Rap t¨¢rtaro para eludir la ¡®rusificaci¨®n¡¯
La Fiscal¨ªa rusa hizo cientos de batidas en los colegios de Tartarist¨¢n para comprobar que el t¨¢rtaro se ofrec¨ªa exclusivamente como asignatura optativa
Kaz¨¢n, a orillas del Volga, podr¨ªa ser una ciudad rusa de provincias que ha alcanzado la prosperidad, con su fortaleza junto al r¨ªo y las iglesias y museos del centro. En los bajos de los pomposos edificios de viviendas de la ¨¦poca de Stalin, los elegantes caf¨¦s y las hamburgueser¨ªas atraen a la juvenil clientela que, a pesar de las temperaturas de dos cifras bajo cero, deambula por las zonas peatonales. Kaz¨¢n es Rusia, pero no s¨®lo eso.
Rusia conquist¨® la antigua capital a su se?or feudal musulm¨¢n en el siglo XVI. A¨²n hoy los rusos representan menos de la mitad de los 1,3 millones de habitantes de la primera ciudad de la rep¨²blica federada de Tatarist¨¢n.?Hace un a?o que Nelja Garajewa vuelve a vivir en su pa¨ªs de origen. Despu¨¦s de pasar 15 en Mosc¨², esta m¨¦dica t¨¢rtara de 46 a?os se mud¨® a Kaz¨¢n con su hijo de 12 a?os, Ruslan. ¡°En Mosc¨², mi t¨¢rtaro se hab¨ªa oxidado¡±, cuenta. Su hijo solamente habla ruso, y su marido, a pesar de ser compatriota de Garajewa, tampoco habla el idioma local. Ahora, Ruslan deber¨ªa aprenderlo. Sin embargo, desde hace poco, la segunda lengua oficial de la rep¨²blica ya no es asignatura obligatoria en las escuelas.
El verano pasado, el presidente Vlad¨ªmir Putin ya hab¨ªa dejado claro en el Consejo Ruso de Asuntos Inter¨¦tnicos que, en su pa¨ªs, el ruso tiene preferencia. En la Rusia multi¨¦tnica, todos los pueblos tienen el derecho ¡ªpero no la obligaci¨®n¡ª?de aprender su propia lengua, declar¨®. En consecuencia, es inadmisible que haya clases obligatorias de los idiomas de las naciones no rusas.?
En esos territorios, las palabras de Putin evocaron recuerdos de la ¡°rusificaci¨®n¡± en la ¨¦poca sovi¨¦tica, cuando las lenguas locales se consideraban dialectos pueblerinos de los que hab¨ªa que avergonzarse. En Tartarist¨¢n y el vecino Baskortost¨¢n, cientos de padres participaron en las manifestaciones no autorizadas para que sus lenguas siguiesen siendo una asignatura obligatoria, algo que en Rusia es todo un riesgo. El muft¨ª supremo de Tartarist¨¢n hizo un llamamiento a proteger el t¨¢rtaro, y docenas de intelectuales de la rep¨²blica escribieron una carta abierta a Putin. Pero, ahora que falta poco para las elecciones presidenciales del 18 de marzo, la pol¨ªtica de ¡°rusificaci¨®n¡± da puntos a Putin de cara a los nacionalistas.?
Para ellos, el r¨¦gimen especial del que disfrutan las rep¨²blicas federadas representa una herencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de la que quieren deshacerse. Por eso, la poblaci¨®n no rusa se teme mucho que, a la larga, Putin pueda incluso suprimir las rep¨²blicas ¨¦tnicas. Aunque la verdad es que, desde que accedi¨® al cargo, dichos territorios ya han perdido gran parte de sus privilegios. Con ello, el Kremlin, que predica la diversidad y el federalismo, se sit¨²a por encima de las Constituciones regionales si eso sirve para asegurar el poder de Putin. Un pueblo homog¨¦neo es m¨¢s f¨¢cil de gobernar, y no hay posibilidad alguna de que surjan separatismos ¨¦tnicos. El mantenimiento de la ¡°unidad nacional¡± de Rusia es una de las metas principales de la ¡°concepci¨®n de la pol¨ªtica de las nacionalidades hasta 2025¡± formulada por el Kremlin.
