Venezuela: deshacerse de la hojarasca
A la grave situaci¨®n que afronta el pa¨ªs corresponde responder no con desplantes, sino con medidas concretas
Es necesario volver a lo esencial. La invitaci¨®n/¡°desinvitaci¨®n¡± a Nicol¨¢s Maduro a la Cumbre de las Am¨¦ricas de abril por el Gobierno de Kuczynski no pasa de ser una distracci¨®n y no es una disyuntiva relevante para enfrentar la ruptura del orden democr¨¢tico en Venezuela. Acaso le pueda haber rendido al Gobierno PPK a corto plazo un pasajero gesto de simpat¨ªa en el Congreso, pero no es sostenible por razones jur¨ªdicas y pol¨ªticas que varios han advertido.
A estas alturas, la ONU deber¨ªa poner la crisis humanitaria venezolana en su agenda
La Cumbre de las Am¨¦ricas en un foro de di¨¢logo pol¨ªtico multilateral que se genera dentro del marco de la OEA. Esta asume las Cumbres como propias y para ello cuenta hasta con una Secretar¨ªa ad hoc. El pa¨ªs anfitri¨®n no tiene, pues, arbitrio libre para excluir a un gobierno de una Cumbre. La Declaraci¨®n de Quebec de 2001 no sustenta tal conducta.
Me correspondi¨® participar junto con Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, primer ministro, en representaci¨®n del Per¨² en la Cumbre en Quebec (2001). All¨ª se acord¨® que una ruptura del orden democr¨¢tico constituir¨ªa un obst¨¢culo para participar en las Cumbres. Pero ello ¡ªse precis¨®¡ª luego de consultas con los dem¨¢s pa¨ªses; que son 34, lo que en este caso se hizo solo con los del Grupo de Lima. En Quebec no se pens¨® en darle un improcedente poder de ¡°veto¡± a un pa¨ªs.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, la ¡°desinvitaci¨®n¡± tampoco es pertinente. No solo est¨¢ derivando en una victimizaci¨®n innecesaria de Maduro, sino que en la pr¨¢ctica abdica de lo sustantivo, que es el dise?o de acciones pol¨ªticas sostenidas frente a la grave situaci¨®n en Venezuela. A ella corresponde responder no con desplantes, sino con medidas pol¨ªticas concretas y con una estrategia regional democr¨¢tica, a las puertas de unas elecciones en abril sin las m¨¢s elementales garant¨ªas de transparencia.
Estrategia regional que, por cierto, solo puede ser estrictamente complementaria y coadyuvante de lo esencial: el proceso pol¨ªtico interno en el que es crucial la unificaci¨®n de la oposici¨®n democr¨¢tica. Un paso ha dado la MUD esta semana en adoptar una posici¨®n com¨²n frente a las pr¨®ximas elecciones. En el espacio complementario ¡°de afuera¡± hay l¨ªneas de acci¨®n tanto en el plano universal, a trav¨¦s de la ONU, como en el interamericano.
A estas alturas, el Consejo de Seguridad de la ONU deber¨ªa poner la crisis humanitaria venezolana en su agenda. Es ya de tal envergadura que golpea con centenares de miles de emigrantes/desplazados a varios pa¨ªses. Por mucho menos se puso en acci¨®n en los noventa el Consejo cuando la crisis de los conflictos internos centroamericanos. Corresponde ahora dar un seguimiento y ¨¦nfasis especial a las dos ocasiones en las que este tema se trat¨® reservadamente en 2017. Per¨² es miembro temporal del Consejo.
En el espacio interamericano es hora de retomar el impulso abandonado a la aplicaci¨®n de la Carta Democr¨¢tica Interamericana. Faltaron tres votos para su aprobaci¨®n en la reuni¨®n de consulta de cancilleres en Canc¨²n, en junio del 2017. Poco ha visto de reactivaci¨®n de ese proceso y parecer¨ªa que los pa¨ªses de la regi¨®n han abdicado de su responsabilidad de darle seguimiento al tema. Hay al menos tres razones por las que ese impulso debe ser retomado ya.
Primero, que si bien no se alcanz¨® en la votaci¨®n de junio los dos tercios de votos necesarios, fueron solo cinco los votos en contra y mucho m¨¢s alto (ocho) el de los que se abstuvieron (entre ellos, Ecuador, El Salvador y Rep¨²blica Dominicana). Es m¨¢s que obvio que un fino y persistente trabajo de gesti¨®n diplom¨¢tica podr¨ªa inclinar el voto de varios de esos ocho pa¨ªses democr¨¢ticos.
Segundo, porque desde Canc¨²n la gravedad de la situaci¨®n se ha profundizado de manera acelerada con el desconocimiento de las atribuciones de la Asamblea Nacional y la convocatoria a unas elecciones sin garant¨ªas. Las razones de fondo para plantear la aplicaci¨®n de la Carta Democr¨¢tica, pues, se han multiplicado en los ¨²ltimos meses y cierran salidas a c¨®modas abstenciones.
Tercero, porque la gravedad del desarrollo de los acontecimientos ameritar¨ªa hoy la atenci¨®n diplom¨¢tica prioritaria que ostensiblemente no mereci¨® por varias canciller¨ªas de la regi¨®n americana. Entre ellas, nada menos que la del usualmente locuaz Departamento de Estado de los Estados Unidos. As¨ª, por ejemplo, la presencia activa de todos los cancilleres en aquella reuni¨®n de consulta le hubiera dado un marco distinto del que realmente tuvo. Fue muy saltante la ausencia del secretario de Estado Tillerson, quien hasta ahora no ha asistido a ninguna de las reuniones convocadas para este tema.
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