que tenemos que hacer, debemos llegar a aquellos que a¨²n tienen preocupaciones¡±, ha dicho. ¡°No es suficientemente bueno decir a quienes votaron por la permanencia que han perdido y deben superarlo. Debemos aceptar que muchos act¨²an por sentimientos enteramente nobles, un sentido de solidaridad con nuestros vecinos europeos y un deseo de ¨¦xito para Reino Unido¡±.
La serie de conferencias, que se celebrar¨¢n a lo largo de las pr¨®ximas semanas, ha sido bautizada como Carretera al Brexit, y consiste en una ingeniosa jugada de empaquetado: Downing Street ha decidido agrupar bajo un mismo t¨ªtulo rimbombante algunos discursos que estaban ya previstos, completarlos con otros, y aprovechar el lote para tratar de ofrecer una imagen de unidad y responder a quienes acusan al Gobierno de falta de claridad.
La primera entrega, la de Johnson, ha sido una llamada a la unidad del pa¨ªs sobre un proyecto de ¡°Brexit liberal¡±. Frente al ¡°sentimiento de aflicci¨®n y alienaci¨®n¡± que ¡°tan a menudo¡± ha escuchado en los ¨²ltimos 18 meses, el exalcalde de Londres ha defendido ¡°un futuro liberal, global y que mira hacia fuera para un Reino Unido seguro de s¨ª mismo¡±. ¡°El Brexit no tiene por qu¨¦ ser nacionalista, sino que puede ser internacionalista¡±, ha concluido.
Le seguir¨¢ a Johnson la primera ministra, el pr¨®ximo s¨¢bado, con un discurso sobre cooperaci¨®n en seguridad (que ya estaba en la agenda) en la conferencia anual sobre seguridad de M¨²nich. Despu¨¦s hablar¨¢n David Davis, ministro y negociador del Brexit, y Liam Fox, titular de Comercio Internacional. El primero tratar¨¢ de ahuyentar el fantasma de la desregulaci¨®n pos-Brexit y el segundo vender¨¢ las oportunidades de fomentar el comercio con el resto del mundo.
El siguiente turno corresponder¨¢ a David Lidington, n¨²mero dos de facto y el ¨²nico del lote que defendi¨® la permanencia. Abordar¨¢ el espinoso asunto del reparto territorial de las competencias recuperadas de Bruselas. Y la primera ministra cerrar¨¢ el ciclo con una intervenci¨®n sobre la futura relaci¨®n comercial de Reino Unido con Europa. Un discurso que promete ser la tercera pata, despu¨¦s de los pronunciados en la Lancaster House londinense y en Florencia, en enero y septiembre de 2017, respectivamente, de su visi¨®n del Brexit.
Resulta llamativo el abrumador peso de los euroesc¨¦pticos en el plantel de conferenciantes y, en particular, el hecho de que no haya discurso para Philip Hammond, el ministro de Econom¨ªa, la persona que dentro del Gabinete viene defendiendo un Brexit m¨¢s moderado, convertido en una especie de villano para el sector duro. El canciller del Exchequer emprender¨¢, en cambio, una serie de viajes a algunas de las capitales europeas a priori m¨¢s amigables ¡ªEstocolmo, Oslo, Lisboa, La Haya y Madrid¡ª para hablar del futuro de los servicios financieros.
Antes de su propio discurso sobre la relaci¨®n comercial futura, May deber¨¢ decidir cu¨¢l es su visi¨®n sobre esa relaci¨®n futura. O decidir cu¨¢l puede plantear sin provocar la guerra total en su Gobierno. A eso se dedicar¨¢ en una reuni¨®n en su residencia de vacaciones con el llamado comit¨¦ de guerra del Brexit, compuesto por 10 miembros del Gobierno, que se celebrar¨¢ en las pr¨®ximas semanas.
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