Nombrada directora de la CIA una veterana que permiti¨® la tortura a detenidos
Trump asciende a la n¨²mero dos de la agencia tras nombrar a Pompeo secretario de Estado
Con la designaci¨®n de Gina Haspel como nueva directora de la CIA, la primera mujer en ocupar el puesto, la agencia de inteligencia estadounidense no solo reabre sino que avala impl¨ªcitamente uno de sus cap¨ªtulos m¨¢s oscuros. Haspel, de 61 a?os, dirigi¨® en la d¨¦cada pasada una de las funestas c¨¢rceles secretas de la CIA, donde supervis¨® la tortura de sospechosos de terrorismo y despu¨¦s particip¨® en la decisi¨®n de destruir un v¨ªdeo sobre los abusos. Esa losa no ha impedido el ascenso fulgurante de esta veterana de la organizaci¨®n. Hace un a?o fue nombrada n¨²mero dos de la CIA y este martes el presidente Donald Trump la propuso como directora en sustituci¨®n de Mike Pompeo, nominado como nuevo secretario de Estado.
Pero para ser confirmada al nuevo cargo, la designaci¨®n de Haspel deber¨¢ ser aprobada por el Senado, lo que la obligar¨¢ a tener que testificar ante el Comit¨¦ de Inteligencia y dar por primera vez explicaciones p¨²blicas sobre su papel en las torturas y la guerra sucia contra el terrorismo. En teor¨ªa, la designaci¨®n no corre peligro dado que los republicanos ostentan la mayor¨ªa simple necesaria para aprobarla en la C¨¢mara Alta.
Lo que se da por hecho es que Haspel afrontar¨¢ preguntas inc¨®modas de los legisladores, sobre todo dem¨®cratas. Por ejemplo, en 2013 cuando el entonces director de la CIA la propuso como jefa de operaciones clandestinas, la senadora dem¨®crata Dianne Feinstein, entonces presidenta del Comit¨¦ de Inteligencia, bloque¨® la designaci¨®n por su papel en el programa de interrogaci¨®n a sospechosos de terrorismo. La CIA acab¨® proponiendo a otra persona para ese puesto.
Haspel entr¨® en la CIA en 1985 y desde entonces ha trabajado sobre todo como agente encubierta en varios lugares en el mundo. Acumula una enorme experiencia, que ha sido elogiada y que le servir¨¢ para pilotar la organizaci¨®n desde su sede en Langley (Virginia).
Tras los atentados del 11-S, en 2001, la CIA inici¨® su controvertido programa de t¨¦cnicas reforzadas de interrogaci¨®n a personas que eran detenidas por sus sospechas de lazos con el terrorismo yihadista y transportadas a centros secretos en varios pa¨ªses. Esas t¨¦cnicas incluyeron torturas, como el ahogamiento simulado (waterboarding), seg¨²n investigaciones posteriores. El entonces presidente, el republicano George W. Bush, las consider¨® legales y miembros de la CIA han asegurado que cre¨ªan estar actuando correctamente. En 2009 su sustituto, el dem¨®crata Barack Obama, las prohibi¨® pero decidi¨® no tomar acci¨®n legal contra los trabajadores de la CIA que participaron en los interrogatorios.
Mike Pompeo, Director of the CIA, will become our new Secretary of State. He will do a fantastic job! Thank you to Rex Tillerson for his service! Gina Haspel will become the new Director of the CIA, and the first woman so chosen. Congratulations to all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 13, 2018
Como candidato electoral y en las primeras semanas de su presidencia, Trump abog¨® por torturar a militantes del Estado Isl¨¢mico y alarde¨® de su eficacia, lo que le cost¨® un alud de cr¨ªticas. El mandatario acab¨® suavizando su propuesta despu¨¦s de que su secretario de Defensa, James Mattis, le convenciera de la ineficacia de los abusos, que siguen estando vetados por ley.
Pero la designaci¨®n de Haspel, en febrero de 2017 como subdirectora y ahora como directora de la CIA, se interpreta como una defensa de Trump a los abusos a detenidos. Tambi¨¦n por parte de Pompeo, que ha dicho que el waterboarding no es tortura y ha considerado ¡°patriotas¡± a quienes lo utilizaron tras el 11-S.
La primera c¨¢rcel secreta de la CIA se ubic¨® en Tailandia y su responsable era precisamente Haspel, seg¨²n filtraciones de inteligencia citadas por medios estadounidenses. Ella supervis¨® en 2002 los brutales interrogatorios extrajudiciales a los supuestos miembros de Al Qaeda Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri. El primero fue sometido al ahogamiento simulado en 83 ocasiones en un mes, seg¨²n una investigaci¨®n del Senado. Repetidamente se golpe¨® su cabeza contra una pared, perdi¨® visi¨®n en un ojo y durante un momento se crey¨® que hab¨ªa muerto.
En 2003, Haspel se convirti¨® en la jefa de gabinete de Jos¨¦ Rodr¨ªguez, el entonces director de contraterrorismo de la CIA, y despu¨¦s ocup¨® el mismo puesto cuando este fue designado jefe de operaciones encubiertas. Fue en ese cargo, desde el que conoc¨ªa los entresijos del programa de interrogaci¨®n a detenidos, cuando en 2005 Haspel particip¨® en la decisi¨®n de destruir los v¨ªdeos de las torturas a Zubaydah y Al-Nashiri. La CIA asegura que la orden la dio Rodr¨ªguez pero el nombre de Haspel es el que aparece en el mensaje que pide deshacerse de las pruebas, seg¨²n el diario The New York Times. Ahora, Trump ha decidido que todo ese pasado vuelva a aflorar en Washington.
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