El pasado noviembre, dos meses despu¨¦s del comienzo del curso escolar, se suprimi¨® el t¨¢rtaro como asignatura obligatoria de los colegios de Tartarist¨¢n. En la ense?anza media, en vez de las cinco horas obligatorias se dan solamente dos optativas, que los padres tienen que elegir expl¨ªcitamente mediante un escrito a la direcci¨®n del colegio. El Gobierno regional intent¨® en vano negociar con Mosc¨². La Fiscal¨ªa del Estado hizo cientos de batidas en los colegios para comprobar que el t¨¢rtaro se ofrec¨ªa exclusivamente como asignatura optativa, y los directores de los centros recibieron instrucciones para que despidiesen a los profesores de t¨¢rtaro.
Esta imposici¨®n es una afrenta para la pr¨®spera rep¨²blica de Tartarist¨¢n, que, gracias a su industria petrolera, es una de las pocas regiones contribuidoras netas al presupuesto ruso. El t¨¢rtaro sigue siendo la segunda lengua m¨¢s hablada de Rusia, pero est¨¢ desapareciendo. Seg¨²n el ¨²ltimo censo de poblaci¨®n, entre 1989 y 2010 el n¨²mero de personas que la hablan en todo el pa¨ªs se ha reducido aproximadamente en una quinta parte, hasta 4,3 millones. ¡°Estamos perdiendo nuestra cultura de generaci¨®n en generaci¨®n¡±, lamenta Garejewa, seg¨²n la cual, muchos t¨¢rtaros de su edad, como su marido, est¨¢n totalmente ¡°rusificados¡±.
¡°Los j¨®venes apenas hablan ya nuestro idioma¡±, se lamenta Farit Zakijew, ingeniero aeron¨¢utico jubilado y presidente del Centro P¨²blico Pant¨¢rtaro, una organizaci¨®n nacionalista que, en la ¨¦poca de la desintegraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a principios de la d¨¦cada de los 90, reivindicaba la secesi¨®n de Tartarist¨¢n.
Pero entonces las ¨¦lites locales del entorno del primer presidente de la rep¨²blica, Mintimer Schaimijew, llegaron a un acuerdo con Mosc¨² para disponer de una amplia autonom¨ªa y un sistema educativo propio. Todo un avance en comparaci¨®n con los ¨²ltimos tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Durante 25 a?os, no solo los j¨®venes t¨¢rtaros, sino tambi¨¦n los alumnos rusos y las dem¨¢s etnias de la zona, aprendieron el idioma del pa¨ªs.
Entre los rusos, que representan el 40% de la poblaci¨®n de Tartarist¨¢n, el acuerdo no despert¨® ning¨²n entusiasmo, pero la mayor¨ªa acept¨® la asignatura obligatoria sin protestar. Seg¨²n Zakijew, al final la lengua nacional no ha vuelto a florecer entre los t¨¢rtaros, pero al menos se ha logrado frenar su decadencia. La decisi¨®n de Putin ha motivado que la p¨¦rdida paulatina del t¨¢rtaro se haya vuelto a acelerar. Zakijew teme que, de aqu¨ª a 2020, cuando se realice el pr¨®ximo censo, el t¨¢rtaro podr¨ªa haber perdido otro mill¨®n de hablantes. Esto se debe tambi¨¦n a que tres cuartas partes de la poblaci¨®n de Tartarist¨¢n viven en ciudades en las que el ruso domina la vida cotidiana.
Por las calles de Kaz¨¢n solamente se oye ruso, ning¨²n organismo redacta los documentos en t¨¢rtaro, aunque sea lengua oficial, y las Universidades no ofrecen ninguna carrera totalmente en la lengua del pa¨ªs. Incluso las sesiones del Parlamento de la rep¨²blica se celebran en ruso. No es de extra?ar que, aun con todas las reservas, la C¨¢mara votase a favor de la supresi¨®n del t¨¢rtaro como materia obligatoria, contraviniendo as¨ª la Constituci¨®n.
Ning¨²n diputado quer¨ªa oponerse abiertamente a Mosc¨², aunque precisamente eso era lo que les reclamaban sus electores. Seg¨²n los sondeos, dos terceras partes de los habitantes de Kaz¨¢n quer¨ªan mantener la obligatoriedad del t¨¢rtaro, al menos para los ni?os de ese origen. En opini¨®n de Garajewa, no se puede prescindir de ¨¦l. ¡°Nuestro idioma es sin¨®nimo de una gran familia que te apoya¡±, afirma.
Garejewa aprendi¨® el t¨¢rtaro de su abuela. Ella le ense?¨® viejas canciones, recetas casi olvidadas, y a hacer bordados t¨¢rtaros. ¡°Cuando la lengua se extinga, nuestro pueblo se quedar¨¢ hu¨¦rfano¡±. Pawel Schmakow tampoco est¨¢ dispuesto a permitir que eso ocurra. Este profesor de matem¨¢ticas e investigador de 60 a?os es el director del colegio p¨²blico Solzne (Sol).
En su peque?o despacho no cuelga un retrato de Putin, como es habitual en las oficinas de los funcionarios rusos, sino fotos de sus mejores alumnos. Por su aspecto ya se ve que cultiva ideas poco ortodoxas. Lleva el pelo hasta los hombros y, de vez en cuando, una tubeteika bordada, el gorro tradicional de los t¨¢rtaros. No obstante, es de origen ruso, nacido en Kaz¨¢n, pero defiende el t¨¢rtaro probablemente como ning¨²n otro director de escuela de la rep¨²blica.
¡°Los rusos debemos respetar la lengua y la cultura del pueblo con el que convivimos¡±, sostiene. Critica duramente al Ministerio de Educaci¨®n, a la Fiscal¨ªa y a las instituciones que imponen la pol¨ªtica de rusificaci¨®n de Putin en Tartarist¨¢n. No tiene ning¨²n miedo. Al contrario. Se siente respaldado por todos los que no se atreven a protestar. ¡°Recibo llamadas de otros directores y hasta de diputados, que me dicen que no les est¨¢ permitido hacerlo, y piden mi comprensi¨®n¡±. La presi¨®n de Mosc¨² es demasiado grande. Schmakow y sus abogados tienen abiertos cuatro procesos contra las instituciones. El director lleva su tubeteika a las comparecencias ante los tribunales como demostraci¨®n p¨²blica de sus ideas.
Schmakow utiliza un truco para eludir la prohibici¨®n de Putin. Por obligaci¨®n, en su colegio se da t¨¢rtaro solamente como asignatura optativa. Sin embargo, ¨¦l ha logrado convencer a todos los padres de que sus hijos vayan a las dos horas de la asignatura. ¡°Tenemos un nota firmada de los padres por cada alumno, por si acaso la Fiscal¨ªa nos pregunta¡±. Adem¨¢s, el director ha puesto a disposici¨®n otras dos horas de t¨¢rtaro como actividad extraescolar. En esas clases, los alumnos no estudian gram¨¢tica, sino que hablan del rap t¨¢rtaro o van a ver museos para ampliar sus conocimientos sobre la cultura t¨¢rtara. Casi todos los alumnos participan en ellas, asegura. El director y su profesorado incluso han conseguido despertar el inter¨¦s de los j¨®venes rusos por el t¨¢rtaro, y eso que es una lengua t¨²rcica nada f¨¢cil de aprender. Pero el gran enemigo, se?ala Schmakow, es el aburrimiento.
Nelja Garajewa est¨¢ agradecida al director por poner en peligro su vida profesional por educar a su hijo. Al igual que otras madres de alumnos, suele acompa?arlo a sus comparecencias ante los tribunales. A pesar del conflicto con el Estado, en el colegio reina la paz, afirma Garajewa. En otros sitios, los enfrentamientos entre adversarios y partidarios de la nueva normativa de Putin han subido de tono. Al parecer, en algunas reuniones de padres hasta se ha llegado a las manos.
Garajewa, a pesar de todo, est¨¢ pensando en votar a Putin. Al fin y al cabo, lo considera garant¨ªa de estabilidad y de una Rusia fuerte, lo cual, seg¨²n ella, es bueno tambi¨¦n para Tartarist¨¢n. Por lo visto, tras d¨¦cadas de ¡°rusificaci¨®n¡±, para esta t¨¢rtara el t¨¢rtaro tambi¨¦n es secundario.
Traducci¨®n: Newsclips